Ejercicio funciones mnésicas


En esta Unidad Formativa 0130, se trata de dar respuesta a las nociones de mantenimiento y mejora de las actividades diarias de personas dependientes en una institución sociosanitaria.

Para ello, es fundamental conocer las funciones cognitivas y las técnicas necesarias para su entrenamiento y para conseguir un mejor resultado de las mismas, todo ello sin perder de vista a quiénes van destinadas y en dónde, y cuál es el papel del/la profesional de atención sociosanitaria.

Otro aspecto relevantes es el del mantenimiento y en el entrenamiento de hábitos de autonomía personal en situaciones cotidianas dentro del centro residencial, centro de estancia diurna o vivienda comunitaria  o de la unidad convivencial (domicilio)

Se pone a la persona en situación de dependencia en el centro, reconociéndola con sus características individuales y también como parte del grupo.

En esta primera UD habéis podido conocer las principales funciones cognitivas y especialmente se le dedican muchos contenidos a la memoria. En el entrenamiento de la memoria (también llamada función mnésica) se suelen realizar ejercicios que contribuyen alcanzar todos o algunos de estos objetivos:
  1. Ejercitar la memoria inmediata a través de la presentación de estímulos visuales y auditivos.
  2. Optimizar la memoria reciente a través de la presentación de estímulos verbales y visuales.
  3. Enseñar elementos emotivos que favorezcan la permanencia de los recuerdos lejanos.
  4. Potenciar la orientación de la persona.
Consulta el siguiente enlace y concreta alguna actividad o propuesta de ejercicio que pudieras proponer a un usuario/a en el contexto de una institución sociosanitaria mientras le ofreces apoyo o acompañamiento en las actividades como el aseo, la alimentación, los traslados..., por ejemplo.

Comentarios

  1. La rehabilitación cognitiva es un proceso a través del cual la
    persona con lesión cerebral trabaja junto con profesionales del
    servicio de la salud para remediar o aliviar los déficit cognitivos que surgen tras una afectación neurológica [1]. A lo largo
    de estos últimos años se está intentando normalizar el uso de
    terapias no farmacológicas en la rehabilitación del daño cognitivo derivado de distintas patologías cerebrales. A pesar de que
    desde los años ochenta se desarrolla esta área de trabajo, pocos
    son los estudios encaminados a analizar la eficacia de esta disciplina, debido a la efectividad de las múltiples variables que
    intervienen.
    Toda rehabilitación cognitiva debe sustentarse en un marco
    teórico de intervención que nos ayude a determinar los diferentes componentes de las capacidades cognitivas y a establecer el
    orden de jerarquía a seguir en la realización de las distintas
    tareas. Los modelos derivados de la Neuropsicología cognitiva
    conciben el cerebro como un sistema de procesamiento de la
    información, y generan modelos de dicho procesamiento para
    cada función cognitiva [2]. Desde este modelo, podemos descomponer las capacidades cognitivas en los distintos subsistemas que la configuran, así como tener en cuenta la interdependencia de los distintos procesos cognitivos, ayudándonos a
    establecer un orden de prioridades que optimice los resultados
    de la rehabilitación.
    En cuanto a las estrategias a utilizar, tres son los mecanismos que se pueden desarrollar durante un programa de rehabilitación: la restauración, la compensación y la sustitución [3]. Cada uno de estos mecanismos de rehabilitación cognitiva se han
    utilizado de forma diferente y con buenos resultados según la
    función cognitiva que se quiera mejorar. Así, en el caso de la rehabilitación de la atención, la mayoría de los programas de
    entrenamiento se basan en el hecho de que la atención se puede
    mejorar con la utilización de ejercicios que estimulen los distintos procesos atencionales (restauración). En lo referente a la rehabilitación de los procesos de memoria, la restauración ha demostrado pocos resultados favorables [4], y se recomienda la
    utilización de los mecanismos de compensación y sustitución
    según los casos.
    Por otra parte, existe una tendencia actual a incorporar el
    uso del ordenador a los programas de rehabilitación cognitiva.
    La mayoría de estos programas parten de la premisa de que la
    repetición de distintos ejercicios centrados en la función cognitiva alterada a lo largo del tiempo, permite su mejora (mecanismo de restauración). A pesar de las limitaciones que poseen
    estos programas –escasa validez ecológica, elevado coste de los
    sistemas, disminución de la interacción entre terapeuta y
    paciente, y poca flexibilidad del material de trabajo–, actualmente su uso se ha extendido mucho en la práctica clínica, aunque su eficacia es controvertida [5]; por tanto, se necesita demostrar la eficacia de estos programas de rehabilitación, así como conocer las posibilidades que ofrecen.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario