Técnicas de Modificación de conducta para mantener, incrementar o perfeccionar una conducta


Mantener, incrementar o perfeccionar una conducta es el objetivo más sencillo, ya que se dirige a incrementar o fortalecer la realización de una conducta que la persona ya conoce. Se realiza a través de los refuerzos que se utilizarán también para complementar otras técnicas de modificación de conducta.
Se distinguen refuerzos positivos y refuerzos negativos.
Por un lado, los refuerzos positivos se fundamentan en facilitar una respuesta positiva justo después de la conducta que se quiere fortalecer. De este modo, se incrementa la frecuencia de la conducta y se potencia su perfeccionamiento. Estos refuerzos pueden ser de varios tipos; materiales (objetos fungibles o consumibles), sociales (felicitaciones, elogios, etc.) o canjeables (fichas, tarjetas o botones que la persona puede cambiar por objetos o actividades interesantes para ella).
Por otro lado, los refuerzos negativos consisten en eliminar el estímulo aversivo cuando se lleve a cabo la conducta que se quiere mantener o perfeccionar. Cuando desaparece este estímulo desagradable, se produce una sensación positiva en la persona usuaria y, por consiguiente, se aumenta la frecuencia de la conducta.
Para aplicar de forma efectiva los refuerzos, es necesario tener en cuenta las conductas que se quieren mantener, incrementar o perfeccionar. Asimismo, hay que aplicar los refuerzos de forma intermitente e inmediatamente después de la realización de la conducta (nunca antes) para asegurarse la vinculación acción-reacción, de lo contrario el usuario puede no asociar el refuerzo con la conducta realizada o se corre el riesgo de reforzar conductas diferentes a las que se desea.
Además, es bueno reforzar al principio con más frecuencia y utilizar reforzadores más potentes, siendo necesario adecuarlos a cada persona para evitar que pierdan efectividad por exceso o por defecto. Posteriormente, se deberán espaciar los refuerzos.

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