Sobre la valoración social de las personas dependientes


Razones para realizar una valoración social:
  • Necesidad de establecer correlaciones entre la salud física, psíquica y social ya que el ser humano es su ser biopsicosocial y desde tal perspectiva debe ser abordado.
  • El bienestar social mejora la capacidad para manejar los problemas de una forma más eficaz y con una mayor autonomía a pesar de las limitaciones funcionales que puedan existir.
  • Permiten reflexionar si el plan de intervención diseñado es el adecuado y mejora en realidad la calidad de vida de la persona mayor.

 La valoración psicosocial es un proceso dirigido a estimar la magnitud de aquellos riesgos que no hayan podido evitarse, obteniendo y facilitando la información necesaria para que puedan tomarse las medidas preventivas que deben adoptarse.

Aspectos a valorar

  • Recursos sociales, existentes y potenciales.
  • Capacidad de establecer relaciones sociales y existencia de las mismas.
Interacción: las redes sociales son el conjunto de interacciones formales e informales creadas con el fin de satisfacer las necesidades afectivas y sociales; varían a lo largo del ciclo tanto en tamaño como en intensidad. Hay varios hechos que en las personas mayores dependientes desorganizan estas redes: la jubilación, fallecimientos y disminución de salud y movilidad.
La hipótesis del efecto buffer hace referencia a que el apoyo social tiene un efecto protector en la persona sobre las posibles influencias negativas de los sucesos o cambios vitales de los que hablábamos anteriormente, por lo que se entiende que el apoyo social preserva la salud de la persona al minimizar el estrés.
A la hora de realizar la valoración debemos evaluar:
  • Cantidad y frecuencia de las interacciones en las personas que las tengan limitadas y valorar la calidad de las mismas.
  • Tamaño y homogeneidad.
  • Si son necesarios cambios en las ideas que perciben las relaciones como algo problemático.
  • Si las condiciones del contexto y ambiente son adecuadas para favorecer los contactos sociales, la intimidad.
  • Si los mecanismos de afrontamiento de acontecimientos son los adecuados.
Para ello desde servicios sociales en los últimos años se comenzaron a crear programas de estancias temporales o de respiro familiar para que las personas mayores permanezcan durante un tiempo limitado en una institución de cuidados. Estos programas son muy demandados.
Las redes de apoyo informal en las que basan los sistemas de atención parece que ha entrado en crisis, cada vez más los familiares, allegados dejan de realizar las tareas que hasta entonces venían cubriendo. Dos son los factores principales de declive del apoyo informal: el potencial cuidador constituido por mujeres entre 45 y 69 años ha disminuido; la incorporación de la mujer al mundo laboral.
  • Medios económicos y materiales.
  • Bienestar subjetivo, necesidades percibidas: el grado de adaptación a la realidad, la felicidad, la esperanza son conceptos difíciles de medir desde un punto de vista totalmente objetivo pero que es preciso tener en cuenta en toda intervención, ¿Cómo se siente? ¿Qué espera en el futuro? ¿Hay algo en su vida que no le hace feliz? ¿Se encuentra con fuerzas para afrontar el problema? Estas son preguntas que debemos plantear siempre ya que el bienestar y las necesidades percibidas por cada usuario no siempre coinciden con las demandas o con las necesidades expresadas y además porque el grado de satisfacción es importante para que pueda enfrentar la situación o el problema de una forma adecuada.
  • Impacto ambiental. Hace referencia a la interacción entre el individuo y su entorno con el objetivo de emitir las indicaciones adecuadas para lograr una adecuada compatibilidad entre ambos. Con la valoración del ambiente se pretende identificar las variables ambientales relevantes, tanto de tipo específico como la colocación del mobiliario o las ayudas a la movilidad como aquellas más genéricas relativas a la organización de los centros geriátricos.
  • Determinar factores de riesgo.

Aspectos básicos a valorar

  • Necesidades percibidas.
  • Cuál es su estado de salud a nivel físico y psíquico.
  • Cobertura familiar.
  • Valoración funcional.
  • Cómo es la vivienda en la que residen.
  • De qué recursos dispone.
  • Potenciales a desarrollar.

Instrumentos

  • Cuestionario Oars-Social Resource Scale. Instrumento de valoración multidimensional que analiza las siguientes dimensiones estructura familiar, patrones de amistad, disponibilidad de un confidente o de una persona que pueda prestar ayuda en caso de necesidad.
  • Cuestionario Philadelphia Geriatric Center. Instrumento de valoración multidimensional que recoge el bienestar subjetivo de la persona mayor dependiente: actitud ante el envejecimiento, optimismo, no satisfacción en soledad, nerviosismo.
  • Cuestionario Apgar-Familiar (Smikstein 1978). Instrumento de sreening que recoge la salud familiar desde la perspectiva de cada miembro de la familia. Analiza seis categorías: adaptación, vida conyugal, crecimiento, afectividad y resolución.

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