ENFERMEDAD DE ALZHEIMER



CASO LOLA

Observemos  la  progresión  de  la  enfermedad  de  Alzheimer  y  las  características  del deterioro funcional en el caso de Lola, una mujer de 69 años que es usuaria del SAD y de una Unidad  de  Estancias  Diurnas  para  personas  con  esta  patología.

Lola fue evaluada por 1ª vez hace 9 años cuando su hija observó un retroceso en su memoria y un cambio en su conducta. La preocupación hizo que consultara al médico, ya que su madre iba por casa buscando algo y, de repente, se olvidaba de lo que buscaba.

Su carácter también había cambiado, pasando de ser muy charlatana a casi nunca participar en una conversación; ahora se mostraba retraída con sus nietos y ya no jugaba con  ellos.

Desde Atención Primaria fue sugerida una exploración especializada,  pero  la evaluación psicopatológica  en  aquel  momento  no  aportó  ningún  dato  de  interés.

Dos años después los familiares se pusieron nuevamente en contacto con el especialista, Lola no se situaba correctamente en las fechas y, aunque parecía entender la mayoría de las preguntas que les hacían, le costaba recordar palabras y expresarse con fluidez. En esta segunda valoración neuropsicológica  se  evidenció un deterioro amnésico (alteración de la memoria) y atencional, problemas en el percepción viso-espacial (el procesamiento visoespacial es la capacidad de decir dónde están los objetos en el espacio. Esto incluye las partes de su propio cuerpo. También sirve para saber qué tan lejos están los objetos de uno mismo y de otros)  y  alteraciones en su capacidad de juicio y de la planificación.  Por  todo ello, se le recomendó iniciar un tratamiento  farmacológico.

Cinco  años después del comienzo de este cambio cognitivo y comportamental,  la sintomatología  se  había agravado considerablemente. Lola pasaba la mayor parte de la noche paseándose por la casa, con frecuencia daba gritos y amenazaba físicamente a su yerno;  y  otras  veces  le  confundía  con  su  difunto  marido.

La familia deseaba que permaneciese en casa, pero en este grado de la enfermedad se plantearon aceptar alguna de las opciones de apoyo al cuidado. Desde los centros sociales les ofrecieron que Lola participara en un programa especializado de atención a su demencia y, desde entonces, de lunes a viernes en horario de 9h a 17h, este recurso funciona  como  un  respiro  para  la  familia y todos los días de 7:30 a 9 recibe el apoyo de un profesional en su domicilio.

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