Cómo contribuir al desarrollo de competencias sociales en las personas dependientes

Las relaciones sociales y la integración son dos aspectos igual de importantes a la hora de mejorar la calidad de vida de las personas dependientes institucionalizadas. Por todo ello, es importante que el profesional sociosanitario y de atención directa conozca la importancia de reconocer las características psicológicas y sociales de las personas con dependencia para lograr una atención integral, fomentando su red social y sus habilidades sociales a través del acompañamiento en actividades.

Pero, ¿de qué estamos hablando cuando nos referimos a habilidades sociales?

Las habilidades sociales son el conjunto de comportamientos que nos permiten actuar con eficacia en las relaciones sociales. 

Entre ellas encontramos: Primeras habilidades (escuchar, presentarse, presentar a otras personas, entre otras); Habilidades sociales avanzadas (pedir ayuda, disculparse, entre otras); Habilidades sociales relacionadas con los sentimientos; Alternativas a la agresión; Para hacer frente al estrés; y de planificación.


Con personas mayores en situación de dependencia, además de en el desarrollo y mantenimiento de las habilidades sociales, las áreas en las que un profesional de atención sociosanitaria puede trabajar o colaborar en el día a día son:

  1. En la mejora de las relaciones familiares. Iniciando conversaciones sobre ellos o con las familias y el usuario/a, reforzando los contactos familiares, por ejemplo.
  2. En el desarrollo y mantenimiento de amistades. Felicitando sus esfuerzos por mantenerlas o mejorarlas, dándole indicaciones de cómo desarrollarlas, haciendo de ejemplo.
  3. En las habilidades relacionadas con el ocio y con el tiempo libre. Ofreciéndole feedback o retroalimentación positiva o de mejora sobre su desempeño en esas actividades, felicitando su participación e iniciativa, dándole indicaciones conductuales de cómo mostrarse competente socialmente en dichas actividades, apreciando las consecuencias positivas que se ven en la persona cuando participa en estas actividades de manera grupal, reforzando cuando gestiona positivamente los conflictos. 
  4.  En las habilidades de comunicación para interactuar con profesionales y servicios de asistencia. Haciendo de ejemplo o modelo, igualmente con felicitaciones por iniciativas que se anime a iniciar de presentarse o conversar con otros profesionales desconocidos o menos conocidos o que le generan desconfianza. 
  5. En las habilidades para que afronten la jubilación, una enfermedad, un trastorno físico o la muerte.  Con escucha activa y empatía, indagando para que cuente cómo lo vive, agradeciendo la confianza al abrir esa conversación conmigo, conversando con él para confrontar ayudándole a descubrir los recursos internos y externos para afrontar dicha situación de sufrimiento o soledad, reformulando, invitando a que tome conciencia de que tiene responsabilidad y posibilidades de controlar la situación, invitándole a que valore alternativas, por ejemplo.



En aquellas personas que posean discapacidad, ya sea intelectual, física, sensorial o que tengan algún tipo de enfermedad mental nuestro trabajo relacionado con el desarrollo de competencias sociales podría ir en la línea de:

  1.  Contribuir a que adquiera habilidades sociales que ayuden a la persona con discapacidad a resolver problemas cotidianos de una manera adecuada y eficaz (pedir ayuda, denegarla cuando así lo deseen, decir que no, explicar cómo se siente, gestionar público hostil o defenderse de presiones grupales,...). En el entorno de los talleres de habilidades sociales aprenden y practican de manera descontextualizada diferentes habilidades sociales. Será con los y las profesionales de AS, en las actividades del día a día en el cetro, en las salidas al exterior donde tengan que hacer el transfer o poner en práctica lo aprendido en las simulaciones. En esos contextos no hay rutinas y hay muchas incidencias fuera de control y deben gestionar lo que ocurra según lo aprendido. Podemos invitarles a que las practiquen, reformular y dar indicaciones de en qué consisten y cómo mostrarlas o gestionar los elementos cognitivos y/o fisiológicos que pueden entorpecer que salgan a la luz sus habilidades sociales. También podemos hacer de modelo para que repitan la conducta habilidosa, o felicitarles y darle feedback tras realizarlas.
  2. Mejorar las habilidades de comunicación con su entorno, aumentando así la capacidad de resolución de problemas y, con ello su autoestima y su autoconcepto. Idem que la anterior, lanzando expectativas positivas de éxito pero concretando la conducta concreta que se espera que muestren para resolver las situaciones conflictivas o problemas que surjan con habilidades como la escucha activa (o habilidad para escuchar con comprensión y entender al otro desde su punto de vista) la empatía, la asertividad (o habilidad para expresar y comunicar los deseos e intenciones sin herirá a los demás) o el feedback.
  3. Potenciar el uso de estrategia cognitivas que le ayuden a poner en marcha estrategias de resolución de problemas ya sean sociales o personales (pensamientos negativos, ideas intrusivas respecto de su propia valía, agresividad con el entorno). Podemos recordarles cómo los elementos cognitivos (sus pensamientos) pueden estar impactando en su éxito o fracaso a la hora de mostrarse competentes socialmente.
  4. Identificar las ideas irracionales de la persona ante situaciones personales y sociales, que le dificultan resolver de manera adecuada la situación, generándole sentimientos de incapacidad, y ayudarles a modificarlas por ideas ma´s racionales y adecuadas.
  5. Enseñar a resolver de manera más eficaz las situaciones cotidianas para mejorar su autoestima. Podemos hacer de ejemplo o modelo, o recordarles describiendo cómo deben hacerlos.
  6. Facilitar su independencia facilitará que desarrollen sus propias estrategias para mostrarse competentes socialmente. Ofrecerles apoyo y feedback será fundamental.
  7. Trabajar en la mejora de la salud mental que disminuirá los problemas psicosomáticos y la disminución de problemas sociales. Recordar esta idea, a las personas con algún tipo de enfermedad mental o trastorno del ánimo. 
  8. Aprender a identificar y a expresar sus sentimientos de una manera clara, sencilla y eficaz. Con el ejemplo o haciendo de modelo y con nuestro refuerzo o felicitación cuando se muestren competentes socialmente a la hora de gestionar sus emociones.
  9. Dentro de las competencias sociales que desde la animación social se pueden promover destacan las habilidades de comunicación.

Comentarios