Las personas con défcit auditivo tienen una disfunción o alteración cuantitativas para la correcta percepción auditiva. Se integran en los défcits auditivos desde la hipoacusia (disminución de la capacidad auditiva que permite la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva), hasta la pérdida total de la audición, también llamada cofosis o sordera (el lenguaje no se puede adquirir por vía oral, pero sí por vía visual).
NORMAS ESPECÍFICAS para establecer una COMUNICACIÓN EFECTIVA con personas
con DÉFICIT AUDITIVO:
La deficiencia auditiva redunda fundamentalmente en dificultades cognitivas y
lingüísticas. La persona debe recurrir a la lectura labiofacial o al lenguaje de signos para
acceder a la información proveniente del entorno.
Hablar a la persona de frente, articulando correctamente y haciendo uso de la
gestualización, sin caer en la exageración.
Evitar aspectos que dificulten la vocalización o la lectura labial, como hablar mascando
chicle o con un cigarrillo en la boca; en un entorno carente de buena iluminación o a una
distancia inadecuada.
Es conveniente hablar con naturalidad y tranquilidad. Evitar gritar y, en caso de no
entendimiento, recurrir a la gestualización, a la repetición, al uso de sinónimos, a dibujos
o al lenguaje escrito. En caso de no comprender el mensaje del interlocutor, lo más
adecuado es pedir que lo repita.
Dejar que el usuario termine su discurso sin interrumpirle.
Evitar hacer gestos que dificulten la visibilidad de nuestra boca.
Comprobar que el usuario nos mira antes de empezar a hablar.
Avisar mediante gestos o señales de nuestra intención de comunicación.
Intentar utilizar el sistema de comunicación que la persona domine con mayor destreza.
Verificar que el interlocutor ha comprendido.
Utilizar un lenguaje sencillo, con oraciones concisas y bien estructuradas.
No evitar el uso de términos comunes en el lenguaje como “oiga” y utilizarlos con
normalidad dentro de una conversación.
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