En el marco de la comunicación verbal podemos distinguir:
Sistema de comunicación oral, cuya culminación es el lenguaje (sonidos articulados a partir de los que podemos emitir palabras y frases).
Formas de comunicación escrita, creadas a partir de unos códigos lingüísticos de mayor complejidad, como son los sistemas de representación gráfica: pictogramas, ideogramas y el sistema alfabético (el abecedario de una lengua)
Por ejemplo, la lengua de
signos es una modalidad
no vocal de
comunicación, desarrollada para
que las personas sordas
puedan comunicarse con
otras. Así, estas personas pueden
recibir e intercambiar información con
su entorno, utilizando
el canal sensorial
de la vista
y un código
gestual, en lugar
del canal auditivo y
el uso de las palabras (Lengua de Signos Española o LSE). Las
lenguas de signos cumplen fielmente con todas las características formales del
lenguaje humano, poseen una gramática visual rica y propia, son lenguas de
cultura y dependen en su evolución y desarrollo de la comunidad de personas que
la usan, las personas sordas, sordociegas y sus familias. No hay una única lengua de signos en todo el
mundo, cada país posee una o varias lenguas de signos y no existe una lengua de
signos por cada lengua oral ya que las lenguas de signos han evolucionado de
forma natural en el contacto entre personas. Incluso varios países que
comparten el mismo idioma hablado utilizan diferentes lenguas de signos.
Las personas invidentes, necesitan un código
de lenguaje distinto
al alfabeto y
su gramática, como
es el sistema Braille.
La
adquisición del lenguaje
oral viene determinada
por la suma
de un proceso madurativo
e imitativo a partir
de los estímulos
que rodean al
ser humano desde
el momento de
su nacimiento y se desarrolla hasta permitirle
comunicarse con los
otros a través
de la conversación,
atendiendo a una
situación concreta y en
función de los
contextos espacio-temporales y
socioculturales. Cuando por
cualquier causa fisiológica o
psicológica esta adquisición
no tiene lugar
o se pierde
a lo largo
del ciclo vital, surgen
las necesidades especiales de
comunicación (NEC)
Para
que la comunicación oral
sea eficaz, nuestro
esfuerzo debe centrarse
en estudiar las palabras que
vamos a usar y cómo conseguimos acercarnos más a los usuarios/as. Sobre estos aspectos
del lenguaje verbal
ofrecemos algunas orientaciones:
Las palabras que utilizamos de manera
verbal o por escrito pueden influir en la comunicación y en lo que expresamos. El mensaje debe transmitirse
de manera positiva y con la mayor naturalidad posible. Existen ciertos vocablos que podemos
evitar utilizando un lenguaje más positivo para expresar lo mismo.
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