Tendemos a pensar que las personas, o son autónomas o son dependientes, y encontramos
cierta dificultad en ver a la vez su autonomía y su dependencia. Por esta razón, cuando nos referimos a la Ley de Autonomía Personal, solo en el lenguaje políticamente correcto la llamamos así
mientras que en el lenguaje cotidiano, habitual, la seguimos llamando Ley de Dependencia. En mi opinión, este es un debate estéril. La cuestión es que dicha ley en la medida en que es una ley para la autonomía personal lo es también para la dependencia.
Para hacer una interpretación adecuada nos puede ayudar el comprobar que autonomía se opone a heteronomía y dependencia a independencia. Heteronomía significa encontrarse bajo el poder de otros para regular las metas y normas de vida. La independencia significa no necesitar de otros para regular la vida y, por tanto, poder vivir sin el apoyo o la recurrencia de otros; es un término que se acerca al de autosuficiencia.
cierta dificultad en ver a la vez su autonomía y su dependencia. Por esta razón, cuando nos referimos a la Ley de Autonomía Personal, solo en el lenguaje políticamente correcto la llamamos así
mientras que en el lenguaje cotidiano, habitual, la seguimos llamando Ley de Dependencia. En mi opinión, este es un debate estéril. La cuestión es que dicha ley en la medida en que es una ley para la autonomía personal lo es también para la dependencia.
Para hacer una interpretación adecuada nos puede ayudar el comprobar que autonomía se opone a heteronomía y dependencia a independencia. Heteronomía significa encontrarse bajo el poder de otros para regular las metas y normas de vida. La independencia significa no necesitar de otros para regular la vida y, por tanto, poder vivir sin el apoyo o la recurrencia de otros; es un término que se acerca al de autosuficiencia.
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