Es necesario que todos los profesionales que trabajan de forma directa con los usuarios de instituciones sociales, como es el caso del profesional en atención sociosanitaria, tengan presentes una serie de orientaciones para sus actuaciones diarias, de modo que adquieran una conciencia preventiva y de anticipación que les permita captar cualquier anomalía, problema o cambio que se produzca.
Así, entre las posibles incidencias o circunstancias que obstaculizan el desarrollo de las intervenciones y el logro de los objetivos perseguidos, están las actitudes negativas en los usuarios, las cuales pueden dificultar la realización de cualquier actividad. En estos casos, es indispensable que el profesional en atención sociosanitaria comunique al responsable del equipo interdisciplinar la incidencia detectada.
Para ello, podrá hacer uso de los documentos de registro establecidos a tal efecto y, en todo caso, dejará constancia en el Libro de Incidencias de la institución mediante la cumplimentación de la Hoja de Incidencias correspondiente.
Una vez comunicada al equipo interdisciplinar, éste determinará qué intervención realizar. Puede estimarse como necesario el uso de la motivación para reorientar la actitud del residente, lo que hace aconsejable aplicar algunas técnicas para modificar su conducta y motivarle.
Las técnicas de modificación de conducta tienen como objetivo mejorar el comportamiento de las personas a través de estrategias y procedimientos para conseguir una mayor frecuencia en una conducta adaptativa que ya existe, o su perfeccionamiento; la adquisición de una conducta nueva deseable; o la reducción de la frecuencia de aparición o eliminación de una conducta no deseada.
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