Casos prácticos: grados de apoyo y ACP


Uno de los pilares del modelo de atención centrado en la persona (ACP) es la competencia. Las personas mayores dependientes, las personas con discapacidad o que necesitan apoyos, tienen capacidades, con independencia de los apoyos o ayudas que precisen, para desarrollar, en mayor o menor grado, actuaciones competentes.

Jon es un joven de 34 años que tras un accidente de tráfico le ha provocado una tetraplejia derivada de una lesión irreversible en la medula espinal. A partir de ese día su vida a cambiado radicalmente, ya que necesita unos apoyos que antes no requería: se desplaza con una silla de ruedas motorizada que maneja con el mentón , y requiere el apoyo para la mayoría de las AVD al tener muy limitados los movimientos tanto de sus extremidadades inferiores como superiores. 

Montse es una joven con acondroplasia de 19 años de edad. Gracias a los tratamientos fisoterapeúticos recibidos y a varias  intervenciones quirúrgicas es capaz de caminar sin ningún tipo de producto de apoyo, aunque en ocasiones requiere de ayuda para desplazamientos largos o con un mayor nivel de complejidad, como subir y bajar muchas escaleras o abrir o cerrar puertas, entre otros. Necesita una ayuda esporádica en determinadas situaciones. 

Compara ambos casos haciendo un análisis de las causas que originan la situación de dependencia, el momento, el grado de dependencia y el tipo de apoyo requerido.

Los apoyos se clasifican en base a la intensidad de los apoyos que la persona en situación de dependencia necesita para poder desenvolverse con normalidad en su entorno. Ésta depende de distintas circunstancias en relación a las personas concretas, las situaciones y etapas de la vida. Los apoyos pueden variar en duración e intensidad.

Los apoyos, siguiendo el modelo de la AAIDD (Schalock y cols., 2010), pueden ser intermitentes, limitados, extensos y generalizados, con una intensidad distinta. La definición actual elimina las anteriores categorías  (ligero, moderado, severo y profundo) a favor de un nuevo modelo basado en los apoyos que requiere la persona.

Vamos a describir los cuatro tipos de intensidad de los apoyos:
  1. Intermitente: los apoyos se proporcionan cuando sea necesario. La persona no necesita siempre este apoyo(s). Se caracterizan por su naturaleza episódica. Esto significa que no siempre son necesarios, o que sólo son necesarios durante periodos cortos que coinciden con las transiciones del ciclo vital (por ejemplo pérdida de empleo o aparición de un crisis médica). Los apoyos intermitentes pueden ser de intensidad alta o baja. 
  2. Limitado: esta intensidad de apoyo se caracteriza por su consistencia en el tiempo, por un tiempo limitado pero no intermitente. No son intermitentes, pese a que su duración sea limitada. Puede exigir un coste inferior y menos personal que otros niveles más intensos de apoyo. Por ejemplo, podría ser un entrenamiento en el lugar de trabajo por un periodo limitado. 
  3. Extenso: se definen por la implicación e intervención continua y regular, por ejemplo cada día, en relación a algunos entornos y sin límite de tiempo. Por ejemplo, un apoyo a largo plazo en el trabajo.
  4. Generalizado: la constancia y alta intensidad caracterizan este tipo de apoyo. Se proporciona en distintos entornos y son, potencialmente, para toda la vida. Normalmente son más intrusivos y exigen más atención personal que las otras intensidades de apoyo.
----
*Schalock, R.; Borthwick-Duffy, S.; Bradley, V.; Buntinx, W.; Coulter, D.; Craig, E.; Gómez, S.; Lachapelle, Y.; Luckasson, R.; Reeve, A.; Shogren, K.; Snell, M.; Spreat, S.; Tassé, M.; Thompson, J.; Verdugo, M. A.; Wehmeyer, M. y Yeager, M. (2010) Intellectual disability: Definition, classification, and systems of supports. 11th Edition of the AAIDD Definition Manual. Washington, American Association on Intellectual and Developmental Disabilities. 

Comentarios