Independientemente de la obligación que nos marca la normativa de realizar una
valoración de las necesidades de la persona usuaria y de la realización de un Plan de Atención Individualizado (PAI)
posterior, hoy nadie concibe un buen sistema de cuidados sin una evaluación integral que abarque todas
las dimensiones de la persona (biopsicosocial) y además tenga en cuenta la promoción de la
autonomía y la continuidad en los cuidados. Para llevar a cabo una correcta
atención integral en los servicios residenciales o de atención diurna se
precisa de un equipo que tenga un encuentro interprofesional, un equipo que
comparta y participe de la misma filosofía y principios éticos.
La valoración
integral y la elaboración de planes de atención constituyen la base de la atención
de personas en situación de dependencia y la atención personalizada integral
debe ser el principio en el que se apoye la actuación de los servicios para las
personas mayores dependientes.
Pilar Rodríguez (2010: “La atención integral centrada en la persona.
Principios y criterios que fundamentan un modelo de intervención en
discapacidad, envejecimiento y dependencia”. Madrid, informes portal mayores,
nº 106.) define la atención integral desde el modelo de atención centrado en la persona (ACP) del siguiente modo:
“La atención integral centrada en la persona es la que se dirige a la
consecución de mejoras en todos los ámbitos de la calidad de vida y el
bienestar de la persona, partiendo del respeto pleno a su dignidad y derechos,
de sus intereses y preferencias y contando con su participación efectiva”. Esta
autora también explicita los principios (relacionados con las personas, su
dignidad y sus derechos) y criterios (relacionados con la calidad de los
servicios y programas) que fundamentan este modelo
Estas valoraciones se realizan de forma previa al ingreso o en el
mismo momento de este. En base a los datos recogidos se elaborará un Plan de Individualizado de Atención (PIA). Es
un paso previo e imprescindible antes de incluir a la persona en cualquier
tratamiento, programa, actividad o servicio.
El PAI es el
instrumento básico donde se recogen las valoraciones, informaciones personales,
objetivos, ideas, propuestas de intervención, apoyos personalizados y
recomendaciones para que la persona adquiera el mayor grado de autogestión sobre su vida cotidiana. Tiene que ser
dinámico, fruto del trabajo
interprofesional y del diálogo con la persona usuaria y su familia. Es una hoja de ruta consensuada para atender
sus necesidades y apoyar su proyecto de vida desde el impulso de la autonomía.
Como ya hemos afirmado anteriormente, cuando hablamos de autonomía como derecho, nos referimos a la garantía de desarrollar
un proyecto de vida basado en la propia identidad personal y controlado por la
persona, independientemente de su nivel
de capacidad.
¿Qué es el proyecto de vida?El proyecto de vida es la forma que las personas tenemos de plantearnos nuestra existencia, para conseguir nuestras metas y deseos en relación a distintos ámbitos de desarrollo personal y social: el trabajo, la familia, la red social de apoyos y afectos, los intereses y aficiones, etc.
El PAI es uno de los procesos clave en los servicios de atención a las personas en
situación de dependencia. Es un instrumento dinámico y está orientado a mejorar
la calidad de vida de las personas. Este proceso se desarrolla y se establece
de forma interdisciplinar y participativa, contando para ello con todos los
grupos de interés, tanto la persona mayor y su familia, como los profesionales
del centro.
Como proceso clave debe ser diseñado, implantado
y mejorado con información relevante de la persona, sus características,
deseos, opiniones, intereses, quejas, historia personal, obligaciones y
derechos.
El diseño de este proceso deberá incluir indicadores que informen sobre las evidencias de la
calidad de vida y que sirvan para introducir acciones de mejora.
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