La depresión es el trastorno psiquiátrico más frecuente en las personas mayores dependientes, produciendo importantes repercusiones sobre su situación funcional y cognitiva. Este diagnóstico se suele realizar preferentemente a través de la entrevista clínica, incidiendo en acontecimientos vitales desencadenantes, y también a través de la observación de detalles significativos como su manera de caminar, su actitud, su aspecto físico, el tono de voz, etc.
Cuando la persona mayor dependiente presenta síntomas depresivos, normalmente ese estado viene aparejado con síntomas somáticos como pérdida de peso, ansiedad, deterioro de la capacidad funcional e irritabilidad.
Así mismo la ansiedad es uno de los principales síntomas afectivos en personas mayores. Proporciona un estado de malestar y aprensión o angustia desproporcionada al estímulo que la desencadena, agravando los cuadros depresivos y molestias físicas.
Debemos preguntar acerca de:
• Estado anímico y labilidad emocional.
• Anergia/hipoergia.
• Anhedonia/hipohedonia.
• Trastorno del apetito.
• Trastorno del sueño.
• Signos de ansiedad.
• Ideación de muerte. Ideación o tentativas autolesivas.
• Quejas somáticas.
Escalas para la valoración afectiva.
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