Establecer una comunicación fluida con las personas usuarias en el entorno de la institución nos va a permitir mejorar y reforzar nuestra relación con ellos, además de fomentar comportamientos y actitudes de autonomía personal, elevar los niveles de integración y adaptación al contexto residencial y estimular las capacidades y habilidades que el sujeto posea. Por estas razones, es de vital importancia aprender a construir vínculos afectivos y comunicativos efectivos.
Algunas de las actitudes fundamentales que no sólo facilitan el proceso de la comunicación con las personas usuarias sino que, además, crean la atmósfera de confianza necesaria para construir una relación terapéutica, son:
- Claridad. Enviar mensajes directos, evitando cualquier otra información que pueda desvirtuar el contenido. Transmitir de forma clara la información, enviando comunicaciones amenas y bien articuladas; es decir, expresadas con buen ritmo y pausas; y con adecuada entonación, según el contenido; etc.
-Ejemplo mala praxis: Martin, el que se pica ajos come-Ejemplo de buena praxis: Martín, estás enfadado.
- Sencillez. Usar frases que no se presten a dobles interpretaciones y resumir las ideas en oraciones cortas. Se trata de que el lenguaje oral esté al alcance de la persona receptora, sea breve, conciso y con palabras fáciles de comprender y recordar.
-Ejemplo mala praxis: Martín, ¿te importaría dejar de moverte que pareces una anguila?-Ejemplo buena praxis: Martín, quieto.
- Atención. Emitir mensajes precisos cuya información resulte estimulante para la persona; de este modo, el usuario/a comprenderá mejor lo que pretendemos transmitir. Evitar las “muletillas” y las palabras difíciles o sin sentido para que no aparezcan distracciones. Ilustrar la información a comunicar con ejemplos prácticos o con gestos corporales.
- Ejemplo de mala praxis. Martín, ¿qué quieres de postre hoy? Hay fruta, manzana y pera, o yogurt de limón o de fresa.
-Ejemplo buena praxis: Martín, ¿manzana o yogurt? (mostrándoselos para que coja lo que desee)
- Empatía. La empatía es la habilidad para comprender a otras personas, por lo que resulta idónea para los contactos interpersonales. Tener empatía supone disponer de la sensibilidad (que no sensibilería) psíquica para detectar las señales externas que nos indican lo que la persona dependiente necesita o quiere. Es una habilidad emocional esencial para las relaciones sociales, en general y, de forma muy especial, en el desempeño profesional con personas en situación de dependencia.
-Ejemplo mala praxis: Martín hoy estás muy raro, ¿tienes mal día?-Ejemplo buena praxis: Martín, vamos a descansar un poco de esta tarea.
Otros componentes en el lenguaje verbal oral que afectan a la recepción adecuada de los mensajes son el volumen, la entonación, la pronunciación y la velocidad.
Existen estrategias o técnicas específicas para conseguir una comunicación exitosa. Entre las más significativas se encuentran:
- la consecución de la escucha activa;
- la utilización de una actitud empática; y
- el uso de habilidades asertivas.
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