En general cuando acompañemos a personas con demencia y trastorno de conducta los puntos más importantes que debemos tener siempre presentes son:
- Evite reñir a la persona por su comportamiento. Es importante recordar siempre que la conducta alterada es producto de un contexto que no se adapta a sus necesidades. Dadas las consecuencias de su enfermedad, la persona ya no tiene recursos para afrontar lo que ocurre y fracasa para gestionar lo que le ocurra.
- Siempre que manifieste un comportamiento problemático trate de conservar la calma y distraer a la persona recurriendo a recursos dignos, adultiformes, personalizados y coherentes.
- Analice las posibles causas que provocan o mantienen una conducta (la conducta humana siembre está motivada por algo). lanza hipótesis que podrían explicar su reacción, trata de pensar qué significa esa conducta en esa persona y prueba a hacer cambios que puedan disminuir la probabilidad o o intensidad de dichas conductas.
- Mantenga un ambiente tranquilo y establezca horarios y rutinas de actividad.
- Mantenga la comunicación con la persona con demencia
Trastorno de conducta
Mº Izal, Montorio, Losada, Márquez y Alonso (2000) realizan la siguiente definición de problema de comportamiento que es muy útil para el contexto de las demencias en el que estamos:
Comportamientos que por exceso (por ej., agitación) o por defecto (por ej., tristeza), pueden suponer una dificultad, riesgo o peligro, tanto para la persona que recibe los cuidados como para la que cuida, o para terceras personas implicadas en el cuidado, son conductas socialmente poco aceptables.
Problemas relacionados con la pérdida de memoria.
Los olvidos son una parte de los fallos de memoria y un síntoma fundamental de las demencias.
LAS CONSECUENCIAS SUELEN SER:
- La persona con demencia realiza distintas actividades y al poco tiempo ha olvidado su experiencia, no recuerda nada o solamente parte.
- La falta de conciencia de enfermedad (anosognosia).
- Desorientación (temporal, espacial, personal).
Podemos intentar (en la medida de lo posible y sin obligar) :
- EXPRESAR TRANQUILIDAD y SEGURIDAD ante estos fallos.
- NO culpabilizar.
- FACILITAR la comunicación.
- CIERTA ACTIVIDAD.
- No preguntarle dónde ha dejado determinado objeto, ya que no lo sabe (se le habrá olvidado).
- Efectuar la prevención de respuesta limitando el número de lugares donde pueda poner objetos y luego no encontrarlos.
DELIRIOS
Los delirios son creencias falsas fundamentadas en conclusiones incorrectas que el sujeto saca de la realidad.
¿Qué podemos hacer en caso de delirios?
- Estar preparados por si aparecen.
- Intentar que el delirio no se convierta en una fuente de discusiones innecesarias, ¿cómo? NO rebatiendo constantemente a la persona con demencia sobre su falsa creencia.
- Relajar a las persona que está asustada o incómodo por el delirio. Un acercamiento tranquilo, de frente, buscando cotnacto ocular, nombrarle, unas palabras sosegadas o adelantarle que se le va a acariciar en la mano (si procede) pueden aportar bienestar.
- Distraer a la persona con demencia para que centre su atención en temas reales, y a ser posible de su agrado.
- Buscar desencadenante y consecuencias del delirio.
- No seguirles la corriente, ni dejarles solos.
- En personas con demencia muy suspicaces evitar cuchichear en su presencia.
- Si no reconoce a un familiar, no contradecirle, esperar, tranquilizar y después indicarle el parentesco.
- De manera general, para intervenir en delirios, se emplearán estos tres pasos considerando que será la misma persona y la situación la que determinará el tiempo de cada uno de ellos.
- RELAJAR: Voz adecuada [tono], mirada, tocar si el sujeto admite, sonreír
- DISTRAER: Con información significativa para el sujeto
- ORIENTAR: Situar, en la medida de lo posible, en tiempo, espacio y persona según necesidades.
ALUCINACIONES
Una persona con alucinaciones puede ver, oír, oler o tener sensaciones táctiles de cosas que no existen en el momento real.
¿Qué podemos hacer en caso de alucinaciones?
- No alarmarnos en estos casos y reaccionar con calma sin poner nerviosa a la persona.
- NO combatir la alucinación y NO convertirla en tema de debate.
- EVITAR CONVENCER a la persona. NO decirle que lo que está viendo no son hechos reales. Insistir en este punto puede provocar irritabilidad y agresividad.
- Tampoco debemos decir que se está de acuerdo con su percepción
- Lo mejor será DISTRAER a la persona, reconduciendo la conversación, llevándole a otra habitación, invitarle a dar un corto paseo, buscar algún objeto…
- Tranquilizarle y acercarse despacio dentro de su campo visual, identificándose y diciéndole en todo momento quiénes somos.
- El contacto físico [a no ser que sea interpretado como acto dominante o de alguna otra forma similar], puede tranquilizar. Dependiendo de la persona, nunca viene mal una caricia, un abrazo o cogerle la mano.
- Evaluación de defectos sensoriales y de la medicación (consultando al especialista).
- Buscar desencadenante y consecuencias de la alucinación.
AGNOSIA: INCAPACIDAD PARA RECONOCER OBJETOS
Las personas valoran y evalúan el entorno que les rodea sacando las conclusiones necesarias para actuar. Si la capacidad de razonamiento y enjuiciamiento está dañada, posiblemente se producirán problemas a la hora de interpretar los eventos del ambiente.
¿Qué podemos hacer en caso de malas interpretaciones?
- Comprobar a qué pueden ser debidas las malas interpretaciones.
- Si hay problemas en los órganos de los sentidos, pues con gafas, audífonos, buena iluminación, puede amortiguarse el problema.
- Explicar a la persona con demencia lo que está viendo u oyendo en cada momento. Es mejor dar explicaciones sencillas que discutir: ‘el viento es el que mueve la cortina’.
- Si está dándose alguna conversación alrededor de la persona con demencia, debemos evitar que pueda interpretar mal lo que pueda estar oyendo. Para ello, buscaremos su participación.
- Nunca DEBEREMOS HABLAR DE LA PERSONAS CON DEMENCIA EN PRESENCIA DE ELLAS, por muy ausentes que parezcan, nunca sabemos qué y cómo pueden estar escuchando.
- NO polemizar, no enfadarse, no gritarles por sus errores.
DEPRESIÓN
Demencia y depresión se dan frecuentemente unidas. Llanto, sentimientos de culpa, de ser una carga para los demás, preocupación excesiva por la salud, poco contacto ocular, poca espontaneidad…
¿Qué podemos hacer?
- Si la persona se queja frecuentemente de problemas de salud deberíamos tomarnos en serio sus palabras.
- NO insistir constantemente en que se anime o se alegre. Esto puede hacer que la persona con demencia, además de sentirse más triste, se sienta incomprendido.
- Ofrecer apoyo y cariño. Es importante que la persona esté rodeado de personas queridas y/o que le ofrezcan amor. Pero recuerda que el amor no es suficiente sin conocimiento sobre la enfermedad o de las técnicas para comunicarte con ella o para gestionar las conductas problemáticas.
- Hacer sentir a la persona con demencia útil e importante, haciéndole colaborar en tareas que le proporcionen utilidad y seguridad. Hay que tener en cuenta que las actividades en las que participe, el fracaso no esté presente.
LABILIDAD EMOCIONAL
Se refiere a la tendencia que la persona con demencia tiende a presentar cambios bruscos en sus sentimientos y expresiones emocionales.
REACCIONES CATASTRÓFICAS
Arranques de agitación y ansiedad (con irritabilidad o agresividad) desproporcionados en relación con la causa que las provoca.
¿Qué podemos hacer?
- Intentaremos saber cuáles son las situaciones DESENCADENANTES.
- NO SOLICITAR a la persona con demencia tareas que estén fuera de su alcance.
- Intentar descubrir las causas de los enfados.
- Reaccionar CON CALMA, SIN ALTERARSE, SIN GRITAR, de manera que evitemos discusiones inútiles.
- NO enfrentarse, ni pedir explicaciones. NO hacer gestos bruscos o tocarles inesperadamente por detrás.
- Preguntarle qué pasa y si le podemos ayudar con voz suave.
- Proporcionar TRANQUILIDAD y apoyo.
- APARTAR A LA PERSONA DE LA SITUACIÓN QUE HA PROVOCADO LA REACCIÓN DE ENFADO. En la medida de lo posible, distraerle.
INQUIETUD, NERVIOSISMO E ANSIEDAD
Estas tres “etiquetas” han de ser vistas como partes de un mismo continuo y que puede ayudarnos a detectar y prevenir reacciones catastróficas.
La persona comienza inquietándose, si no intervenimos puede pasar a un escalón superior [nerviosismo] y de ahí pasar a un estado de ansiedad que puede derivar en agresividad.
¿Qué podemos hacer?
La ansiedad es un sentimiento de miedo o peligro inminente, acompañado de la activación del sistema nervioso.
Algunos signos que deben prepararnos serían: Respiración rápida, temor, estado de alerta, sudoración.
- Reducir la estimulación excesiva como LOS RUIDOS, los cambios de rutina.
- Evitar las situaciones tensas y las discusiones. Quizás, el único detector que tengan en funcionamiento sea el de percibir y participar con el humor de las personas que les rodean.
- Responder con afecto y EVITAR RAZONAR PARA QUE COMPRENDA QUE SUS SENTIMIENTOS de ansiedad son infundados.
- Dar seguridad, COMODIDAD y SIMPLIFICAR el medio en el que vive [control de estímulos].
QUEJAS E INSULTOS
En muchos casos se dan situaciones en que la persona con demencia reacciona negativamente, en forma de insultos, agresiones, quejas, contra el cuidador.
Detrás de esas reacciones hay mucha frustración. Un “Te odio”, un “déjame en paz”, puede estar significando un “Odio lo que me está pasando”, “quiero que esta situación de desorientación termine”.
De igual modo estas reacciones suelen ser producto de no comprender lo que está pasando y el por qué de los síntomas que está percibiendo.
¿Qué podemos hacer?
- Reaccionar con tranquilidad.
- En estas circunstancias hay que atribuir la conducta del sujeto a la enfermedad y no a intencionalidad alguna por su parte.
- Intentar comprender el por qué y cómo en ese momento puede estar sintiendo. Puede estar perdido, aislado o desorientado. Esta labor de detección ayudará en prevenir situaciones similares.
AGITACIÓN, VIOLENCIA Y AGRESIÓN
La agitación se refiere a un estado importante de tensión que se manifiesta a través de gran variedad de movimientos y comportamientos molestos (ansiedad, confusión, discusiones, gritos).
Igual que con la ansiedad, han de ser vistas como partes de un mismo continuo y que puede ayudarnos a detectar y prevenir reacciones catastróficas. Alguien con demencia, primero se agita y, si no intervenimos, puede pasar a conductas violentas.
¿Qué podemos hacer?
- Transmitir sensación de tranquilidad [con voz suave] y mirada tranquila. Aproximarnos con educación y respeto, suavizando nuestro rostro.
- Simplificar el entorno de la persona, esto es, control estimular disminuyendo la carga de elementos existente y eliminando el desorden en la medida de lo posible. Por ejemplo, eliminar ruidos, vaciar la habitación de personas, bajar la música, quitar objetos innecesarios, etc.
- En casos extremos incorporar medidas de sujeción pautadas por profesionales sanitarios y con un objetivo concreto. Si esto es frecuente ha de existir protocolo de sujeción descrito por profesionales sanitarios formados para ello, sobre todo en centros.
La primera prioridad es la seguridad de la persona con demencia y la de los que le rodean, por eso la simplificación estimular del entorno es importante para prevenir accidentes.
- Si la persona con demencia está muy agresiva y en ese momento no se le puede controlar, retirarse fuera del alcance de los golpes intentando causar los menores daños.
- NO hacer gestos bruscos, ni tocarle inesperadamente por detrás. Tampoco gritar.
- Olvidar lo ocurrido recordando siempre que en este tipo de conductas no existe intencionalidad, son producto de la enfermedad y en muchas ocasiones provocadas por condiciones ambientales previas.
- Postura empática, receptiva y relajada del cuidador.
CAMBIOS DE PERSONALIDAD
La personalidad es el conjunto de cualidades y características de una persona, que se pueden modificar a causa de las lesiones cerebrales.
En la demencia, con cierta frecuencia, estas características se amplifican o se revierten.
Es decir, aquella persona que siempre se ha sido algo nerviosa puede volverse aún más ansiosa. Pero también puede ocurrir que el cambio sea hacia el poco contrario de la característica, siendo la persona justo lo que nunca fue…
En este sentido, la persona puede volverse inestable emocionalmente, desinhibida tanto en comentarios como en comportamientos [exhibición del cuerpo, conductas sexuales en público, agresiva, apática, indiferente, suspicaz, etc.].
Comprender que los cambios de personalidad son resultado de lesiones cerebrales y no de su intencionalidad, ayudará a controlar mejor la conducta del individuo con demencia. Aunque en cierto modo conozcamos la historia del sujeto y nos parezcan que constituyen comportamientos deliberados, no lo son.
Actuaremos en función del tipo de manifestación que se nos presente:
- RELAJANDO, DISTRAYENDO Y… ORIENTANDO.
APATÍA E INDIFERENCIA
En demencias, por apatía entenderemos: todas aquellas manifestaciones de la persona referidas a permanecer sentadas, calladas, sin hacer preguntas y sin visos de querer iniciar algún tipo de conducta o interacción.
¿Qué podemos hacer?
- Que la persona con demencia tenga interés por el entorno y sus cosas (sin presionarle). Comentar el entorno y la vida aunque no recibamos respuesta suya visible. Se trata de mantener una vía de contacto con el entorno adaptada a su deterioro.
- Realizar actividades en las que el sujeto SE SIENTA ÚTIL.
- Estimular a la persona evitando ponerla nerviosa. Se trata de CONSEGUIR ÉXITOS:
- NO SE TRATA DE ESTIMULAR HASTA VER DÓNDE LLEGA Y BUSCAR EL FRACASO.
- Si abandona una tarea al poco tiempo, NO insistir, FELICITARLE por lo que ha hecho y si procede volver a intentarlo pasado un tiempo.
TRASTORNOS DEL SUEÑO Y RITMO DIURNO
Las personas de más edad, en general y aunque no sea lo más adecuando, están más tiempo en la cama, sentados o inactivos.
Durante la noche presentan interrupciones más frecuente durante el sueño.
Requieren menos tiempo total de sueño nocturno acortando los tiempos de las distintas fases. Hay menos sueño paradójico.
Tardan más en conciliar el sueño. Se quejan más frecuentemente de haber dormido mal. Presentan cansancio y somnolencia durante el día, realizando siestas más frecuentemente.
¿Qué podemos hacer?
- Si tiende a dormir durante el día intentaremos en la medida de lo posible activarle (por lo menos despertarle) o mantenerle bajo estímulos luminosos, pero sin que pueda llegar a molestar.
- Al despertar le hablaremos tranquilizándole, indicándole dónde se encuentra si es necesario y el momento del día que es. Recordar continuamente las cosas y las veces que sea necesario, es algo que siempre estará muy presente.
- Crear rutinas al ir a dormir. Programar el sueño. Ir al servicio antes de dormir. Temperatura adecuada del dormitorio
- Realizar actividad física durante el día y evitar cenas excesivas o dejarles con hambre. Un vaso de leche tibia ayuda a conciliar el sueño.
- Evitar la toma de líquidos excesivos antes de dormir.
TRASTORNOS EN LA ALIMENTACIÓN
El apetito en la demencia puede darse disminuido o aumentado.
Muchas personas tienden a rechazar los alimentos que hayan sido poco habituales para ellos y solo admitir lo que siempre les ha gustado.
¿Qué podemos hacer?
- Una pequeña sensación de apetito puede ser interpretada como que no se ha comido.
- Si el apetito ha aumentado es probable que esté todo el día pidiendo de comer al no existir reconocimiento de la saciedad a nivel central.
- En centros de atención: unos comen con desesperación e incluso quitan comida del plato de los demás, otros no encuentran los cubiertos, o también, como no conservan la capacidad de reconocimiento, no valoran cuando un alimento está en mal o buen estado.
- Las comidas han de ser lo más relajadas posible [sin ruidos, gritos o jaleos innecesarios] y atendiendo a la persona que lo necesite durante la comida.
- Es importante supervisar en un principio más que ayudar directamente. Los apoyos se darán cuando sea realmente necesario.
- Las ayudas se realizarán con el objetivo último de retrasar la dependencia.
CONDUCTAS POCO APROPIADAS Y ALTERACIONES SEXUALES
Los fenómenos más frecuentes en este sentido son: la disminución del interés sexual o el incremento moderado de la actividad sexual.
Los trastornos relacionados con el comportamiento sexual o con la exhibición del cuerpo, tienen que ver con la falta de memoria, con la incapacidad de la realizar una evaluación crítica del entorno y con la alteración de la inhibición.
Valorar el tipo de comportamiento aparecido y la situación en la que ha aparecido.
Reaccionar con calma, sin ponernos nerviosos y con frialdad, es decir, sin dar importancia a lo que está aconteciendo.
¿Qué podemos hacer?
- Si las conductas que se dan son embarazosas [masturbación o similares], acompañaremos a la persona con demencia a un lugar privado, intentando distraerlo mientras se le acompaña. Si no conseguimos distraerlo, mejor le dejaremos [si procede] en dicho lugar privado y seguro ofreciéndole la intimidad necesaria.
- Procurar prendas que eviten cierto tipo de conductas [pantalones sin bragueta, camisas con cremallera en la espalda…).
- Pensar que los comportamientos exhibidos son causa de lesiones cerebrales, sin intención ninguna y que seguramente le hacen sentirse bien.
- Si existe exhibición delante de niños o familiares, reaccionar con naturalidad para no crear mayor impacto en ellos y explicar después los porqués.
- Siempre, la mejor opción es distraer a la persona antes que intentar razonar.
DEAMBULACIÓN ERRANTE
Es de las conductas más frecuentes y de las que más sobrecarga producen en el cuidador.
La persona con demencia vaga o deambula sin rumbo ni objetivo alguno. Parece no existir una razón aparente, pero si evaluamos bien el tipo de comportamiento y el entorno podremos identificar factores desencadenantes de la deambulación.
Puede ser expresión de:
- Querer hacer algo,
- señal de aburrimiento, falta de ejercicio, miedos o desorientación,
- consecuencia de algo que provoca frustración, molestia, dolor, malestar gástrico.
- EXCESO DE ESTÍMULOS.
Sensación de estar encerrado: es comprensible, que una persona que vive con informaciones de su pasado, tenga la necesidad de ir al trabajo o a casa de su madre.
De igual modo, suele ocurrir que deambulando, se pierda, se desoriente y esto genere miedo, ansiedad y después irritabilidad.
¿Qué podemos hacer?
- Evitar en la medida de lo posible cambios en el entorno. Rutina y estabilidad en su entorno es la mejor manera de prevenir reacciones de este tipo.
- Modificar el entorno para dar la máxima seguridad: eliminar barreras arquitectónicas, camuflar puertas para evitar que siempre quiera salir, etc.
- Enfatizar en los ejercicios de orientación a la realidad.
- Aprovechar para salir a dar un paseo cuando aparezcan los episodios de deambulación. Este es el mejor momento para relajar, distraer y orientar
- Como siempre, buscar si existe algún condicionante que esté provocando y manteniendo la conducta de vagabundeo.
- Rodear los nuevos ambientes con objetos familiares.
- No obligarle a sentarse ya que se volverá a levantar. Aprovechar para salir.
- Dejarle andar (un tiempo prudencial). Al tener mayor actividad física dormirá mejor.
- Puede ser señal de aburrimiento. Intentar entonces aumentar su nivel de actividad física y mental.
- Hablarle distrayendo y orientando su actividad en el momento del día en que nos encontremos evitando una reacción catastrófica.
SEGUIMIENTO PERSISTENTE DEL CUIDADOR
Se trata de una conducta similar a la deambulación errante pero tiene otros condicionantes.
Una persona sin memoria ve en el cuidador una fuente de seguridad porque soluciona los problemas. Quizá no lo reconozca pero de forma no consciente sabe que cuando esa persona está cerca “todo va bien”.
Por este motivo la persona con demencia “sigue” al cuidador de forma continua.
En caso de no encontrarle se inquietará, se angustiará, le buscará y le llamará.
Puede ser otra de las conductas que más sobrecarga producen en el cuidador.
La distracción siempre es nuestra mejor arma para después orientarle a que realice alguna tarea concreta.
RECUERDA: Los problemas de memoria tan presentes en la demencia pueden ser un aliado muy importante para el cuidador usando la distracción. Si hay algo que preocupa a la persona con demencia produciéndole malestar, inquietud o lo que sea, usando la distracción podremos conseguir que la información que provoca tal desasosiego se le olvide y su limitada memoria de trabajo sea ocupada por la información que indiquemos
ACTOS REPETITIVOS
Se trata de conductas que se repiten y repiten sin que la persona sea capaz de ponerle fin o de quedarse satisfecho con lo realizado.
El cerebro programa conductas que tienen un fin y que terminan cuando ese objetivo se ha alcanzado. En las personas con demencia este aspecto puede quedar afectado en el curso de la enfermedad.
Este tipo de actos se refieren a:
- Golpear en la mesa de forma continua.
- Abrir y cerrar cajones ininterrumpidamente.
- Tirar cosas al suelo
Si la conducta es muy molesta, en estos casos puede ser buena idea ofrecer una alternativa al sujeto en la que la repetición esté presente aunque no tenga el mayor de los sentidos, por ejemplo, doblar toallas, colocar papeles, etc. Valorar el riesgo siempre.
Estos actos repetitivos debemos diferenciarlos de las perseveraciones.
En las perseveraciones hay un objetivo, en los actos repetitivos no; las perserveraciones suelen ser intentos para conseguir algo donde el ensayo error es el modelo de respuesta que predomina.
Por otro lado, es importante no intentar convencerle de que deje de hacer lo que está haciendo, con una alta probabilidad el cuidado no conseguirá nada
- Mejor NO presionarle, NO razonar lo inadecuado de su acto y DISTRAER con otra actividad similar y sin riesgo. Y por supuesto, NO contrariarle tratándolo como a un niño si ciertas conductas así nos lo recuerdan.
- En personas que fueron muy activas intentar mantenerlas ocupadas y hacerlas sentirse útiles.
- Si la conducta no es especialmente molesta dejar que el individuo continúe haciéndola durante un tiempo prudencial, en la mayoría de los casos suelen ser reforzantes y placenteras para el individuo.
- De nuevo la distracción vuelve a ser la estrategia más adecuada.
NO CONTRARIAR A LA PERSONA CON DEMENCIA TRATÁNDOLO COMO UN NIÑO O UNA NIÑA PEQUEÑA POR SUS COMPORTAMIENTOS.
Bibliografía
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González Alonso, G. El Alzheimer y otras demencias: guía para familiares y cuidadores. Madrid. Ocu Ediciones; 2005.
Strauss, C. Como hablar con un Enfermo de Alzheimer. Buenos Aires. Obelisco 2005.
Molly W. La Enfermedad de Alzheimer: una guía práctica para cuidadores y familiares. Barcelona. Paidós; 2002
Webs para completar información:
http://www.alzheimer-online.org
https://www.alzheimers.gov/es/como-vivir-demencia/consejos-cuidadores
Vídeos YouTube:
LA COMUNICACIÓN EN PERSONAS CON DEMENCIA
https://www.youtube.com/watch?v=J5NYAzLeCkcTítulo
LA DEMABULACIÓN EN PERSONAS CON DEMENCIA
https://www.youtube.com/watch?v=2hf--uUSFEY
LA DESORIENTACIÓN EN PERSONAS CON DEMENCIA
https://www.youtube.com/watch?v=3634ZQV7qq0
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