Los ejercicios físicos, cuando sean posibles, son la mejor forma de estimular la movilidad de la persona con dependencia, pero siempre se deben hacer bajo las indicaciones del personal sanitario. Existen dos tipos de ejercicios:
• Ejercicios activos: Son los que puede realizar la persona por sí misma. Como persona cuidadora, deberá estimularle para que los realice.
• Ejercicios pasivos: Son los que precisan de ayuda, la ayuda de la persona cuidadora. Los ejercicios le ayudan a mantener la movilidad y evitar la rigidez. Debe hacerlos con suavidad y sin provocar dolor.
Siguiendo estas medidas, ayudará a mejorar el estado físico y psicológico de la persona con dependencia y contribuirá a disminuir el riesgo de que sufra problemas como la flebitis, el estreñimiento, el insomnio o las infecciones respiratorias.
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