Ayer Ciriaca se cayó y tiene que pasar el día en cama por prescripción médica porque está dolorida y algo confusa. Convive con su marido Trifón, enfermo de Alzheimer desde hace dos años en el centro residencial Loreak. Ciriaca tiene 81 años y se encuentra muy bien física y cognitivamente. Son las 10:00 y ha desayunado hace un rato.
Me han encomendado acompañar en el aseo a la señora Cirica tras su desayuno. Me acerco a su habitación y tras tocar la puerta la saludo y me presento. Cierro la puerta detrás de mi. Conversamos un rato sobre lo ocurrido, preparo el material, me lavo las manos y me pongo los guantes. Le pregunto por dónde quiere empezar. Y si quiere que cierre la puerta con pestillo. Me contesta que la cierre y que quiere lavarse primero los dientes. Como no se arregla con el mando de la cama articulada, le aviso que voy a subirle la cama y el cabecero para que esté más cómoda y de paso, le enseño a utilizarlo. En posición de Fowler le doy una toalla que se coloca bajo el mentón y le acerco el cepillo de dientes y la pasta. Se la sirve y se los cepilla sin ayuda. Le acerco el vaso de agua que coge y escupe en una palangana. Le pregunto cómo va y si podemos seguir. Me dice que si. Le adelanto que voy a subir una de las barandillas. Tengo una palangana con agua caliente, una jarra con agua caliente, empapador, esponjas, toallas, la cuña, crema hidratante, vaselina para los labios, crema de cara, su colonia, su peine, camisón, bragas, bolsa de sucio y la bolsa de basura. Le pregunto si quiere orinar y me dice que no. Le acerco la toalla humedecida para que se lave la cara, solo con agua, mientras seguimos conversando. Se seca. Luego se retira el camisón y las bragas (que tiro a la bolsa de sucio), se va aseando el pecho, las axilas con agua jabonosa, solo le ayudo a aclararse y secarse las zonas donde no llega. Coloco un empapador en cada parte del cuerpo mientras se asea para evitar que se moje la ropa de cama. Le voy destapando por partes con la ropa de cama. Le pregunto si quiere orinar y me dice que no. Le adelanto que vamos a asear genitales y que para que pueda aclararse bien, voy a dejar la cama en horizontal y se va a a colocar de lado (decúbito lateral) hacia la barandilla, colocaré un empapador para que no se moje la ropa de cama y que se va a colocar sobre la cuña. Si no puede asearse sin ayuda realizaré el aseo de genitales de arriba a abajo, y aclararé con abundante agua usando la jarra. Le pregunto si el agua es de su agrado. Se seca y pidiendo que se coloque de lado la cuña que dejo bajo la cama retiro el empapador (que tiro a la basura). Le ayudo a asearse la espalda, los glúteos y finalmente el ano. Le adelanto que le voy a aplicar crema hidratante en la espalda, nalgas y piernas. Sin dejar de conversar, felicitándola por su colaboración, se viste las bragas y el camisón asegurándome que es lo que ha elegido. Se echa la colonia de su elección. Reviso que la ropa de cama esté seca. Le ayudo a arroparse de nuevo y le pregunto si necesita algo más. Si quiere que suba las barandillas, le acerque el mando de la televisión y/o de la cama, sus gafas, revista, correr las cortinas... Recojo el material, me despido de Ciriaca, me retiro los guantes, lavo las manos y cumplimento la hoja de registro
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