CASO ROBIN. 63 años

Robin presentaba síntomas de depresión, sospecha de posible, confusión, demencia, síntomas asociados a una posible enfermedad de Parkinson, pero no se había establecido cuál era realmente su diagnóstico. Cuando empezó a sentir los primeros síntomas de la enfermedad, temblores en las manos, el primer diagnóstico de los médicos fue Parkinson. Su malestar iba a más y muchos dedujeron (erróneamente) que ciertos comportamientos, como la somnolencia y la desorientación atañían a que seguía tomando alcohol o drogas de las que en el pasado había abusado. Lo cierto es que lloraba con mucha frecuencia decía que parecía que se desintegraba y que estaba perdiendo su mente, siendo consciente de todo, decía que “solo quiero reiniciar mi cerebro”. La enfermedad le causaba al paranoia, alucinaciones, insomnio, fallos de memoria así como “respuestas emocionales que nada tenían que ver con su carácter”. Una vez lo encontró en el piso del baño y con cortes en la cabeza y cuando le preguntó que le había pasado, él le respondió: ¨Calculé mal¨, una respuesta que dice ella tiene sentido por las características de la enfermedad. Según su esposa, desde hace varios años se movía mucho durante el sueño, grita e incluso se pelea durante el sueño, llegando a golpearla en varias ocasiones. A veces Robin, se despertaba en el suelo o a punto de caerse de la cama. Al final duermen en camas separadas, por miedo a las caídas Robin decidió ponerse unas barandillas para evitar caídas porque sus sueños (de que le persiguen, de que se defiende de un ataque…son tan reales que se dañaba los nudillos o la cabeza al intentar salir de la cama violentamente y golpearse contra la pared. Una noche en la que se desperté, llamó a gritos a su mujer porque había notado la presencia de alguien a quien no podía ver. Se  levantaban y tras comprobar que no había nadie se volvía a acostar. Unas semanas más tarde, también por la noche, interaccionaba a gritos con personas desconocidas que entraban y salían de la habitación, le insultaban y le agredían, por lo que se magulló las manos y las piernas. Por ello tuvo que acudir a urgencias y le recetaron antipsicóticos para tratar las alucinaciones provocándole rigidez y temblor hasta que dejó de tomarlos. En su último proyecto, varios colaboradores le observaron llorar frustrado porque se le ha olvidado caminar. Él refería que quiere caminar, es como si su cerebro no recibiera la orden y por eso ningún miembro de su cuerpo le ayuda a iniciar la marcha. Y porque ya no podía retener información como antes. Robin fue encontrado muerto, tras ahorcarse con un cinturón atado a su cuello por un extremo y el otro enganchado a la parte superior de un armario en su dormitorio.

En un artículo de 2016 sobre la experiencia de Robin Williams, titulado "El terrorista dentro del cerebro de mi marido", Susan Schneider Williams, la viuda del actor, destacó los problemas gastrointestinales y la ansiedad como afecciones que no tenían una explicación concreta y que a la postre se convirtieron en síntomas tempranos de la enfermedad.

Demencia con cuerpos de Lewy:  Las principales características clínicas de la demencia con cuerpos de Lewy son el deterioro mental, parkinsonismo de intensidad variable, rasgos psicóticos como las alucinaciones visuales (AV), y fluctuaciones del estado cognitivo que afectan especialmente a la atención y concentración.

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