En las instituciones sociales que atienden a personas en situación de dependencia, podemos encontrar usuarios y usuarias que además, manifiestan dificultades de socialización o problemas emocionales severos; y también quienes pueden necesitar de servicios terapeúticos y educativos específicos.
Con especial interés, nos referimos a los usuarios y usuarias que presentan una discapacidad de origen psíquico como las demencias, las discapacidades intelectuales (DI) y los trastornos mentales graves (TMG).
Estas personas necesitan recibir una intervención especializada sobre los hábitos de autonomía que posea un efecto preventivo sobre el comportamiento problemático.
Los hábitos son conductas aprendidas que se realizan de forma cotidiana, en el momento oportuno y sin necesidad de control externo de otra persona. La adquisición de hábitos requiere entrenamiento y práctica diaria y promueve la autonomía personal. Hacen referencia en el contexto sociosanitario que nos ocupa, a la realización autónoma y automatizada de las Actividades de la Vida Diaria (AVD).
Con especial interés, nos referimos a los usuarios y usuarias que presentan una discapacidad de origen psíquico como las demencias, las discapacidades intelectuales (DI) y los trastornos mentales graves (TMG).
Estas personas necesitan recibir una intervención especializada sobre los hábitos de autonomía que posea un efecto preventivo sobre el comportamiento problemático.
Los hábitos son conductas aprendidas que se realizan de forma cotidiana, en el momento oportuno y sin necesidad de control externo de otra persona. La adquisición de hábitos requiere entrenamiento y práctica diaria y promueve la autonomía personal. Hacen referencia en el contexto sociosanitario que nos ocupa, a la realización autónoma y automatizada de las Actividades de la Vida Diaria (AVD).
El procedimiento para entrenar y mantener los hábitos de autonomía personal consta de cuatro fases:
- Preparación
- Aprendizaje
- Automatización
- Consolidación
Es condición indispensable que establezcamos vínculos relacionales empáticos y asertivos con las personas a entrenar. Si tienen dificultades para realizar las tareas, suelen convivir con sentimientos, pensamientos y necesidades que también hay que tener en cuenta, para combatir contra la frustración por no lograr el éxito a la primera. Grandes dosis de confianza y respeto para reforzar los esfuerzos y pequeños logros. El aprendizaje debe ser progresivo, constante y flexible o adaptado a cada persona en particular.
Veamos los siguientes casos:
Antxon tiene 49 años, hace poco más de un año que falleció su madre con la que vivía. Presenta una importante discapacidad motriz que le lleva a desplazarse en silla de ruedas, y recibe tratamiento psicológico y psiquiátrico en su centro de salud mental porque cuando era adolescente le diagnosticaron esquizofrenía. Tras la muerte de su madre todavía tiene dificultades para gestionar la vida doméstica más básica. Reporta que siempre ha sido un hombre coqueto, que le ha gustado ir bien vestido con su traje chaqueta que le planchaba su madre. Ahora sale mucho menos porque no sabe planchar bien ni colocarse la corbata correctamente. Para obtener una mayor independencia y autonomía a la hora de disponer de su tiempo se hace preciso instaurar nuevos hábitos en Antxon. Indica con qué método favorecerías la adquisición de estas conductas.
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