Escucha Activa y Escucha Empática


En la comunicación diaria con personas dependientes en instituciones sociales podemos encontrarnos con algunos filtros y barreras concretas (físicas o ambientales, fisiológicas, psicológicas, semánticas) que, de forma más habitual, se encuentran en el proceso de comunicación:

  • Espacios inadecuados para iniciar o mantener una conversación y comunicarse: ruidos, interrupciones, iluminación deficiente.
  • Falta de conocimientos o habilidades comunicativas de los usuarios, debido a sus propias deficiencias; y en nosotros, como profesionales, para adaptarnos a sus características y necesidades: deformación del mensaje, percepción errónea, falta de atención, ausencia de feedback, malos entendidos por el efecto del estado emocional o una actitud negativa, falta de empatía, incongruencia entre el lenguaje verbal y no verbal,
  • Asumir un rol paternalista en la relación con la persona dependiente, favoreciendo un trato pueril que no beneficia ni motiva al usuario.
  • Utilización de vocabulario inadecuado (uso de tecnicismos, palabras extranjeras, argot...)
  • Ofrecer sobrecarga de información
  • Dificultades en la comprensión.
  • No establecer un correcto contacto visual, lo que impide captar del usuario los elementos comunicativos no verbales.
  • Otras barreras derivadas de las discapacidades visuales, auditivas, cognitivas o motoras de los usuarios/as
La imagen corresponde a una pintura de Leon Kroll que lleva por título Study for Conversation [1940], la quietud pone de manifiesto el tiempo necesario que hace posible la fuerte dinámica de la escena.

Para minimizar los efectos  de esta barrera tenemos que desarrollar fundamentalmente cuatro habilidades:







Comentarios