Papel de los profesionales de atención sociosanitaria. Comunicación en caso de delirios o alucinaciones
Conductas extrañas podrían estar indicando que el estado mental de la persona usuaria de la institución social podría estar gravemente alterado. Los delirios y/o las alucinaciones pueden aparecer en diversas enfermedades médicas o psiquiátricas y que implican una distorsión de la realidad, bien en la esfera del pensamiento (ideas delirantes), bien en la esfera perceptiva (alucinaciones).
Los/as profesionales de atención sociosanitaria, tanto en instituciones como en domicilios, tienen que estar bien atentos/as al comportamiento de las personas a las que acompañan en las actividades cotidianas. Observaremos y comunicaremos /o registraremos si habla solo, va de un lado a otro nervioso y sin aparente motivo, mueve las manos como apartando cosas, tiene la mirada perdida, entre otros.
Si es así, es necesario informar de los episodios presenciados siguiendo el procedimiento del centro y coordinarse con los técnicos especializados de la institución.
En cualquier caso, lo que siempre debemos recordar es que no debemos intentar convencer a esta persona de que está equivocada. Está completamente convencida de lo que está ocurriendo o viviendo y presenta mucho dolor psíquico al respecto. Por lo tanto es fundamental validar su estado emocional. Lo que nos dice, siente, oye, huele y ve es real para ella. Por lo que convencerle de lo contrario no es lo que necesita.
Las alucinaciones y las ideas delirantes son una protección y podrán ser abandonadas únicamente cuando la persona se sienta autosuficiente y segura. No necesita que les orientemos en la realidad o que les convenzamos de su error o falta de juicio. No es una buena práctica desde la comunicación alimentar la idea delirante o la alucinación (interactuando con ella, por ejemplo) o engañarles.
Imaginemos que alguien intentara convencernos insistentemente de que nuestro nombre y apellidos son otros distintos a los que que conocemos y aparecen en nuestro DNI. Imaginemos que esta persona se empeña e insiste una y otra vez, nos lo discute. ¿Cómo reaccionaríamos?
Pongámonos en el lugar de la persona con alucinaciones o ideas delirantes para comprender lo que necesita de nosotros.
Los/as profesionales de atención sociosanitaria tienen que desarrollar grandes habilidades de empatía para reconocer al otro. Supone poder reconocer y comprender (validar) los sentimientos de la otra persona en una determinada situación. Ver desde su punto de vista.
Poder validar las emociones y pensar DESDE LA PERSPECTIVA del que sufre: qué sentimientos, qué temores, qué fantasías, qué ideas produce. Es aceptar y respetar a a persona con trastorno mental grave pero NO NECESARIAMENTE COMPARTIR su punto de vista.
En el caso de las personas con demencia, lo primero es recordar que las alucinaciones e ideas delirantes son un reflejo de que algo del contexto humano y ambiental no se adapta a sus necesidades (se le confronta directamente con sus limitaciones cognitivas, cambios en las rutinas, actividades no significativas o ausencia de ellas....). Desde el punto de vista de la comunicación de las personas con demencia que presentan alucinaciones o delirios destacamos:
- No ignores a la persona, valida su estado emocional. Comprende y pon en valor las necesidades de la persona en ese estado emocional, Entiende que detrás de esa respuesta hay una emoción. Es un ser humano que en ese momento está sufriendo, comprende su situación.
- Asegúrate que lo que digas para acompañarla sea coherente con tu comunicación no verbal (cuida la entonación, el volumen, tu mirada y expresión facial que no demuestre hartazgo o enfado)
- Capta su atención, busca contacto visual, nómbrala antes de comunicarte con ella o de contactar físicamente con ella.
- No discutas con la persona. No la sermonees. No le recrimines su error. No la juzgues. No trates de convencerla ni de razonar con ella. No confrontes sus delirios o alucinaciones. No argumentes lo ilógico de su razonamiento. Todo esto la confundiría mucho más
- Recuerda que no hay nada que arreglar o resolver, la persona en ese estado emocional ha fracasado cognitivamente, solo necesita tu presencia. Si no sabes qué decir no digas nada. Lo que entra por ruta visual se comprende mejor, mantente a su lado. Capta su atención con la mirada y la sonrisa, abre los brazos para que te abrázale, dale la mano...
- Habla despacio. Utiliza un léxico sencillo, claro y asertivo. Afirma, no preguntes que le pasa o porqué está así. Da instrucciones precisas y en positivo: Ana, mírame. Confía en mi. Ven conmigo. Estoy contigo. Vaya susto/enfado/...tienes.
- No interactúes con su idea delirante o alucinación. No es respetuoso. No es digno. Es una persona adulta
- No le engañes, ni le mientas. No es respetuoso. No es digno. Es una persona adulta.
- No hables delante de la persona como si no estuviera. No es respetuoso. No es digno. Es una persona adulta.
CASO PRÁCTICO:
Trabajas en una unidad para personas con demencias en una residencia de Donostia. El supervisior te indica que Luisa (89 años, demencia de tipo Alzheimer) está nerviosa, no quiere comer y necesita apoyos para tomar la merienda.
Te acercas y la observas de pie mirando el vaso de café con leche, el bollo de pan y unos trozos de fruta.. En un susurro, con voz temblorosa y con los ojos abiertos como platos, al borde del llanto, escuchas que le dice a la compañera que está a su lado
- Ellos, ….ellos,…. han sido ellos, los hombres que …..envenenan mi comida, eres uno de ellos, tengo que irme.
Desde el punto de vista de la comunicación ¿cuáles serían las pautas concretas para comunicarte en ese momento con Luisa?
1. La saludo, nombro, me acerco manteniendo el contacto visual y la toco con suavidad por ejemplo en el hombro
2. No preguntar qué te pasa
3. No decirle , tranquila que no pasa nada
4. No discutir con ella o argumentar o tratar de convencerla qué ha sido ella la que ha guardado los cubiertos ahí
5. No la engaño o miento o ridiculizo diciendo que los hombres han dejado esos cubiertos para mí
6. Empatizo y valido su estado emocional: le devuelvo lo que veo en su rostro, “vaya cara de susto”, “pareces muy asustada” “¡vaya susto tienes!”
7. Cuido mi comunicación no verbal para que no contradiga lo que le digo, que no denote impaciencia, ni enfado, ni tristeza o hartazgo. Que denote comprensión y validación, mirando a los ojos, afirmando con la cabeza, acercándome o tocándola delicadamente mientras le hablo o escucho
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