Las relaciones sociales y la integración son dos aspectos igual de importantes a la hora de mejorar la calidad de vida de las personas dependientes institucionalizadas. Por todo ello, es importante que el profesional sociosanitario y de atención directa conozca la importancia de reconocer las características psicológicas y sociales de las personas con dependencia para lograr una atención integral, fomentando su red social y sus habilidades sociales a través del acompañamiento en actividades.
Pero, ¿de qué estamos hablando cuando nos referimos a habilidades sociales?
Las habilidades sociales son el conjunto de comportamientos que nos permiten actuar con eficacia en las relaciones sociales.
Entre ellas encontramos: Primeras habilidades (escuchar, presentarse, presentar a otras personas, entre otras); Habilidades sociales avanzadas (pedir ayuda, disculparse, entre otras); Habilidades sociales relacionadas con los sentimientos; Alternativas a la agresión; Para hacer frente al estrés; y de planificación.
Leamos el testimonio de un Profesional de Atención Sociosanitaria que trabaja en una institución social que atiende a personas con Parálisis Cerebral.
"Trabajo para personas adultas con Parálisis Cerebral (PC). La PC está englobada dentro de las discapacidades físicas, aunque en ocasiones lleva asociada una discapacidad intelectual. Las personas con las que trabajo suelen corresponder a este perfil. Muchas de ellas, pueden tener limitadas o poco desarrolladas ciertas competencias sociales debido generalmente a la influencia de un entorno que no ha sabido en etapas tempranas contribuir al desarrollo de habilidades sociales, comunicativas, entre otras. Se ha tendido a infantilizar los comportamientos de éstas personas. cuando muchas personas con PC tienen una afectación física y tienen conservada la capacidad intelectual, con déficit de habilidades sociales. Una de las cosas que en el centro se promueve son las actividades deportivas y las de ocio o tiempo libre. El deporte es una actividad fundamental para promover las competencias sociales: les ayuda a relacionarse con mucha gente fuera de su entorno, con sus compañeros de equipo, con los/as voluntarios/as, entrenadores/as, equipo contrario, familias, etc. En el deporte se puede ganar y perder, aprenden a frustrarse, a respetar a sus compañeros y rivales, valores de superación, compañerismo, sufren presión, ganan y pierden, tienen que desplazarse a otros lugares y adaptarse a esos cambios y otras personas, mejoramos su autoestima, ven que son capaces de hacer cosas que por su discapacidad no les han dejado hacer o nunca les han animado a hacerlas. En definitiva, adquieren habilidades que se pueden trasladar a su vida diaria, ayudando a su normalización e inclusión".
Comentarios
Publicar un comentario