El servicio de ayuda a domicilio, como toda gestión o servicio que se desee llevar a cabo de una forma eficiente, debe planificarse, y diseñar para ello un plan de trabajo que oriente nuestra intervención.
En consecuencia, el plan de trabajo en el servicio de ayuda a domicilio debe desarrollar las siguientes fases:
1. Evaluación inicial o diagnóstico de necesidades
Para poder elaborar un plan de trabajo acorde al beneficiario del ser- vicio, en primer lugar debemos conocer cuáles son las necesidades que tiene ese usuario, es decir, hacer un diagnóstico inicial de la situación del mismo.
Este diagnóstico implica detectar las necesidades y conocer los recur- sos disponibles para afrontarlas. Para ello se desarrollan los siguientes pasos:
■ Entrevista a domicilio: será el primer contacto con la unidad familiar y en la que deberán estar presentes todos los miembros de la familia y el equipo que se encargará de intervenir en la situación.
■ Valoración: una vez recogidos los datos de la entrevista, se hará una va- loración del caso teniendo en cuenta:
– El grado de dependencia de los usuarios.
– Apoyo social con que cuenta la unidad familiar: familiares, vecinos, centros de adultos...
– Dificultades del medio físico y las posibilidades de adecuación de la vivienda.
■ Coordinación y optimización de recursos: se trata de ver los recursos propios y externos de que se disponen para planificar el servicio.
2. Diseño de la intervención
Para planificar una adecuada intervención, se considerarán los siguientes as- pectos:
■ Adaptación de la vivienda y ayudas técnicas. Eliminar/disminuir barre- ras, asesorar a familiares sobre ayudas técnicas y determinados casos de soledad no deseada, que se pueden complementar con el servicio de teleasistencia.
■ Planificación de la ayuda. En este momento habrá que definir las metas/ objetivos que se quieren conseguir, estableciendo para ello las activi- dades o medidas que se van a desarrollar y que previamente se habrán consensuado con la unidad familiar.
■ Establecimiento de tareas. Se concretarán todas las tareas que tienen que realizar la familia y los técnicos con una temporalización programada mientras dure la intervención.
Entre otras actividades, se llevarán a cabo: tareas de cuidado personal, relaciones interpersonales, tareas domésticas, asesoramiento y gestión básica, asesoramiento sanitario...
3. Ejecución de la intervención
En esta fase se realizarán todas las actividades concretadas en la fase del diseño. Todas estas actividades se reflejarán adecuadamente en un libro de registro.
Además, se establece una relación entre el auxiliar y el beneficiario del ser- vicio, fomentando así los lazos psicoafectivos, muy necesarios en esta re- lación profesional, para lo que será necesario evitar cambios innecesarios del auxiliar que inicie el servicio.
Por tanto, la actitud del profesional debe ser de empatía, escucha activa, comprensión y, sobre todo, consenso con el ayudado y sus familiares.
4. Evaluación
La evaluación se efectuará durante todo el proceso, mediante la supervi- sión de todas las actividades, permitiendo de ese modo hacer los ajustes necesarios que garanticen su eficacia.
■ En esta evaluación se verificarán de forma continuada:
– El grado de consecución de las metas u objetivos marcados.
– La realización de las actividades previstas.
– La idoneidad de los recursos tanto personales como materiales.
■ La supervisión se llevará a cabo a través de:
– Contactos personales (visitas, entrevistas...).
– Contactos no personales (llamadas telefónicas, elaboración de infor- mes...).
– Entrevistas con los usuarios o familiares colaboradores.
■ Instrumentos utilizados en la supervisión: – Protocolos de entrevista/visita.
– Cuestionarios.
– Listas de control.
Para comprobar la adecuación del servicio a las necesidades del usuario, periódicamente se elaborará un informe individual del caso, donde se eva- luarán todas las variables posibles a fin de velar por su buen funcionamiento y establecer los ajustes que se consideren necesarios.
Elementos del plan de trabajo
■ Número de expediente identificador del usuario: número identificativo del usuario dependiente y la unidad de convivencia.
■ Datos personales del usuario: identificación básica del usuario.
■ Situación económica de la persona dependiente: nivel económico actual
disponible del usuario.
■ Estado de salud del asistido: informe médico.
■ Situación de la vivienda: si es en propiedad o alquilada, su habitabilidad y accesibilidad.
■ Características de la unidad convivencial: miembros, tipo de familia, relaciones, etc.
■ Periodo de vigencia del plan: inicio y fin o revisión del plan.
■ Profesionales implicados en la asistencia domiciliaria: nombre, categoría
y teléfono de localización.
■ Objetivos del plan de trabajo: deben ser adecuados a la realidad, claros, medibles, evaluables y acordes con los recursos de los que se dispone.
■ Reparto de actividades y tareas: aquellas que se llevarán a cabo y el responsable de las mismas.
■ Hoja de registro: es un documento operativo y dinámico en el que se harán anotaciones sobre aspectos de la vida diaria de la persona de- pendiente.
■ Contrato de compromiso: puede ser optativo para evitar malentendidos.
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