Se define a la persona mayor frágil como
aquella que tiene una disminución de las reservas fisiológicas y un mayor
riesgo de declinar, lo que lo coloca en una situación de mayor vulnerabilidad
ante perturbaciones externas y resulta en una mayor probabilidad para presentar
episodios adversos de salud (hospitalización, institucionalización, muerte, caídas) y pérdida de función,
discapacidad o dependencia.
Constituye una continuidad entre lo fisiológico y
lo funcional con lo patológico, desde la falta de fragilidad a la fragilidad y
posteriormente a la discapacidad y dependencia.
Existe cierto consenso en que la fragilidad es un
estado prediscapacidad; además de aquellas personas con factores de riesgo como los
mencionados y sin discapacidad,
suele incluir también
las personas mayores con deterioro incipiente de la
funcionalidad.Aunque a la situación de dependencia se puede llegar de una
manera abrupta, en las personas mayores es más frecuente que se instaure de
una manera progresiva, al menos en un 60% de las ocasiones, y es más frecuente
cuanta más edad se
tiene. La figura 1 refleja
gráficamente la progresiva pérdida funcional hacia la dependencia y
la situación de la persona mayor frágil.
Todo esto redunda en la relación estrecha
entre fragilidad y funcionalidad, como queda patente en
la clasificación de
tipologías de personas mayores:
https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-pdf-S0212656709005666 |
- Personas mayores sanas. No presentan enfermedad ni alteración funcional, mental o social alguna.
- Personas mayores con enfermedad crónica. Presentan una o varias enfermedades crónicas, pero sin problemas funcionales, mentales o sociales
- Personas mayores en riesgo de deterioro funcional. Aquellas que conservan su independencia de manera inestable y que se encuentran en situación de riesgo de pérdida funcional, bien porque tienen una serie de factores de riesgo para tener episodios adversos o deterioro, o bien porque tienen ya un deterioro incipiente o reciente en su funcionalidad, todavía reversible, sin causar aún dependencia ostensible. Engloba a las personas mayores frágiles. Son más vulnerables ante cualquier proceso agudo o intercurrente, influido por su entorno psicosocial y la atención sanitaria y social recibida, de instauración de dependencia más o menos intensa y definitiva.
- Personas mayores en situación de dependencia de carácter transitorio o de carácter permanente, independientemente de su intensidad. Las situaciones de dependencia pueden tener cabida en cualquier franja de edad pero especialmente en las personas mayores.
- Persona mayor en situación de final de la vida. Aquella que presenta una enfermedad en fase terminal con una expectativa de vida generalmente menor de 6 meses. Englobaría tanto a pacientes con enfermedad oncológica como no oncológica en fase avanzada o terminal y con limitación funcional grave no reversible, con síntomas intensos, complejos y cambiantes.
Algunos de los factores determinantes de fragilidad en la persona mayor aceptados por la
mayoría de los autores son los siguientes:
1. Mayor de 75 u 80 años.
2. Pluripatologías.
3. Polifarmacia.
4. Problemas cognitivos o afectivos.
5. Reingreso hospitalario frecuente o reciente.
6. Patología crónica invalidante.
7. Sin soporte/apoyo social adecuado.
8. Problemas en la deambulación (caídas frecuentes, miedo a caerse)
9. Pobreza
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