UF0130: caso de repaso ALZHEIMER Y AFC



Ainhoa de 76 años tiene diagnosticada una demencia de tipo Alzheimer. Vive en un centro residencial desde que murió su marido. Ainhoa  presenta delirios y alucinaciones, conductas agresivas (golpea en ocasiones a las personas usuarias) y acusaciones injustas. En algunas ocasiones, en el momento de las comidas, suele alborotar y molestar al resto de los/as compañeros/as. Otras veces, a la hora del aseo, insulta a los/as profesionales que le atienden en esta tarea.

Vamos a ANALIZAR EL CASO TENIENDO EN CUENTA LOS CONTENIDOS TRABAJADOS EN LA UF0130

La E.A. concurre con deterioro cognitivo y afectación progresiva de las ABVD. La EA, supone un envejecimiento patológico. Es el caso de Ainhoa.

En las personas mayores (envejecimiento fisiológico) lo frecuente es encontrar una afectación leve en ciertas funciones cognitivas como alteraciones en la percepción debidas a limitaciones visuales y auditivas (que se corrigen fácilmente en la mayoría de las ocasiones), una cierta afectación de la memoria a corto plazo (sin afectación de la memoria a largo plazo), no hay desorientación, ni confusión mental, cuando seamos mayores nos costará algo más realizar aprendizajes nuevos (tendremos que estar más motivados para ello), tendremos preservado el lenguaje pero con algunos errores de nominación (fenómeno de tener la palabra en la punta de la lengua), nos observaremos menos ágiles mentalmente, entre otros. Esto se suele confundir y nombrar erróneamente como demencia senil y lo correcto es hablar de DECAE (deterioro cognitivo asociado a la edad). En las pruebas de valoración cognitiva (Test de Lobo, por ejemplo) no hay evidencias o indicios de deterioro cognitivo relevante, ni progresivo. La persona mayor no ha perdido el juicio.

No es normal tener demencia. Es característico en las personas con demencia en general: la afectación cognitiva que impacta en la conducta y en el desempeño en las actividades de la vida diaria (AVD) La demencia las produce una enfermedad, no es una consecuencia inevitable de envejecer
La demencia senil no es un diagnóstico. Demencia y Alzheimer son dos términos que a menudo se confunden. La enfermedad de Alzheimer es la principal, pero no la única, causa de demencia. Y la demencia es la manifestación de unas alteraciones de las capacidades cognitivas que interfieren en la vida diaria (conducta y rendimiento en las AVDs) de quien la presenta.

Hay varias patologías que provocan demencia: demencia vascular, la demencia de los cuerpos de Lewy, demencia frontotemporal. La más frecuentemente diagnósticada es la demencia de tipo la enfermedad de Alzheimer (EA). A diferencia de las demencias vasculares en las que la lesión cerebral puede observarse en pruebas de neuroimagen (TAC, RM) la EA se diagnostica como posible o probable Alzheimer por las evidencias clínicas y por descarte. No existe ninguna prueba que determine al cien por cien si una persona tiene Alzheimer. El diagnóstico, hoy por hoy, continúa siendo clínico: requiere la presencia de síntomas y descartar mediante pruebas otras posibles causas de demencia, Solo se puede diagnosticar tras la muerte de la persona con una biopsia cerebral. Por otro lado,  a diferencia de la demencia vascular (por ACV) su inicio no es brusco.  Todas las personas con EA presentan una acumulación de placas de proteína beta-amiloide en la sustancia gris del cerebro. Pero esas placas también se encuentran en el cerebro de personas de edad avanzada que no tienen síntomas. La paradoja es que muchos de nosotros acumularemos placas en el cerebro a medida que envejecemos, pero solo una minoría presentará síntomas de demencia. Sin embargo, las placas siguen siendo el centro de atención de la investigación. 


En el caso que nos ocupa se nos dice que Ainhoa presenta delirios o ideas delirantes y alteraciones de la percepción (alucinaciones visuales y auditivas). El profesional de atención sociosanitaria, en esos momentos, tiene que recordar que para Ainhoa esos pensamientos incorregibles y esas alucinaciones le generan mucho malestar psíquico por lo que ofrecerle apoyo psicosocial es fundamental. La persona ha perdido el juicio por lo que se requiere no argumentar, no regañar, no debatir, no orientar, no tratar de convencer, no preguntar ni tampoco ignorar a Ainhoa, ....ya que podrían disparar la intensidad de la confusión mental y las conductas problemáticas. 

La intervención ambiental o la participación de programas de psicoestimulación cognitiva, como la orientación a la realidad, no previenen, ni enlentecen ni tampoco estabilizan o curan la ENFERMEDAD DE ALZHEIMER. Hay evidencia científica en los beneficios en otros aspectos importantes como la disminución de los episodios de agitación motriz y/o los estadios confusionales, el incremento de la autonomía y la autoestima, entre otros.

Independientemente del tipo de demencia al que se dirija, la INTERVENCIÓN COGNITIVA siempre deberá apoyarse en dos principios fundamentales: por un lado, un planteamiento basado en las capacidades conservadas de la persona y, por otro, que supongan actividades significativas y con sentido para ella , siempre que sea posible. De este modo, su aplicación deberá ser centrada en la persona y flexible.

Las CONDUCTAS PROBLEMÁTICAS están directamente relacionadas con el contexto en el que se producen; suelen venir provocadas por algo que sucede en el entorno de la persona que las presenta y estas influencias ambientales pueden ser acontecimientos importantes o hechos anodinos, pueden proceder de elementos externos o responder a factores internos a la persona que presenta la conductaSe debería valorar si hay algún elemento del contexto físico o social relacionado con la aparición de este estado confusional. Por ejemplo, podría apreciarse que se da con más frecuenta al atardecer (síndrome vespertino, también denominado síndrome del ocaso o sundown) e intervenir en la iluminación para que la conducta de agitación se de menos.

Ainhoa presenta conductas hetereoagresivas consistentes en golpear y acusar injustamente a otras personas; conductas disruptivas (alborota y molesta a otros compañeros) y lenguaje ofensivo (insulta a los profesionales).

La conducta problemática de las personas con Alzheimer no puede explicarse exclusivamente como mera consecuencia de la enfermedad. La actitud de los y las profesionales de atención directa tiene que superar ciertos juicios y conclusiones sin fundamente como la de que no hay nada que hacer. Una atención centrada en la persona, exige que sigamos reconociendo a las personas con Alzheimer que han perdido el juicio como personas antes que como enfermas. Un trato humanizado y de calidad requiere entender que la conducta problemática de las personas con Alzheimer puede significar que algo del contexto no se está adaptando a las necesidades, en este caso, de la residente. 


Para ello se puede realizar una evaluación funcional o análisis funcional de la conducta problemática que supone:

identificar la conducta problemática, es decir, describir la conducta desadaptativa: Ainhoa presenta conductas hetereoagresivas (consistentes en golpear y acusar injustamente a otras personas); conductas disruptivas (alborota y molesta a otros compañeros) y lenguaje ofensivo (insulta a los profesionales).
tener en cuenta el contexto (físico, social) en el que se da la conducta problemática (con otros usuarios, a los profesionales, a qué personas golpea, en qué horarios, en los momentos del baño y la comida, bajo los efectos de la medicación, cuando tiene dolor, hambre...) Un plan de apoyo conductual positivo requiere conocer profundamente a cada persona. Supone realizar cambios en el contexto ambiental y social e incidir en las consecuencias que recibe Ainhoa ante sus conductas problemáticas. Los profesionales de atención directa deben elevar la consciencia y la responsabilidad sobre ello, porque si son parte del problema, tienen, en parte de la solución: cuidar el volumen, el tono de la voz, utilizar su nombre, no regañar, reñir, argumentar, debatir con Ainhoa ante sus delirios o alucinaciones (profesionales desinformados, sin formación, irritados y cansados pueden estar elevando la posibilidad de que estas conductas se den). En relación al ambiente, se podría valorar no solo elementos del contexto social, si no también del entorno que podrían estar incidiendo en su conducta. Nos podríamos preguntar si las prisas, la inflexibilidad en los procedimientos está relacionado con la aparición de las conductas desadaptativas. O si ocurre en determinados momentos del día, ante determinadas exigencias o presiones, cuando se mantiene ociosa, cuando se le plantea una acción que le enfrenta a sus limitaciones, se la deja sola, está cansada...etc. Quizás cuando está bajo los efectos de determinada medicación, o cuando el efecto decae, o cuando tiene fiebre o dolor, estas conductas se disparan, y prevenirlas se hace sencillo. 
describir las consecuencias. El texto no revela nada al respecto. Sin embargo intervenir en las consecuencias podría ir de la mano de la técnica del refuerzo de conductas incompatibles con la conducta problemática, como cuando por ejemplo reforzamos positivamente a Ainhoa cuando ésta nos cuenta alguna historia de su niñez mientras le aseamos (esta conducta es incompatible con insultarnos) o le acompañamos a la hora de comer su plato de comida preferido junto con una conversación agradable (es incompatible comer y/o conversar con alborotar o molestar a sus compañeros de mesa)

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