ALIMENTACIÓN ENTERAL O ALIMENTACIÓN POR SONDA EN ALZHEIMER Y DEMENCIAS: debate

Alimentarse, como respirar, es imprescindible para poder vivir y para mantener la salud.


La desnutrición se considera como uno de los grandes síndromes geriátricos, en personas mayores,  se estima en España, una prevalencia del 1-15% (1). Conforme avanza la enfermedad de Alzheimer van aumentando las dificultades en los procesos de alimentación.

Puede ser causada por trastornos de deglución, transito, digestión, absorción o metabolismo. En estos casos el organismo es incapaz de mantener las funciones vitales. También pierde la capacidad de defensa (como en la infecciones), afecta a la cicatrización y a la reposición de tejidos lesionados.

Ante estas circunstancias no se pueden usar alimentos normales (ni naturales ni preparados). Y el personal médico, tras un diagnóstico, podrá optar por administrar alimentación artificial. Existen dos modalidades de nutrición artificial: la enteral (aporte de nutrientes por vía digestiva) y la parenteral (aporte de nutrientes por vía venosa).

Tipos

  • Sonda nasogástrica:  Se trata de una sonda que se coloca a través de las fosas nasales, por el esófago hasta el estómago. Utilizada en general para un corto espacio de tiempo (menos de un mes). Como ventaja tiene que es temporal y poco invasiva. Como desventaja tiene ciertas complicaciones (extracción accidental del tubo o irritación nasal).

  • Sonda nasoyeyunal: Similar a la anterior, pero ésta pasa por el estómago y por el yeyuno (sección media del intestino delgado). Se usa en personas que no pueden tolerar la alimentación en estómago. Las causas pueden ser por disfunción del estómago, la alteración de la motilidad gástrica, el reflujo o los vómitos intensos.


Sonda de alimentación gástrica:  Se coloca mediante una minúscula incisión en el abdomen que llega hasta el estómago. Utilizada para largo plazo.
Otros tipos: Sonda de drenaje gástrico, sonda de alimentación gastroyuyenostómica y sonda de alimentación yeyunostómica

Formas de administración (medicación y alimento)

Sonda

La nutrición enteral está indicada en personas que son incapaces de ingerir cantidades adecuadas de nutrientes pero tienen un tracto gastrointestinal con suficiente capacidad funcional. El uso de este tipo de alimentación reduce la morbilidad y la mortalidad. Permite que nuestro familiar esté en casa y que continúe en su entorno sin grandes cambios que puedan alterarlo.

Las sondas nasoentéricas deben ser usadas en períodos cortos de tiempo, aunque no existe acuerdo sobre el tiempo máximo que deben usarse. Este tiempo de uso varía en función de la enfermedad, la repercusión psicológica y la actividad social del paciente.

Complicaciones (tipos)

  • Mecánica: desplazamientos de las sondas, obstrucciones,…
  • Gastrointestinal: vómitos, diarrea, estreñimiento,…
  • Infecciosas: neumonía.
  • Metabólicas: hiper o hipoglucemia, deshidratación,…
  • Psicosociales: dificultades de adaptación a la situación.

Consejos y normas de uso:

Para las sondas nasogástricas o nasoyeyunales:
  • Limpiar con agua y jabón la nariz y la sonda, secar bien. Es necesario hidratar mediante cremas para prevenir la aparición de lesiones por presión (decúbitos).
  • Cambiar todos los días el esparadrapo de fijación.
Para gastrostomías:
  • Limpiar con agua y jabón. Aplicar povidona yodada alrededor de la sonda, secando bien.
  • Para evitar decúbitos en estómago, gira suavemente la sonda.
  • Todos los días es necesario cambiar los apósitos.
Normas generales:
  • Mantener la boca y los dientes limpios.  Así como mantener una buena hidratación de labios, por ejemplo con vaselina.
  • Antes y después de cada administración de alimento pasar 50cc. de agua.
  • Observar que la velocidad de paso del alimento sea lenta (aproximadamente 30cc. por minuto). O bien la que haya recomendado el médico en el caso de alimentación por gravedad o bomba de infusión.
  • Mantener en una posición de incorporación de unos 45º o sentarlo al menos una hora (evitar los reflujos).
  • En cuanto a la medicación, es mejor darla por separado de los alimentos. Utilizar sólo presentaciones líquidas (no efervescentes).

Existe un debate abierto sobre el uso de este tipo de alimentación.

La pregunta es: la sonda que alimenta a una persona incapaz de ingerir, ¿es un tratamiento más? ¿Puede considerarse excepcional? ¿Es lícito renunciar a él?

En una carta al periódico el Pais, la médica de cuidados paliativos Amparo Gisbert es tajante:

“Cuando el paciente diagnosticado de demencia es incapaz de alimentarse por sí mismo, la evidencia científica nos dice que alimentar de manera artificial no mejora su calidad de vida”.

Hace unos días hablábamos de que se ha reducido el uso de la sonda nasogástrica en un 50%. En España, la Organización Médica Colegial aprobó la Declaración de Pamplona que se pronuncia sobre estas cuestiones.

Declaración de Pamplona
Todo enfermo desahuciado tiene derecho a un exquisito cuidado de su calidad de muerte. El médico, con ciencia, experiencia y conciencia debe sentir el deber y poner los medios para procurar a cada moribundo su mejor muerte. El enfermo desahuciado es aquél en el que ya no existe esperanza de curación.
El médico debe evitar toda acción terapéutica fútil en el enfermo desahuciado. Es fútil todo acto médico inútil sin valor real para el enfermo.
Todo enfermo desahuciado debe recibir los cuidados paliativos adecuados para obtener la mejor calidad posible de cuidados terminales.
La asistencia del enfermo desahuciado, la agonía y el trance de morir deben ser afrontados por el médico con la misma profesionalidad, deontología y compromiso personal que emplea en la preservación o recuperación de la salud del resto de los pacientes.

La Organización Médica Colegial declara que la asistencia de la muerte debe ser un acto médico tan cuidado ética, deontológica y científicamente como la preservación de la salud y de la vida.

A pesar de la opinión de algunos profesionales, en la Declaración de Pamplona se obliga a dar los cuidados paliativos (entre los que entraría este tipo de alimentación). Por lo tanto, éticamente hablado, se debe proporcionar tal cuidado. En respuesta a la pregunta que nos hacíamos de ¿es lícito renunciar a este cuidado? la respuesta sería que depende. Tengamos en cuenta que depende de las ultimas voluntades del paciente (si las tiene) o de la decisión que la familia tome.

Referencias:

1. Ruipérez Cantera I: ¿Se nutren bien las personas mayores? Med Clin 2003, 120(5):175-6.

Fuentes:

Guía de nutrición enteral domiciliariaen el Sistema Nacional de Salud (PDF)

Declaración de Pamplona de OMC (PDF) 


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