La incontinencia urinaria (IU) de la persona mayor puede constituir un proceso complejo y de origen multifactorial, por lo que será preciso abordar su diagnóstico de una forma multidimensional (aspectos físicos, psíquicos, funcionales, sociales e inclusive del hábitat).
Actualmente está suficientemente estandarizada la valoración diagnóstica de la persona mayor con IU, incluyendo los siguientes componentes:
- Historia médica general.
- Historia médica dirigida.
- Valoración funcional.
- Exploración física.
- Estudio analítico.
- Exploraciones complementarias
Merece una mención especial la hoja de registro miccional, por su alto valor diagnóstico y utilidad en el seguimiento clínico y evaluación de los resultados terapéuticos (Figura 1).
El objetivo de las técnicas de modificación de conducta es intentar restablecer un patrón normal de vaciamiento vesical, promoviendo así la continencia urinaria.
Están consideradas como unas técnicas altamente eficaces, consiguiéndose una disminución de la frecuencia y severidad de la IU en un 50% de los adultos mayores y en un porcentaje menor (alrededor del 30-40%), es posible recuperar la continencia urinaria. Para que estas técnicas puedan ser realizadas es necesario que la persona conserve una suficiente capacidad física y mental, así como un grado de motivación, que le permita su aprendizaje o en caso contrario, que pueda disponer de un número suficiente de cuidadores para que las realicen ellos.
En base a esta posibilidad de poder ser efectuadas o no por la propia persona mayor, se establecen dos grandes grupos de técnicas de modificación de la conducta:
a) Reentrenamiento vesical: mediante esta técnica se pretende restablecer el patrón miccional normal de la persona mayor, vaciando periódicamente la vejiga y tratando de corregir la polaquiuria (el aumento del número de micciones (frecuencia miccional). Además con esta técnica se logra aumentar la capacidad vesical y reducir la necesidad imperiosa de orinar (urgencia-miccional). La periodicidad del vaciamiento vesical se establecerá individualmente en cada persona, según su esquema miccional previo, para lo cual es muy útil la hoja de registro miccional. Aunque esta técnica se ha mostrado más eficaz en el manejo de la hiperactividad vesical, también se pueden beneficiar de ella las persona con IU de estrés o con polaquiuria y/o urgencia miccional. Asimismo ha demostrado ser muy útil en la IU transitoria, sobre todo en las formas agudas (por ej. tras retirada de catéter vesical, tras fármacos o infecciones, etc.). Los resultados terapéuticos con esta técnica se consideran muy satisfactorios con porcentajes de recuperación de la continencia y/o mejoría de la frecuencia miccional entre el 50-90%.
b) Ejercicios del suelo pélvico: van dirigidos a reforzar la musculatura voluntaria periuretral y los músculos del suelo de la pelvis. Existen diversas modalidades de esta técnica (interrupción del chorro de la orina, realización mediante tacto vaginal, visualización perineal en el espejo). Cada una de ellas tendrá su propia metodología. La técnica más extendida es la interrupción del chorro de la orina, aunque se puede efectuar también sin relación con la micción. Puede utilizarse algún material, como por ejemplo los conos vaginales, para que el ejercicio sea más cómodo y se facilite así su cumplimiento.
Esta técnica ha demostrado ser muy útil en la IU de esfuerzo, aunque también se han comunicado resultados positivos en el manejo de la hiperactividad vesical y de las formas mixtas. No obstante, hay que destacar que el periodo de tiempo necesario para que aparezcan sus resultados puede ser largo (8-12 semanas) (22).
c) Entrenamiento del hábito miccional: se establecerá un esquema variable de vaciamiento vesical, para asegurar que la persona mayor esté seca y que se vayan consiguiendo cada vez más micciones voluntarias, utilizando de forma complementaria técnicas de refuerzo positivo.
d) Micciones programadas: es una técnica similar a la anterior, pero el esquema de vaciamiento vesical es fijo, utilizándose también las actuaciones de refuerzo positivo. Habitualmente, se programan las micciones cada 2 horas, tratando de que la persona mayor no esté húmeda y de crear unos reflejos condicionados para conseguir el mayor número de micciones voluntarias. Estas técnicas han demostrado ser muy útiles en personas incapacitadas con urgencia-IU y con IU funcional, siendo las técnicas preferidas para el manejo de la IU en personas severamente incapacitadas.
Fuente: https://www.mscbs.gob.es/biblioPublic/publicaciones/docs/incontinencia.pdf
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