La administración de medicamentos es una actividad de enfermería que se desarrolla bajo prescripción médica, enfocada a ofrecer o aplicar de manera adecuada los fármacos necesarios al paciente. Implica conocer y saber evaluar los factores fisiológicos, los mecanismos de acción y las variables individuales que afectan la acción de las medicinas, los diversos tipos de prescripciones y vías de administración, así como los aspectos legales que involucran una mala práctica en la administración de medicamentos.
El proceso de administración de medicamentos está asociado a una importante tasa de error. Se ha descrito que, de la cadena de procesos en los que se articula el circuito de utilización de medicamentos, el 56 % de los errores se originan en el proceso de prescripción médica, el 6 % en el proceso de transcripción a las aplicaciones informáticas y hojas de enfermería, el 4 % al proceso de dispensación y el 34 % al de administración.
Todo esto nos lleva a valorar que, antes de administrar un fármaco, habrá que tener en cuenta unas precacuciones básicas para evitar errores o problemas derivados de una inadecuada administración.
Pautas adecuadas de administración de fármacos
Obtener una historia farmacológica completa del paciente: conocer los fármacos que está tomando su paciente puede ayudarle a garantizar su seguridad. Pregunte si lo está tratando más de un médico, incluidos el dentista y el psiquiatra, y no olvide comprobar si está tomando fármacos sin receta. Tenga en cuenta la ingesta de alcohol y si es fumador.
Averiguar si el paciente tiene alguna alergia medicamentosa: debe distinguir también entre reacciones adversas y alérgicas. Una reacción adversa es un efecto farmacológico no deseado que puede ser incontrolable, problemático o peligroso. Una reacción alérgica es una respuesta física desfavorable ante un efecto químico, no farmacológico.
Ser consciente de posibles interacciones farmacológicas o de fármaco/alimento: las posibles interacciones medicamentosas o entre fármacos y alimentos que pueden producirse son muchas, por eso habrá que ser consciente del peligro que suponen y valorar el riesgo que corre el paciente mediante su historial médico y su respuesta trás la administración.
Educar al paciente sobre el fármaco que se le va a administrar: aproveche cada oportunidad que tenga para educar al paciente y a su familia sobre la medicación prescrita. Resalte la necesidad de una administración constante y oportuna y asegúrese de que ellos comprendan la importancia que tiene tomar la medicación durante todo el tiempo que dure el tratamiento. Acompañe la explicación oral con instrucciones escritas, que ayudan a evitar confusiones.
Anotar cada medicamento que se administre en el registro correspondiente.
4.1. Reglas a seguir en la administración de medicamentos
Habrá que seguir unas REGLAS DE SEGURIDAD que se conocen como los Cinco puntos correctos, imprescindibles para llevar a cabo la adecuada administración de cualquier medicamento.
Administrar el fármaco correcto parece sencillo, pero cuando se están realizando varias tareas a la vez el riesgo de confundir un medicamento con otro aumenta. Además, muchos fármacos tienen nombres similares. Para evitar errores, tómese el tiempo necesario para comprobar el nombre de cada fármaco que administra con los registros de administración de medicamentos, y en caso de que tenga dudas aclárelas antes de administrarlo. Es importante comprobar la fecha de caducidad.
4.2. Administración de medicamentos
Entendemos por medicamento al compuesto químico que, al introducirse en el organismo vivo, modifica las funciones fisiológicas del mismo y que puede ser administrado con fines de diagnóstico, curación, tratamiento, atenuación o prevención de la enfermedad.
El metabolismo de los fármacos o medicamentos se desarrolla en cuatro fases: Absorción, Distribución, Biotransformación y Excreción, y todas ellas van a verse influidas por diferentes factores como la edad, el sexo, factores genéticos o psicológicos, enfermedad subyacente, hora de administración, entorno...
Podemos encontrar medicamentos en diferentes presentaciones, que van a venir determinadas por las diferentes vías de administración que se utilicen: comprimidos, grageas, jarabes, cremas, supositorios, ampollas inyectables, enemas...
A la hora de administrar un medicamento encontramos diferentes formas de hacerlo, que van a depender de la zona o lugar por la que se desee introducir el fármaco en el organismo:Diferentes presentaciones farmacéuticas
Vía oral: el fármaco se ingiere por la boca, generalmente acompañado de algún líquido (agua, zumo...). Hay que asegurarse de que el paciente se toma el fármaco y que lo hace de forma correcta.
Vía sublingual: el fármaco se coloca bajo la lengua hasta su total disolución. Su absorción es muy rápida por ser una zona muy vascularizada, pero hay que asegurarse de que no se mastica ni traga.
Vía tópica: el fármaco se administra directamente sobre la piel o mucosas, en forma de crema, pomada, gotas, aceites...
Vía respiratoria: el fármaco se administra en forma de inhalador o mascarilla. Es importante asegurarse de su correcta utilización (inhalar sellando la boquilla, contener la respiración, no soplar a través de la boquilla...).
Vía rectal: el fármaco se administra en forma de pomadas, supositorios o enemas a través del ano, y pueden producir una reacción vagal por estimulación del sistema parasimpático.
Vía parenteral: el fármaco se administra a través de una inyección. Se puede realizar de forma intravenosa (en una vena), intramuscular (en un músculo) y subcutánea (bajo la piel).
El enema es la introducción de una solución líquida por vía rectal en el interior del intestino grueso. Tiene como finalidad la limpieza, el diagnóstico y el tratamiento de una patología, y siempre debe ser administrado bajo prescripción médica.
Los enemas se pueden clasifican en tres tipos diferentes, según la finalidad que se pretende conseguir con su utilización: de evacuación, de retención o carminativo.
ENEMA DE EVACUACIÓN
Es el más común. Generalmente no se retiene el líquido en el recto más allá de 2-3 minutos, transcurridos los cuales el paciente defeca la solución acuosa junto a materia fecal, gases, etc. Es el enema más simple y con él se busca la limpieza del recto y colon descendente. Típico para el tratamiento del estreñimiento ocasional.
ENEMA DE RETENCIÓN
La finalidad principal no es limpiar el intestino: se trata de que el paciente retenga durante 20-30 minutos la solución acuosa para que el intestino absorba el principio activo que se ha disuelto en la misma. Algunos subtipos son:
Antiséptico: con principios activos que destruyen gérmenes y bacterias.
Emoliente: cuya finalidad es lubricar y proteger la mucosa intestinal.
Antihelmíntico: que destruye ciertos parásitos que se alojan en el intestino.
Medicamentoso: para administrar ciertos fármacos, como sedantes; su uso es excepcional.
Oleoso: cuya función es ablandar las heces y facilitar la deposición.
ENEMA CARMINATIVO
Se usa para facilitar la expulsion de gases intestinales. Tambien es conocido como Lavativa de Harris.
Más información:
Participación en la administración de medicación: vías oral, tópica y rectal
REPASO
Ejercicio de Verdadero o Falso:
La vía tópica es indolora, de fácil utilización y con pocos efectos adversos.
2. La vía rectal es cómoda de administrar.
3. En la vía tópica, el fármaco (cremas, pomadas, geles y ungüentos) se aplica sobre piel y mucosas.
4. La vía oral está indicada cuando la persona está inconsciente, con problemas de deglución o tiene una patología digestiva.
5. La vía rectal es una vía alternativa para aquellas personas que no pueden tomar
medicación oral.
6. La vía oral es la de uso más frecuente, cómoda y segura.
7. La absorción de los fármacos administrados por vía tópica es alta.
8. La vía rectal produce irritación de la mucosa. X
9. La vía oral suele ser bien aceptada. Es indolora y económica.
10. Los medicamentos administrados (supositorios, pomadas y enemas) por vía rectal
son absorbidos más difícilmente, porque las paredes del recto tienen abundante
riego sanguíneo.
11. La vía oral es una vía rápida y puede provocar irritación gástrica
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