Protocolo de actuación en úlceras por presión

Las úlceras por presión (UPP) constituyen uno de los problemas más comunes en nuestra práctica diaria, siendo nuestra responsabilidad su prevención. 

La úlcera por presión (UPP) es una lesión de origen isquémico localizada en la piel y/o tejidos subyacentes, producida por la acción combinada de factores extrínsecos, entre los que se destacan las fuerzas de presión, fricción y cizallamiento, siendo determinante la relación presión-tiempo

Una buena práctica de actuación en este ámbito es extremar el cuidado y vigilancia en grupos de alto riesgo en desarrollo de úlceras por presión. Los/as profesionales de atención sociosanitaria deberán estar formados para ser capaces de reconocer signos en la piel que indiquen la presencia de fuerzas no deseadas y que puedan poner en peligro la integridad de la piel, como la presión, la fricción o las fuerzas de cizalla. Así el personal de enfermería podrá ser capaces de reconocer y valorar otros signos como la presencia de maceración, de eritema y la existencia de cambios en la coloración normal de los tejidos.

Todo esto será esencial para conseguir detectar y tratar de forma precoz lesiones incipientes que, en caso de que no se establezcan las medidas adecuadas en cada caso, derivarán en una lesión cutánea más grave en un corto periodo de tiempo.

Los puntos en los que el profesional o cuidador deberá prestar especial atención a la hora de valorar la piel serán los siguientes:

  • Puntos de apoyo relacionados con la posición del paciente (occipital, sacro, talones, codos, rodillas, escápulas, isquion, etc.)
  • Zonas de presión o de contacto con dispositivos clínicos. (sondas, catéteres, mascarillas, etc.)
  • Zonas expuestas a humedad, sudor, orina o heces.
  • Zonas que presenten cambios de temperatura, edemas, induraciones, hiperqueratosis, dolor u otro tipo de signos de alarma.








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