3. PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS ÚLCERAS POR PRESIÓN
Las úlceras por presión (UPP) constituyen uno de los problemas más comunes en nuestra práctica diaria, siendo nuestra responsabilidad contribuir como cuidadores o cuidadoras en insttuciones sociales a su prevención.
Las UPP son un problema evitable en un 95% de los casos.
La úlcera por presión (UPP) es una lesión de origen isquémico localizada en la piel y/o tejidos subyacentes, producida por la acción combinada de factores extrínsecos, entre los que se destacan las fuerzas de presión, fricción y cizallamiento, siendo determinante la relación presión-tiempo
3.1. Factores generales que contribuyen a su formación.
Intrínsecos: propios de la persona usuaria, no se pueden evitar.
Pérdida de la función sensitiva y motora
Disminución de la percepción
Riesgo de destrucción de la integridad de la piel
Sobrepeso
Delgadez
Personas de edad avanzada con combinación de múltiples factores
Permanencia en cama o en silla de ruedas durante largos periodos de tiempo…
Extrínsecos: actúan sobre el organismo de la persona usuaria desde el exterior, pueden ser evitados.
Presión
Fricción
Fuerza de cizallamiento
Humedad
3.2 Localizaciones más frecuentes
La formación de una úlcera da 4 tipos clasificados como GRADOS:
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GRADO I: afecta a la epidermis (piel intacta). Eritema que no recupera el color normal después de retirar la presión.
GRADO II: afecta a la epidermis y la dermis. Piel con pérdida de continuidad, vesículas o flictenas.
GRADO III: pérdida del tejido que se extiende en profundidad afectando a nivel subcutáneo. Puede haber tejido necrosado.
3.3 Prevención de las úlceras por presión
3.3.1 Valoración y cuidados de la piel
A todas las personas usuarias se les debería inspeccionar la piel lo más precozmente posible tras la admisión y particularmente las prominencias óseas, valorándose los siguientes aspectos: alteración de la humedad de la piel, cambios en la textura, turgencia, cambio de temperatura comparada con la piel circundante, cambios de color, consistencia, edema, grietas, ampollas, erupciones, drenajes, dolor y prurito.
Es importante realizar reinspecciones periódicas.
En el caso de que sean portadores de dispositivos debemos revisar la piel, alrededor y debajo de ellos, dos veces al día.
En relación con los cuidados de la piel, se recomienda mantener la piel hidratada usando cremas hidratantes para disminuir el riesgo de daños y el uso de ácidos grasos hiperoxigenados sobre las zonas de riesgo. No se aconseja realizar masajes para prevenir las UPP, ya que los capilares pueden estar dañados o ser frágil la piel.
El cuidado de la piel es una parte esencial de la prevención de UPP. Por este motivo, se debe realizar una valoración de la misma con el fin de establecer un plan de cuidados individualizado. La inspección sistemática de la piel en busca signos de alarma, permite instaurar precozmente medidas de prevención que eviten la aparición de lesiones.
3.3.2 Plan de prevención de UPP
1. Manejo de presiones
Minimizar y/o eliminar la fricción y cizalla.
Evitar el arrastre
- Evitar posturas como el Fowler ( de más de 30 grados ) o la posición de semiacostado siempre y cuando las circunstancias de la persona lo permitan
- Usar recursos que eviten la fricción y la cizalla como grúas, tablas de transferencia, discos giratorios, sábanas entremetidas, colchones adecuados…
- Almohadillar entre zonas de contacto de la piel y en aquellas que estén en contacto con dispositivos.
-Colocar en algunos casos películas transparentes o apósitos hidrocoloides sobre prominencias óseas, con el objetivo de disminuir la fricción.
- Se debe rodar a las personas usuarias para colocar
la cuña en lugar
de empujar y tirar.
No empujar ni tirar al colocar la cuña (riesgo de UPP por fricción).
Minimizar la presión
- Los cambios posturales deben realizarse para reducir la duración y la magnitud de la presión sobre las zonas vulnerables del cuerpo.
- La frecuencia de los cambios posturales vendrá determinada por la tolerancia de la piel del individuo, su grado de actividad y movilidad, su estado de salud general…
- La frecuencia de los cambios posturales se verá influenciada por la superficie de apoyo utilizada, aunque como norma se realizará cada 2 – 3 horas.
-Los cambios posturales se llevarán a cabo utilizando la posición de semi-Fowler de 30 grados máximo, la posición decúbito supino y la posición decúbito lateral con una inclinación de 30 grados. Estas tres posiciones se irán alternando.
- Las personas usuarias, cuando están sentadas, padecen mayor intensidad de presión sobre las prominencias óseas implicadas debido a una menor distribución del peso, además existe una tendencia al deslizamiento lo cual causa cizalla y destrucción de los tejidos en la zona afectada. Cuando la persona está en posición de sedestación, es importante que se reposicione cada 15 minutos utilizando sus brazos, si es capaz de realizarlo él mismo, si no deben de realizarlo sus cuidadores/as.
- Se debe registrar la pauta de cambios posturales, especificando la frecuencia, la posición adoptada y la evaluación del resultado del plan.
-Superficies especiales de manejo de la presión (SEMP) Son superficies especiales de apoyo, diseñadas específicamente para el manejo de la presión en personas que presentan úlceras por presión (UPP) o bien presentan riesgo de padecerlas.
Clasificación de las SEMP:
SEMP estáticas: Aumentan el área de contacto con la persona. Cuanto mayor sea la superficie de contacto menor será la presión que soporta cada punto del cuerpo. Ej: cojines antiescaras, almohadas, almohadillas de silicona,
SEMP dinámicas: Varían de manera alternante la presión en los puntos de contacto. Ej: Colchones antiescaras, de esferas fluidificados, cama articulada...
Las personas de riesgo deben ser colocadas sobre SEMP en función de su grado riesgo
En personas de riesgo bajo: Se recomienda utilizar superficies estáticas
En personas de riesgo medio y alto: Se recomienda utilizar superficies dinámicas
Considerar siempre a las SEMP como un material complementario que no sustituyen al resto de cuidados (movilización y cambios posturales) También se recomienda el uso de dispositivos que eleven y descarguen el talón completamente, de manera que distribuya el peso de la pierna a lo largo de la pantorrilla sin ejercer presión sobre el tendón de Aquiles.
Las rodillas deben estar semiflexionadas para evitar la hiperextensión que puede provocar la obstrucción de la vena poplítea y predisponer a una trombosis. En personas en sedestación debemos utilizar cojines evitando los dispositivos en forma de anillo o rosquilla.
2. Manejo de la humedad Dentro de las principales acciones de control de la humedad, se considerará si la persona es incontinente, que tipo de incontinencia padece, si se puede eliminar y que tipo de dispositivo es el más adecuado. Otra medida es mantener a la persona usuaria seca, evitando la exposición de la piel y limpiándola lo antes posible con agua y jabón de pH adecuado. Si la persona usuaria transpira mucho se le cambiará la ropa con frecuencia, incluidas las sábanas. Del mismo modo se deben utilizar productos barrera y así reducir el riesgo de lesión.
3. Manejo de la nutrición e hidratación
Es recomendable valorar el estado nutricional de la persona con riesgo de padecer UPP, si este es deficiente se podrían pautar suplementos ricos en proteínas. Las acciones recomendadas son:
Proporcionar y fomentar la ingesta diaria de líquidos
Valorar si tiene algún tipo de problema en la masticación, deglución…
Considerar también la función cognitiva, incluida la capacidad de comer sin ayuda
Detectar cambios de peso
Realizar pruebas de laboratorio para comprobar valores que pueden ser indicativos de desnutrición
4. Educación de la persona usuaria y cuidadores La persona usuaria, la familia y los cuidadores deben ser formados a partir del momento en que este riesgo es detectado.
3.4 Tratamiento de las UPP La prevención de otras lesiones nuevas en aquellos que ya padecen alguna será una prioridad para todos los agentes implicados en los cuidados de estos usuarios. En todo momento nuestras actividades estarán enfocadas a eliminar las causas de la aparición de las UPP y si esto no fuera posible, a aliviarlas. Por ello, se tendrá en cuenta que, en la medida de lo posible no se podrá posicionar a un individuo directamente sobre una UPP.
Soporte nutricional
Un buen soporte nutricional no solo favorece la cicatrización de las UPP, sino que puede evitar la aparición de otras nuevas. Los requerimientos nutricionales suelen aumentar con la presencia de heridas por lo que el aporte de nutrientes debe ser adecuado e individualizado en cantidad y calidad. Se debe considerar un apoyo nutricional mediante nutrición enteral (es la administración de los nutrientes en el aparato digestivo) o parenteral total (es la administración de los nutrientes a través de una vena.) cuando la ingesta oral sea insuficiente.
Proporcionar suplementos nutricionales hipercalóricos e hiperproteicos a mayores de la dieta habitual en usuarios con riesgo de desnutrición. Se administrará una dieta equilibrada que contenga vitaminas y minerales, si esta es pobre o insuficiente se hará mediante suplementos. Considerar la administración de líquidos adicionales a usuarios que presenten deshidratación, fiebre, sudoración profusa, vómitos, diarrea o heridas exudativas.
Soporte emocional Las UPP suponen un elevado coste emocional tanto para la persona que las padece como para su entorno. Estas lesiones disminuyen la calidad de vida de las personas, al precisar gran cantidad de tiempo en sus cuidados, recursos humanos y económicos. Todo ello deriva necesariamente en cambios en los estilos de vida de la persona usuaria y de todo su entorno.
Control del dolor El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con un daño tisular, real o potencial. Muchas de las personas con UPP experimentan dolor, aunque se estima que solo una tercera parte de las que lo padecen pueden manifestarlo debido a su estado de consciencia. Además de la búsqueda del control crónico continuo, se pondrá especial atención a aquellos momentos en que este pueda agudizarse, como en la realización de las curas o en los cambios posturales. En el caso de los desbridamientos se aconseja la administración de analgesia tópica, oral y/o sistémica antes de realizar el procedimiento. La valoración del dolor de las personas con UPP se hará con la Escala Visual Analógica (EVA).
En personas con estadios avanzados de demencia, con alteración de la comunicación y forma de expresarse, se debe considerar el comportamiento y el lenguaje corporal. Otra medida es seleccionar un apósito que requiera el menor número de cambios causando el menor dolor posible.
Tratamiento de la herida El tratamiento de las UPP se basa en la cura en ambiente húmedo que proporciona las condiciones de humedad, temperatura, semipermeabilidad necesarias, y en la preparación del lecho de la herida.
Los productos elegidos para el tratamiento de las UPP deben tener la capacidad de mantener el lecho de la herida húmedo, y en cada cambio de apósito se evaluará la lesión y se valorará la conveniencia o no de continuar con el producto elegido. En el uso de los apósitos es conveniente seguir las recomendaciones del fabricante, principalmente sobre la frecuencia de cambio.
La selección debe hacerse en base a los siguientes parámetros:
Capacidad de mantener el lecho de la herida húmedo
La necesidad de manejar la carga bacteriana
La naturaleza y volumen del exudado de la herida
El tipo de tejido en el lecho ulceral
La condición de la piel perilesional
Según el tamaño, profundidad y localización de la úlcera
La presencia de tunelizaciones y/o cavitaciones
Los objetivos establecidos para el cuidado del usuario
La preparación del lecho de la herida se consigue al eliminar las barreras que impiden la cicatrización teniendo en cuenta los cuatros componentes claves:
El control del tejido necrótico/desvitalizado: desbridado
El control de la carga bacteriana
El control del exudado
La estimulación de la cicatrización
La enfermera o el enfermero auxiliado por el gerocultor/a o cuidador/a o limpiar con cada cambio de apósito, asegurando la retirada de los restos del apósito anterior, con agua potable o suero fisiológico. Debe utilizarse la mínima fuerza mecánica que nos garantice el arrastre de detritus y bacterias, está presión se puede lograr con una jeringa y una aguja. Se hará desde el interior hacia fuera del lecho ulceral, en espiral. No se debe secar el lecho ulceral que presente tejido de granulación.
El desbridamiento es el conjunto de mecanismos dirigidos a la retirada de tejido necrótico, exudados, colecciones serosas o purulentas y/o cuerpos extraños. El tejido desvitalizado es un obstáculo para el proceso de curación ya que aumenta la probabilidad de infección, retrasa la cicatrización y dificulta la valoración del lecho ulceral. En la herida crónica es habitual la presencia de bacterias. La infección no es común en las categorías I y II, pero si lo es en las categorías III, IV y en las úlceras no categorizables.
En las UPP la presencia de determinados signos y síntomas harán sospechar la presencia de infección local:
Ausencia de signos de cicatrización en dos semanas
Tejido de granulación friable (que se desmenuza)
Mal olor
Incremento del exudado
Cambios en el aspecto del exudado
Incremento del tejido necrosado en el lecho de la herida
Para el tratamiento de la infección el enfermero o enfermera utilizará apósitos impregnados en plata o antibióticos tópicos. La utilización de antibióticos sistémicos se reserva para aquellos usuarios que presenten infección generalizada. El exceso de exudado se puede gestionar con apósitos de alginato o espumas de poliuretano, mientras que su ausencia se puede gestionar proporcionando humedad con hidrogeles. Es importante proteger la piel perilesional para evitar o minimizar la aparición de la maceración, esto se consigue utilizando productos como las cremas de óxido de zinc o las películas barrera. Se pueden usar también apósitos de silicona cuando el tejido es frágil o friable. Por último, contamos con productos o técnicas para ayudar a evitar el retardo o reducir el tiempo de cicatrización (colágeno, ácido hialurónico, factores de crecimiento…)
Reflexión:
1.
2.
Ver solucionario aquí
Enlaces de interés:
- Para la prevención y tratamiento de UPP (Osakidetza)
muy buena información
ResponderEliminarGracias por pasarte y comentar
EliminarMuchas gracias por la información, por los dibujos de los puntos de apoyo. Muchas gracias amiga
EliminarDe nada. Me alegro de que te sean útiles. Gracias a tí por pasarte y comentar.
EliminarTodo muy detallado y muy bien explicado.
ResponderEliminarMe encanta ,gracias.
Me encanta que te encante. Gracias
Eliminarexcelente informacion muy explicado
ResponderEliminarGracias
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