Las dificultades de descodificación de las expresiones de estas personas se deben fundamentalmente a dos tendencias que se retroalimentan:
1. no identificar ni tener en cuenta ciertos modos de expresión de la persona por valorarlos como secundarios, no significativos, que pueden llevarnos a concluir que no se comunica
2. interpretar las reacciones de la persona proyectando lo que significa para nosotros. Es decir, valorarlos en función de lo que significarían para nosotros, lo que habla más de nuestros propios sentimientos, deseos y necesidades que desde los otros.
Estas tendencias demuestra nuestra dificultad para salir del centro a la hora de encontrarnos con la otra persona. Estas personas envían mensajes que son extraños e incomprensibles para su entorno. Nos da la sensación de que viven en su propio mundo al que no tenemos acceso. Entonces hacemos ninguno o muchos esfuerzos para hacernos comprender con poco éxito lo que facilita la aparición de conductas problemáticas (Chauvie, Iribaguza y Musitelli): aislamiento, agresividad, depresión... e incrementa la prescripción y aplicación de medidas de contención (sujeciones físicas o farmacológicas; confinamiento) que retroalimentan la situación de aislamiento que se representa en la imagen nº1:
Hemos de considerar que en cada encuentro que sus expresiones son signos y evidencias comunicativas y no caer en el error de utilizar canales de comunicación en el que el contenido no es comprensible ni significativo para la persona como se representa en la imagen 2. Más allá de estar vivo, es decir, respirar, no se requieren requisitos previos para el "encuentro basal" en términos de habilidades.
En la imagen nº2 el/la profesional busca el contacto visual con la persona pluridiscapacitada o en situación de gran dependencia, ésta suspira y cuando le habla, su ritmo respiratorio se acelera. Todas estas evidencias comunicativas pasan desapercibidas o no son correctamente apreciadas por el/la profesional que sigue utilizando sus recursos comunicativos: expresión facial y gestos con las cara; a los que la persona responde con emisiones vocales y sonidos guturales. El/profesional sigue en otra "longitud de onda" y hace gestos con las manos. La persona utiliza el contacto físico al que la persona responde oralmente y entonces la persona se aleja de su interlocutor. El/la profesional no ha sintonizado con la otra persona, al contrario está en otra longitud de onda, utiliza otros recursos: la mirada, las palabras, gestos con la cara y con las manos... demostrando una falta total de habilidades empáticas con la persona.
En este momento, me gustaría aclarar que coincido con David Maldawski y prefiero considerar que la empatía involucra un cierto grado de identificación con la persona que permite captar su estado afectivo. En cambio, la sintonía implica una armonía en la conexión entre dos o más personas, una conexión entre sistemas de emisión y recepción, y una igualdad además de afectiva, somática. Sin sintonía no hay empatía.
La imagen 3 representa gráficamente el concepto de "Comunicación Basal". En ella vemos que los canales y códigos de comunicación son comunes para emisor y receptor.
Se ha señalado en más de una ocasión en esta y otras entradas que más allá de estar vivo no se requieren requisitos previos para el "encuentro basal" en términos de habilidades. Por lo tanto, si tenemos que acompañar y tender puentes con personas con bajo nivel de consciencia, personas en cuidados paliativos, siempre nos quedará el recurso de observar y apreciar la respiración de la persona como signo comunicativo.
El ritmo respiratorio en la comunicación basal es el canal que toda persona viva dispone, por el que se expresa no solo el estado actual de la persona, si no también nos habla de su personalidad, actitud general, motivación... tiene, por tanto, carácter de expresión y de mensaje y se intenta iniciar un cambio en este nivel
Winfried Mall (1984) desde la perspectiva práctica de la comunicación basal con personas pluridiscapacitadas con importantes necesidades de apoyo y Paul Watzlawick (2014) como teórico de la comunicación humana, nos recuerdan que cuando hay dos personas juntas "es imposible no comunicar" y que hemos de diferenciar los aspectos de contenido de los aspectos de la relación, y los modos digitales y analógicos de la comunicación. En aquellas ocasiones en las que la relación es el tema central de la comunicación, se pone de manifiesto que la comunicación digital es muy poco significativa. La palabra comunicación proviene del latín "communicare“, hacer alguna cosa en común, en el sentido de dejar que alguna cosa se convierta en una causa común, tomar parte, participar. Por tanto, incluso cuando "solo" estamos con una persona, estamos comunicando, nuestro interlocutor está cargando de sentido, de significación lo que perciba de nosotros.
Uno de los principios desarrollados por el reconocido teórico de la comunicación, Watzlawick, nos recuerda que “no podemos no comunicarnos”. Cuando dos personas se encuentran, hay comunicación. No existe la buena o la mala comunicación. Ayuda ser consciente de esto. Desde que estamos juntos, nos comunicamos. Incluso si llevamos a cabo rápidamente un acompañamiento en las AVD, pongamos el aseo en cama de una persona mayor dependencia con Alzheimer en un estado avanzado, de acuerdo con una determinada técnica o procedimiento, siempre hay una contribución de ambos interlocutores.
Los elementos esenciales de la comunicación analógica son la gesticulación, mímica, información (estímulos) táctiles, contacto visual, postura corporal, olores corporales (p.ej. sudor de pánico) así como nuestra respiración (tranquila, relajada, excitada, emocionada, tensa por el dolor, superficial, miedosa, ...). Y esto hay que tenerlo en cuenta en los dos miembros de la pareja comunicativa.
Una expresión oral como "todo está bien, no tengas miedo“, "tranquilo", dicha rápidamente justo antes de un contacto nervioso, frívolo, rápido, cosificador da a entender claramente a la persona que quien da esta información da la información está convencido justamente de lo contrario. Además del tipo de contacto, hasta nuestra respiración contenida nos delata al contradecirse con lo que expresamos con palabras. Sin embargo, si ralentiza y hago más mi propia respiración, estaré yo misma más tranquila; si en este momento me dirijo a mi interlocutor, sin palabras cuidando quñe estoy comunicando a nivel kinesiko, paralingüístico y proxémico, quizás para me vuelva más comprensible, claramente perceptible, y por tanto efectiva desde el punto de vista de lo que realmente quiero expresar.
La comunicación basal propone en definitiva una adecuación de nuestros canales y códigos comunicativos con tal de que puedan ser significativos para la persona con grandes necesidades de apoyo.
El objetivo principal es poder desarrollar una relación biunívoca que no deje en situación de inferioridad a la otra persona.
El concepto de comunicación basal fué desarrollado inicialmente por Winfried Mall. Describe una forma específica de crear comunicación con personas que no pueden comunicarse a través del lenguaje verbal u otras formas usando gestos, signos, símbolos, etc.
Se caracteriza por el uso de todos los comportamientos corporales múltiples de la persona a la que se dirige, en particular su ritmo de respiración, como medio de comunicación, al recogerlos, reflejarlos o variarlos, o al ofrecer un comportamiento similar para estimular la comunicación, comparable al desarrollo de la comunicación durante los primeros meses de un bebé no discapacitado.
Una sesión de comunicación como la del encabezado del post, pueden ser el punto de partida o el ritual de entrada para una intervención basal programada o por necesidad puntual de la persona (tras un episodio de desajuste, agitación u otros, antes/durante un acompañamiento en algún tipo de cuidado...)
Este encuentro tendría en consideración los siguientes elementos:
- Puesta en situación, preparándose exterior e interiormente para la escucha.
- Ambiente que inspire calma
- Posición sentada o acostada con contacto cuerpo a cuerpo.
- Observar y escuchar al otro (ritmo respiratorio, tono corporal, expresiones vocales y movimientos)
´Entrar en comunicación con la otra persona utilizando los mismos canales de expresión que ésta.
con el otro por los mismos medios de expresion (mismo ritmo respiratorio, repetir sus vocalizaciones, movimientos)
- adelantarle nuestras intenciones
-ofertar modificaciones a través del mismo canal
-hacerle sentir nuestro propio estado
- preparar al otro del fin del encuentro
-alejarse progresivamente del otro para despedirse
Este tipo de comunicacion no necesita en todos los casos un contacto cuerpo a cuerpo como se ha señalado anteriormente. El cambio a través de los 4 canales de expresión puede hacerse también con otro tipo de contacto físico parcial: una mano sobre el tora o el viente, observar el vientre de nuestro interlocutor/a para percibir el ritmo respiratorio, por ejemplo.
La comunicación basal no ha de ser un instrumento aislado que se use tan sólo en lugares específicos, sino una forma de interactuar, de afrontar nuestra relación y nuestro trabajo con este grupo de personas, que debido a sus grandes y graves limitaciones no poseen mecanismos de expresión y sintonización.
La comunicación basal se integra perfectamente en el concepto de Estimulación Basal supone tener en cuenta que esta manera de comuncarse será el hilo conductor del acompañamiento. En los encuentros basales se utilizan los dominios de percepción básica (somática, vestibular y vibratoria) como medios indispensables durante la intervención. Estos dominios elementales y precoces, interrelacionados, se dan necesariamente en un contexto de comunicación y de relación. Es aquí donde converge el concepto de comunicación de Winfried Mall y Andreas Fröhlich.
La Estimulación Basal pretende tender puentes utilizando un lenguaje analógico y elemental especialmente en situaciones y actividades conocidas y/o necesarias (como en los acompañamientos en las Actividades Básicas de la Vida Diaria) en las que el cuidador/a se dirija a la persona y tenga en cuenta aquello que expresa.
Comentarios
Publicar un comentario