Tipos de cuidados

Una vez evaluado el grado de dependencia y su nivel de asistencia o intensidad de los apoyos, se determinarán y seleccionarán los cuidados precisos que necesitará en función del tipo de dependencia, estado de salud y falta de autonomía que presente, así como del objetivo que queramos lograr con nuestra intervención.


* Las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) son las actividades imprescindibles para poder subsistir de forma independiente. Dotan al sujeto de una autonomía e independencia elementales. Son las referentes al autocuidado y la movilidad. Son las más básicas, por tanto, las últimas en alterarse. Su dependencia es incompatible con la vida a no ser que se proporcionen los cuidados adecuados.
Entre ellas se incluyen:
  
• Las actividades de autocuidado: bañarse, aseo e higiene personal (bucal y facial, afeitado y peinado), vestirse y desnudarse, poder ir solo al servicio, poder quedarse solo durante la noche, comer...
• Las actividades de funcionamiento básico físico (desplazarse dentro del hogar, control, de esfínteres)
• Las actividades de funcionamiento básico mental (reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar instrucciones y/o tareas sencillas).

Según expresa la OMS (2001), el autocuidado hace referencia al “cuidado personal, entendido como lavarse y secarse, el cuidado del cuerpo y partes del cuerpo, vestirse, comer y beber, y cuidar de la propia salud. 

La salud de la persona no está solamente relacionada con lo biológico y lo físico, sino que también incluye un buen estado psicológico y social. Es por ello que se precisan dar también cuidados psicosociales a las personas ingresadas en las instituciones. 

Este tipo de cuidados incluyen los siguientes programas:
Programas de atención psicológica: rehabilitación neuropsicólogica de las funciones mentales superiores; tratamiento psicoafectivo en casos de ansiedad, depresión o problemas conductuales; apoyo emocional y estrategias de afrontamiento, manejo de la frustración y el estrés; etc.
Programas de atención social: solicitud de ayudas y subvenciones; intervención en las relaciones sociales (con la familia, con los compañeros, etc.); fomento de la participación social de la persona usuaria; etc.
Programas de atención lúdico‐educativa: estimulación del uso adecuado del tiempo libre y ocio por parte de las  personas usuarias.

Estos programas se adaptarán a las características, necesidades y grado de dependencia de cada uno de los usuarios. Asimismo, o bien se formarán grupos diferentes de trabajo en función de los niveles de atención y dependencia o bien se trabajará de manera individual con cada persona.

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