El Apoyo Conductual Positivo se basa en valores centrados en el respeto a la dignidad de la persona, independientemente de su capacidad de comprensión o de la naturaleza y gravedad de sus posibles conductas problemáticas.
Esta metodología pone el foco en aquellas personas que presentan alguna alteración de conducta, con el propósito de mejorar su Calidad de Vida generando entornos de vida saludables y preventivos, así como enseñando habilidades alternativas a la conducta que se quiere modificar cuando es posible.
El Apoyo Conductual Positivo (ACP), siempre comienza desde una buena comprensión de cada persona, identificando cuales son sus fortalezas y sus necesidades; se pretende proporcionar un apoyo personalizado que se ajuste a sus necesidades y se construya con sus fortalezas. está centrado en las personas y pretende mejorar la calidad de vida de aquellas que necesitan apoyos; es un enfoque comprensivo y centrado en valores y en la función que tiene esa conducta problemática en la persona.
Uno de los componentes esenciales del ACP es la comprensión de la conducta teniendo en cuenta que todo lo que hacemos tiene un propósito y el proceso de comprender estas conductas se llama “análisis funcional de la conducta”. De esta forma, para comenzar debemos obtener una representación clara de la conducta que presenta la persona; es decir, cómo la persona se maneja en su entorno y cómo consigue lo que necesita; así nos permite saber sus necesidades que son únicas, sus aspiraciones, experiencias y fortalezas. La comprensión de esto puede guiarnos en el plan de Apoyo Conductual Positivo para cada persona.
Otro de los componentes del ACP es la comprensión del contexto; ya que éste influye en todo lo que hacemos: el dónde y cómo dedicamos el tiempo, las personas con las que lo dedicamos y los apoyos que se reciben de los otros. La forma en que comprendemos el contexto puede servir para mejorar el contexto en el Apoyo Conductual Positivo.
La intervención conductual basada en el Apoyo Conductual Positivo podríamos verla como un proceso de tres etrapas:
1. La Intervención Primaria: focalizada en los procedimientos centrados en la persona para mejorar la calidad de vida y guía aquello que deberían hacer las personas de apoyo para ayudar a estas personas de la forma más efectiva. Esta es la clave de la intervención en Apoyo Conductual Positivo, y si esto funciona, no debería haber la necesidad de llevar a cabo los otras fases de intervención.
2. La Intervención Secundaria: se utiliza cuando la persona a la que se apoya empieza a sentirse mal y manifiesta que lo que tiene a su alrededor no está bien para ella. Se pueden utilizar herramientas de calma, de reconducción y de refuerzo de conductas incompatibles, así como procedimientos de resolución de problemas para que la persona apoyada no llegue a hacer uso de ciertas conductas, como suele ser habitual en el caso de las conductas desafiantes.
- Las conductas desafiantes tienen las siguientes características: generan peligro para la persona o para los demás, conllevan exclusión en comunidades e individuos. Sucede con mucha frecuencia, es particularmente severa o dura mucho tiempo, interfiere en el aprendizaje de nuevas habilidades y ocasiona estrés para las personas que viven con él/ella o le apoyan.
3. Uso de estrategias reactivas: se utilizarán si la prevención secundaria no da respuesta. Este uso de estrategias se realiza de manera segura y ética para gestionar cualquier conducta problemática que pueda ocurrir.
El Apoyo Conductual Positivo es proactivo porque pone el mayor énfasis en la Prevención PRIMARIA mejorando la calidad de vida y mostrando atención a la salud y bienestar de la persona, para asegurar que las cosas sean perdurables en el tiempo.
Otro de los componentes del Apoyo Conductual Positivo es el aumento que este apoyo activo otorga para dar mayores habilidades para que las personas que necesitan el apoyo logren hacer más cosas por sí mismos; así entonces les permite mantener o desarrollar al máximo su independencia, mejorando su dignidad y autoestima.
El último componente del desarrollo del ACP es la mejora de la conducta ya que si el ACP es proactivo en la mejora de la calidad de vida y mejora las habilidades de las persona, al darse, se ve reflejado en la reducción de las conductas problemáticas.
En el Apoyo Conductual Positivo se utiliza el modelo conductual para guiar cómo ayudar a las personas. Podemos:
- Intervenir en los contextos o antecedentes que desencadenan las conductas problemáticas (desencadenante lentos y rápidos)
- Facilitar que la persona aprenda habilidades funcionales y con significado con el fin de que no tengan que utilizar esa conducta problemática
- Ayudar a las personas a hacer más cosas que les gustaría hacer.
- Reforzar las personas cuando presentan conductas adaptativas contrarias a la conducta problemática (porque no se pasa las 24 horas presentando esas conductas problemáticas)
- Asegurar que tiene acceso a elementos con sentido y que encuentran gratificantes y funcionales.
Consultar:
Los contenidos, dibujos, resúmenes, casos prácticos, ejercicios y/o tablas de esta entrada han sido creados por Visi Serrano para https://psicosociosanitario.blogspot.com/, que se distribuyen bajo Licencia Creative Commons BY-NC-SA. A excepción de los símbolos pictográficos utilizados en esta entrada que son propiedad del Gobierno de Aragón y han sido creados por Sergio Palao para ARASAAC (http://www.arasaac.org), que los distribuye bajo Licencia Creative Commons BY-NC-SA.
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