Alicia es una mujer de 90 años, no presenta ninguna patología física. A nivel cognitivo y emocional se encuentra muy bien, integrada socialmente en el centro residencial donde vive desde hace poco con su marido Antxon, diagnosticado de Enfermedad de Alzheimer en fase severa. Alicia deambula libremente por su unidad residencial, sale a pasear con su hija y nieta durante las visitas, suele pasar las tardes leyendo a su marido y le gusta mucho disfrutar del sol de primavera en el jardín y de las actividades sociales y cuidados que le ofrecen en su nuevo hogar. Esta tarde se ha caído. Por suerte no se ha fracturado ningún hueso y la médico del centro le ha recomendado reposo en cama durante un día pues se encuentra algo confusa y desanimada por el susto de la caída.
A la vista de la nueva situación, piensa en los cambios que se derivarán a la hora del aseo, higiene y cuidados corporales de Alicia. Ten en cuenta los contenidos teórico-prácticos trabajados en este tema y las buenas prácticas de acompañamiento en los cuidados que se requieren desde el modelo de atención centrada en la persona y la aplicación del concepto "basal".
Cambios que se derivarán a la hora del aseo de Alicia:
De camino hacia la habitación de Alicia el/la profesional de atención sociosanitaria (PASS) va pensando que Alicia viene siendo completamente autónoma para el aseo en ducha hasta el incidente o para realizar el resto de cuidados corporales. Hoy el aseo debe de ser en cama por instrucción médica y seguramente será un aseo parcial. Ella no está acostumbrada a realizar este proceso encamada ni tampoco a dicho contacto físico y a esa pérdida de intimidad, los/as cuidadores/as tampoco sabemos como reaccionará a nuestra proximidad física y acompañamiento. Así que es una buena oportunidad de aprendizaje mutuo. El contacto es nuestra herramienta de trabajo más valiosa, por lo que la protección de la intimidad se coinvierte en un componente esencial del modelo de atención centrado en la persona.
El acceso al cuerpo (verlo, tocarlo, explorarlo) requiere del consentimiento de la persona. También precisa del compromiso de quien cuida para evitar injerencias de otros/as no necesarias o entradas demasiado invasivas. Requiere también de un espacio físico que lo permita. Atañe también al acercamiento cálido cuando se dispensan cuidados, algo imprescindible para que la persona se sienta cómoda y tratada en un entorno de seguridad y respeto cuando otras personas acceden a su cuerpo, a sus enseres personales, hábitos e intimidad.
Los tránsitos o cambios vinculados a las pérdidas funcionales aunque sea temporalmente como es en el caso de Alicia, pueden provocar en la persona pudor, vergüenza, frustración, desánimo y generar rechazo. Son situaciones que podrían suponer dificultad en el cuidado e incluso desacuerdo o discusión entre quien cuida y quien recibe el cuidado. Estos tránsitos funcionales deben ser abordados como sucesos íntimos de la persona y tratados, por tanto, con prudencia y discreción. A las personas no nos suele agradar que nuestras dificultades, nuestra vulnerabilidad, sea un asunto conocido por todo el mundo.
A indagar:
- ¿Quién quiere Alicia que le acompañe en el aseo? ¿Hombre, mujer, su profesional de referencia, indiferente?
- ¿Cuáles son sus costumbres respecto a los cuidados e imagen personal?
- ¿Cómo podemos minimizar los sentimientos de pudor?
- ¿Cómo voy a procurar respetar las preferencias en relación al modo de ser aseada y su participación en la medida de sus capacidades?
- ¿Cómo acepta el contacto físico? ¿Qué zonas podría considerarlas especialmente íntimas al contacto o a la vista?
No la debo levantar ni promover que se levante y hay que realizar el procedimiento con empatía y eficiencia (de tiempo, recursos, preservando la intimidad y los cuidados, y sin movilizaciones excesivas). A lo largo del día también tendrá que asearse las manos antes de comer o tras utilizar la cuña para orinar o defecar; peinarse; darse crema en la cara o las manos, lavarse los dientes...
Aunque las manos y la boca aparentemente parecieran zonas sin importancia, merecen una reflexión al respecto. Pensemos en un autobús o un ascensor repleto, pensemos que alguien desconocido nos roza o toca las manos sorpresivamente....Nuestras manos, pies y boca son las zonas corporales con más receptores sensoriales de nuestro cuerpo. Las manos están expuestas a la vista, pero el contacto de otras manos desconocidas nos suelen provocar desagrado. No permitimos que los desconocidos nos toquen la boca o introduzcan objetos o sus manos en la boca, ni tampoco nos resulta cómodo mostrar el interior de la boca a personas que no son de nuestra confianza. ¿Qué significado tendría entonces para Alicia el contacto sorpresivo de nuestras manos en su cuerpo, manos o boca? ¿Qué puede suponer para ella que la veamos sin dientes, lavarse los dientes, entre otros?
Todo esto es algo aparentemente temporal en Alicia pero es un cambio funcional importante, además pudiera estar afectada física, cognitivamente o emocionalmente de alguna forma tras la caída con grandes sentimientos de indefensión.
¿Nos conocemos ya? ¿Soy una desconocida para ella? Tendré que presentarme si no me conoce y que me de su consentimiento para acompañarle en el aseo. Le preguntaré cómo ha pasado la noche, cómo se encuentra, qué pasó y escucharle sin restarle importancia a lo que nos cuente ni regañarla ni sermonearla por no llevar las zapatillas bien puesta y caerse; o si ha desobedecido la prescripción del médico.
- De todas formas tendré que recordarle la conveniencia e importancia del reposo, sin alarmar.
- La asistencia que requiere es la de preparación de los materiales. Entonces tendré que pedirle permiso para coger, tocar o manipular los enseres personales de Alicia (consentimiento). Seguramente tendré que orientarle y comunicarle el procedimiento del aseo en cama porque no es algo que haya echo nunca, tendré que explicarlo despacio hasta que me comprenda si la encuentro especialmente desorientada o confusa.
- Podría encontrarme a Alicia nerviosa, preocupada por que la van a asistir. No debo restarle importancia a los sentimientos que puedan surgir, si no escucharlos con empatía.
- Podría temer la pérdida de independencia, el no volver a caminar, fallecer antes que su marido.
- Podría encontrarse afectada por temor a que no preserve su intimidad, privacidad, sus gustos o intereses durante el acompañamiento en el aseo.
- Otros sentimientos que pudieran asaltarle son el miedo a la muerte, al aislamiento, a perder la oportunidad de realizar actividades que le gustaban (salir, pasear, ...)
- Miedo a preocupar o a enfadar a su hija, miedo a que le cambien de unidad, sentimientos de indefensión....
- Pudieran aparecer incluso conductas negativistas o de oposición a los cuidados, negativa a asearse, conductas agresivas (orales o físicas). Tengo que tratar de no promoverlas iniciando un contacto cálido, significativo y personalizado con ella
- En todo caso, tengo que tener claro que no debo iniciar, promover o instigar estos sentimientos o conductas agresivas, de indefensión o miedo con mi sobreprotección, infantilización del trato o cosificación.
- Como es un solo de día de reposo, el aseo será parcial, en todo caso le preguntaré si quiere lavarse el pelo u otros cuidados (corte de uñas, lavado del pelo, aseo de pies...)
- Además de observar su estado emocional, también observaré posibles lesiones en la piel que tras la caída han ido apareciendo (costras, hinchazón, arañazos...), si refiere dolor, mareos, vómitos, sangrado de los oídos,.... durante los movimientos.
- Para promover la autonomía voy a empezar preguntándole por los materiales que suele utilizar ella para asearse y tras pedirle permiso los cogeré y acercaré a la cama (crema facial, su colonia, cepillo, espejito, jabon, camisón y muda que prefiera, entre otros). No me olvidaré nunca de pedirle permiso para abrir sus armarios y manipular sus enseres personales.
- Le adelantaré que voy a darle instrucciones orales, observando cómo va reaccionando, lesiones en la piel, reacciones de dolor o dificultades para moverse durante el aseo en cama.
- Llamar a la puerta antes de entrar y esperar Cerraré con pestillo la puerta de la habitación para preservar su intimidad y la privacidad. Igualmente le informaré que se va a ir aseando por partes, cubriendo con una toalla grande las partes ya aseadas. Le ofreceré la cuña por si quiere orinar y me retiraré mientras orina.
- Tras lavarme las manos siguiendo el procedimiento de lavado de manos higiénico me pondré los guantes para preparar los materiales.
Materiales:
- Palangana, biombo o cortina si es habitación compartida y si se encuentra en la cama la compañera, jarra de agua, empapador, esponja con solución jabonosa, toallas, colonia, cremas, cuña, jarra agua tibia, protector labial, ropa limpia, peine/cepillo, guantes, bolsa de sucio (ropa), papelera, gasas, toallitas higiénicas, jabón antiséptico, camisón, muda
Supervisión-Preparación
- Tras llamar a la puerta y esperar respuesta, la saludaré y conversaré un rato con ella para saber cómo se encuentra y que voy a ayudarla en el aseo solo en lo que necesite pues tiene que realizarlo en cama por prescripción médica. Le indicamos que por favor se coloque sentada o semisentada (Fowler o semifowler), manejando ella el mando de la cama o subiré la cama con la manivela observando cualquier dolor o malestar al cambiarse de posición. Mantendré la barandilla del lado opuesto por seguridad, adelantándole que lo hago para evitar caídas y que pueda agarrase a ellas para colocarse de lado, por ejemplo.. Cada actuación se la comunicaré previamente y esperaré a que me indique que está de acuerdo.
- Instrucciones orales para seguir el procedimiento del aseo y le daremos los materiales para que los utilice, y le preguntaremos si quiere añadir alguno más, qué camisón o muda prefiere, si la temperatura de la habitación o del agua es la adecuada para ella, le informaré que he cerrado con pestillo la habitación.. y le animaremos a que nos cuente cualquier molestia, dolor durante el proceso y observaremos cualquier gesto de dolor.
En decubito supino, le ofreceré la cuña si quiere orinar y papel higiénico para secarse. Le pediré que flexione una pierna y eleve las caderas para colocar la cuña. Dejaré ambas barandillas puestas y le informaré que en 5 minutos regreso para que orine tranquila, o que pulse el botón si lo prefiere. Le pediré que no se retire la cuña para evitar que se moje. Mientras puedo buscar en su cuarto de baño, su crema, su peine, u otros (pediré permiso para manipular estos enseres personales). O incluso saldré de la habitación mientras orina. Llamaré de nuevo antes de entrar, cerraré la puerta de nuevo con pestillo y retiraré y limpiaré la cuña.
1. Sin desvestirla, le pediré que se asee la cara con la esponja mojada solo en agua o con una toallita pequeña o similar (le diré que la esponja jabonosa tiene demasiado jabón, preguntaré sobre la temperatura del agua): que empiece por los ojos, que se lave y seque por presión (le acerco la esponja, la palangana con agua y la toalla). Le doy el protector labial y si quiere su crema facial.
2. Cuello (que se enjabone, aclare y seque). Conversaré con ella distendidamente si es que le apetece
3. Hombros, axilas y los brazos, manos (observaremos el estado de las uñas)
4. Tórax y abdomen (sigo observando el estado de la piel y cualquier signo de dolor, malestar o disconfort), insistiendo sin frotar en que queden secos los pliegues mamarios y pliegues de la piel del abdomen
5. Las piernas y pies (sentada en la cama y flexionadas las piernas puede asearse la parte trasera de las piernas y observaremos el estado de las uñas, piel entre los dedos)
6. Espalda, que se incline, que se enjabone/aclare/seque hasta donde llegue, como no quiero incrementar los sentimientos de indefensión preguntaré si quiere ayuda en alguna zona de la espalda (vamos tapando siempre las zona expuesta)
7. Glúteos, le pedimos que se agarre a la barandilla y se asee la zona expuesta o colaboraré con ella si así lo desea o no puede o tiene dolor. Que aproveche el movimiento para con una gasa se asee el ano (una gasa para el enjabonado, otra para el aclarado y otra para el secado) o una toallita higiénica que tirará a la papelera que le acerco.
8. Zona genital (postura ginecológica): que doble y abra las piernas, le informaré que le colocaré la cuña para no mojarse. Que se asee de arriba hacia abajo y dentro hacia afuera. Si le duele, no puede podría asearse con una toallita higiénica y no usar la cuña.
9. Se aplica la crema, y se viste (colaboro en lo que me pida, sigo sin forzar sentimientos de indefensión)
10. Se peina y se le ofrece colonia si quiere
11. Se le pregunta si quiere lavarse los dientes, o si quiere ponerse la dentadura/audífono....
12. Comprobar confort (el empapador y la ropa de cama seca, bien estirada, alguna duda, le dejaré a mano el timbre para que nos pueda avisar para usar la cuña u otros, le acercaré los objetos que necesite: radio, libro, gafas, mando de la cama, de la tv, la radio, otros), le recordaremos la importancia de no levantarse y le preguntaré si quiere que le deje puesta/s la/s barandilla/s, recogeré, me despediré y me quitaré los guantes para lavarme las manos
13.Registrar el procedimiento y las incidencias que podrían surgir.
- Si está dolorida, adormilada por la medicación, seguramente necesitará una Ayuda física parcial para el aseo. Que la señora Alicia va a a colaborar, al inicio o al final, o en parte, en algunas zonas.
- Asistencia especial: desorientada, confusa, agresiva, preocupada, negativa, apática, triste, desmotivada..... (instrucciones orales, asistencia física parcial)
Me han encomendado acompañar en el aseo a la señora Alicia tras su desayuno. Me acerco a su habitación y tras tocar la puerta la saludo y me presento. Cierro la puerta detrás de mi. Conversamos un rato sobre lo ocurrido, preparo el material, me lavo las manos y me pongo los guantes. Le pregunto por dónde quiere empezar. Y si quiere que cierre la puerta con pestillo. Me contesta que la cierre y que quiere lavarse primero los dientes. Como no se arregla con el mando de la cama articulada, le aviso que voy a subirle la cama y el cabecero para que esté más cómoda y de paso, le enseño a utilizarlo. En posición de Fowler le doy una toalla que se coloca bajo el mentón y le acerco el cepillo de dientes y la pasta. Se la sirve y se los cepilla sin ayuda. Le acerco el vaso de agua que coge y escupe en una palangana. Le pregunto cómo va y si podemos seguir. Me dice que si. Le adelanto que voy a subir una de las barandillas. Tengo una palangana con agua caliente, una jarra con agua caliente, empapador, esponjas, toallas, la cuña, crema hidratante, vaselina para los labios, crema de cara, su colonia, su peine, camisón, bragas, bolsa de sucio y la bolsa de basura. Le pregunto si quiere orinar, ofreciéndole la cuña y me dice que no. Hoy no le toca lavarse el pelo, si quisiera lo haría al final del aseo del cuerpo o en otro momento del día. Le acerco la toalla humedecida para que se lave la cara, solo con agua, mientras seguimos conversando. Se seca. Luego se retira el camisón y las bragas (que tiro a la bolsa de sucio), se va aseando el pecho, las axilas con agua jabonosa, solo le ayudo a aclararse y secarse las zonas donde no llega. Coloco un empapador en cada parte del cuerpo mientras se asea para evitar que se moje la ropa de cama. Le voy destapando por partes con la ropa de cama. Le adelanto que vamos a asear genitales y que para que pueda aclararse bien, voy a dejar la cama en horizontal y se va a a colocar de lado (decúbito lateral) hacia la barandilla (que he subido previamente), colocaré un empapador para que no se moje la ropa de cama y le pido que se gire hacia la cuña. Si no puede asearse sin ayuda realizaré el aseo de genitales de arriba a abajo, y aclararé con abundante agua usando la jarra. Y retirando la mirada salvo si es necesario. Le pregunto si el agua es de su agrado. Se seca y pidiendo que se coloque de lado, retiro la cuña que dejo bajo la cama. Le ayudo a asearse la espalda, los glúteos y finalmente el ano. Tiro las esponjas a la bolsa de basura. Le adelanto que si quiere puedo aplicarle la crema hidratante en la espalda, nalgas y piernas. Sin dejar de conversar con ella, retiro el empapador (que tiro a la basura). Las toallas utilizadas las echo a la bolsa de sucio. Sin dejar de conversar, felicitándola por su colaboración, se viste las bragas y el camisón asegurándome que es lo que ha elegido. Se echa la colonia de su elección. Se echa su crema hidratante en la cara y un poco de vaselina en los labios.. Reviso que la ropa de cama esté seca. Le ayudo a arroparse de nuevo y le pregunto si necesita algo más. Si quiere que suba las barandillas, le acerque el mando de la televisión y/o de la cama, sus gafas, revista, correr las cortinas... Recojo el material, me despido de Alicia, me retiro los guantes, lavo las manos y cumplimento la hoja de registro
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