Ainhoa (79 años) acude todos los días al Centro de día durante tres horas, y lo hace desde que éste abrió sus puertas hace cinco meses. Fue diagnosticada de una probable enfermedad de Alzheimer en una fase muy inicial y siempre ha sido la usuaria con menos deterioro del centro. De hecho, ella misma solicitó su incorporación, como decía, para trabajar la memoria (su nieto psicólogo y el hecho de haber cuidado a su hermano mayor que ella con la misma patología tal vez explica lo infrecuente de esta decisión).
Como vive sólo a cuatro calles del centro, siempre ha venido andando sola. Sin embargo Ainhoa ya se está despistando más. Su hija nos consultó y hace ya un mes la cuidadora que le atiende la casa supervisa, caminando detrás de ella y sin ser vista, que Ainhoa llega al centro. En un par de ocasiones ha tenido que reorientarla pues se equivocaba en el camino. Su hija ya ha obtenido la tutela de su madre (incapacitación judicial)
Reunidos con Ainhoia y su hija abordamos el tema del trasporte de Ainhoa. Decidimos que puede seguir viniendo sola (con la supervisión visual que nosotros sabemos) pues para ella es muy importante sentirse capaz en este tema. Sabiendo la evolución de la enfermedad, cuando en breve no sea suficiente, vendrá también caminando pero acompañada por su cuidadora A partir de ahora vendrá a recogerla esta señora para regresar, pero más tarde pues Ainhoa se va a quedar ya a comer en el centro.
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Conciliar la seguridad de la persona y el derecho a su autonomía
Porque el ingreso en un Centro de día no puede implicar para la persona usuaria la pérdida o una importante merma en sus derechos ciudadanos, tales como la libertad y el ejercicio de su autonomía moral.
Porque la lógica responsabilidad de la institución y la necesidad de proporcionar espacios seguros debe combinarse con permitir a las personas asumir riesgos calculados. Vivir siempre implica riesgos.
Porque la sobreprotección genera en las personas dependencia y heteronomía.
Me parece bien el plan a sus necesidades, y mantener su independencia.
ResponderEliminarEs lo más eficiente y además esta práctica de favorecer la implicación de las personas residentes en situación de dependencia en su proyecto vital, además de por sentido común, está alineado con los principios de la Atención Integral Centrada en la Persona
EliminarEstan bien pensados estos hogares con supervision,porque les hacen ser autonomos y se sienten utiles y no un estorbo
ResponderEliminarGracias por pasarte y tu comentar. No podemos perder de vista que muchas de las personas en situación de dependencia que reciben atención en instituciones (residencias, viviendas, centros de día...) pueden llevar tiempo sometidos a procesos de desempoderamiento, lo que les lleva a acostumbrarse, a resignarse a que los demás tomen las decisiones por ellas. Algunas personas incluso no han fortalecido esta capacidad a lo largo de su vida (personas con discapacidad, mujeres…).
EliminarLa apuesta por la autonomía modifica en muchas ocasiones el rol de los/as profesionales. El apoyo a la autonomía implica pasar de ser quienes deciden por el bien de la persona a quienes escuchan y acompañan. Los profesionales/as completan y apoyan la autonomía de las personas en las Actividades de la vida diaria y para que puedan tomar decisiones y tener una vida con mayor sentido.
Me parece muy bien ,que la persona mantenga su autonomia el maximo tiempo posible ,para que esta se sienta util y no una carga para la familia.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte y comentar. La autonomía puede ejercerse de modo indirecto, a través de la representación de otras personas. Por tanto, el desarrollo de la autonomía personal también se refiere a las personas con deterioro cognitivo, demencia, discapacidad intelectual o enfermedad mental. En quienes tienen un deterioro cognitivo muy avanzado la autonomía se promueve buscando el mantenimiento de la propia identidad junto con el máximo bienestar de la persona, criterios que deben orientar las decisiones y actuaciones de quienes les cuidan o representan.
EliminarES ESENCIAL MANTENER LA AUTONOMIA DE LAS PERSONAS E IR APORTANDO SEGURIDAD EN SU DIA A DIA CON EL EQUIPO DE PROFESIONALES Y FAMILIA.
ResponderEliminarLa autonomía es una capacidad que se ejerce independientemente de que la persona necesite apoyos. Y también es un derecho y un proceso. Las personas tenemos derecho a desarrollar un proyecto de vida propio, basado en nuestras preferencias, bienestar e identidad personal.
EliminarApoyar la autonomía debe entenderse como un proceso de empoderamiento. Empoderar significa alimentar un proceso que reconoce, facilita y apoya el que las personas puedan gestionar y controlar su propia vida.
motivar e incentivar la autonomia del adulto mayor. genera confianza en si mismo, a la vez de sentirse util y promover su seguridad y vitalidad.
ResponderEliminarY esa es una de las funciones principales del cuidador o cuidadora de personas en situación de dependencia promover la autonomía siempre mientras se prestan los apoyos. Gracias por pasarte y tu comentario
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