TRASTORNOS MENTALES SEVEROS: LA ESQUIZOFRENIA


 

 LA ESQUIZOFRENIA.

Esquizofrenia se caracteriza por una alteración de la percepción de la realidad, así como de la consciencia de la realidad que está viviendo la persona afectada. Afecta a la capacidad de la persona de pensar claramente, controlar sus emociones, tomar decisiones o relacionarse con los demás. Es un trastorno mental en el cual es difícil diferenciar entre experiencias reales e irreales. Todos estos síntomas hacen que la persona que padece esquizofrenia sufra mucho y en ocasiones se quede bloqueada.

En general, las personas que sufren esquizofrenia presentan en mayor o medida déficit en alguna o en varias de las siguientes grandes áreas que deben ser tenidas en cuenta a la hora de valorar la severidad de la pérdida de desempeño social:

· Autocuidados (falta de higiene personal, deficiente manejo de su entorno, hábitos de vida no saludables, etc.).

· Autonomía (deficiente manejo del dinero, falta de autonomía en el manejo de transportes, nula utilización del ocio y tiempo libre, dependencia económica y mal desempeño laboral).

· Autocontrol (incapacidad de manejo de situaciones de estrés, falta de competencia personal, etc).

· Relaciones Interpersonales (falta de red social, inadecuado manejo de situaciones sociales, déficit en habilidades sociales)

· Ocio y tiempo libre (aislamiento, incapacidad de manejar el ocio, incapacidad de disfrutar, falta de motivación e interés).

· Funcionamiento cognitivo (dificultades de atención, percepción, concentración y procesamiento de información).

La esquizofrenia y el grupo de trastornos psicóticos es una enfermedad mental que se caracteriza por los trastornos del pensamiento, alucinaciones y síntomas negativos; suele conllevar gran afectación de las funciones de relación social. Se produce un grave deterioro de la evaluación de la realidad que interfiere en gran medida con la capacidad para responder a las demandas cotidianas de la vida. Estas distorsiones provienen de la percepción del pensamiento y de las emociones.

¿Cómo se sabe si una personas tiene esquizofrenia?

Es uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes. Según la Organización Mundial de la Salud, afecta al 1% de la población, es decir, a una de cada 100 personas. La esquizofrenia se presenta por igual en hombres que en mujeres, sin diferencias socioeconómicas o culturales.

La Esquizofrenia pertenece al grupo de trastornos psicóticos (definido como un grave deterioro de la evaluación de la realidad que interfiere en gran medida con la capacidad para responder a las demandas cotidianas de la vida); está caracterizado por distorsiones fundamentales y típicas de la percepción, del pensamiento y de las emociones

La esquizofrenia es una enfermedad crónica, es decir, que una vez que aparece, será para toda la vida. Puede conllevar un grado variable de discapacidad y disfunción social, aunque esto no tiene por qué ser incompatible con una buena calidad de vida

Antes de nada, tienes que saber que la esquizofrenia no se presenta igual en todas las personas, los síntomas pueden ser diferentes en unas o en otras, y pueden cambiar en el tiempo o en situaciones diferentes.

El diagnóstico siempre debe ser realizado por un/a psiquiatra o psicólogo/a clínico, y siempre se hará en base a la historia clínica de la persona y a una exploración psicopatológica.

Por lo general la enfermedad se inicia entre los 15 y los 35 años de edad, y antes de presentar el primer brote el individuo ha tenido una vida, por lo general, dentro de la normalidad.

La forma de presentarse puede ser brusca o repentina, pero lo más habitual es que en la persona se vayan produciendo algunos cambios de manera gradual:

 La persona empieza a estar más aislada y evita las relaciones sociales.

 La persona pierde el interés por las cosas que hace, y empieza a haber un menor rendimiento en los estudios o en el trabajo

 Se descuidan aspectos como la higiene o el aseo.

Aparecen comportamientos extraños y explosiones de ira.

Es normal que estos primeros cambios, que a veces son sutiles, puedan generar confusión, y pueden hacer pensar que la persona sólo está pasando una “etapa difícil”. Sin embargo, cuando ya aparecen otros síntomas como oír voces, o ver que la persona habla con ellas, es más fácil entender que algo serio está pasando, y se plantea entonces la necesidad de consultarlo y buscar ayuda.

¿Cuáles son los síntomas de la esquizofrenia?

Como he señalado antes, la esquizofrenia afecta a las personas de formas muy diferentes, pero hay algunos síntomas que caracterizan a esta enfermedad.

Podemos clasificar estos síntomas en dos grandes grupos: positivos y negativos. El utilizar los calificativos de positivo y negativo, no significa que existan síntomas buenos y malos.

Síntomas positivos de la esquizofrenia

Así llamados no porque sean buenos para la persona, sino porque antes no los tenía y ahora sí. Aparecen con la enfermedad; no están presentes en la población general.

La persona puede presentar esta sintomatología positiva mucho antes de que su familia u otros la detecten, y no decirlo por miedo a que no se le crea, por convicción de la realidad de lo que está percibiendo y no duda de que pueda ser algo que sólo lo percibe él/ella, etc.

A continuación te presento y desarrollo algunos de los síntomas positivos más frecuentes.

  • Ideas delirantes

Son lo que comúnmente se conocen como delirios. La persona tiene unas creencias erróneas, que habitualmente se relacionan con que interpreta de forma incorrecta lo que percibe o experimenta. Es importante tener en cuenta que en ese momento, para la persona son creencias totalmente reales, aunque los demás intenten demostrarle que no lo son.

Estas ideas delirantes pueden ser muy variadas:

De Persecución: La persona puede sentirse perseguida, vigilada, vive el mundo como amenazante y agresivo para él/ella.

De Perjuicio: La persona está convencida que los/as demás le quieren perjudicar, hacer algún mal: envenenar, arruinarle…

Autoreferencial: La persona piensa que todo lo que ocurre hace referencia a ella: la gente le mira por la calle, le critican, lo que se dice en la televisión o radio hace referencia a él/ella... 

De influencia: La persona afectada cree que otros seres, fuerzas, controlan sus actos y movimientos. Incluso conocen sus pensamientos y le obligan a pensar o actuar de una forma determinada.

Megalomaníacos o de grandeza: Se considera a sí mismo una persona superior a todos los demás, un elegido, salvador del mundo…

Místico: Se comunica con Dios o cualquier Ser relacionado con la divinidad.

Depresivos: Se considera un inútil, desgraciado, indigno y culpable de todo.

Celotípicos: La persona está totalmente convencida de que su pareja le engaña. Considera que tiene pruebas de ello y no es posible convencerle de lo contrario.

  • Alucinaciones

Son alteraciones de la percepción. Las alucinaciones están relacionadas con los sentidos, y se producen sin que haya un estímulo que las provoque. La persona que las sufre lo siente como algo real y que además no puede controlar. 

Existen diferentes tipos de alucinaciones:

 Las más frecuentes son las alucinaciones auditivas: es decir oír ruidos o voces que se dirigen a la persona, comentan lo que hace o que hablan entre sí. Las voces pueden decir cosas agradables o desagradables, le pueden insultar o amenazar, o dar órdenes y la persona verse obligada a obedecer, lo cual le crea mucha angustia. Estas voces son consideradas reales por la persona y a veces las contesta e interacciona con ellas.

 Aunque es menos frecuente, las alucinaciones pueden afectar igualmente al resto de los sentidos:

Alucinaciones visuales: Ver cosas que no existen, cosas extrañas o ver las cosas deformadas. 

Alucinaciones cenestésicas: Sentir que su cuerpo o alguna de sus partes ha cambiado, o tener sensación de picazón u hormigueo 

Alucinaciones olfativas: Percibir olores extraños o deformados 

Alucinaciones gustativas: Sentir un sabor extraño algunas cosas que come (Gustativas).

 Tener una mayor sensibilidad hacia estímulos como el ruido o la luz, causando irritabilidad y malestar a la persona. 

  • Alteraciones del pensamiento

Puede perder el hilo conductor de sus pensamientos, saltando de un tema a otro. La persona puede quedarse en blanco o por el contrario, puede que sus pensamientos se aceleren. Cuando esto ocurre, le resulta muy difícil ponerlos en orden y expresarse con sentido, lo que produce un discurso difícil de seguir y entender. 

  • Conducta desorganizada

La persona se comporta de una forma extraña o diferente a como lo hace normalmente: 

 Puede vestirse de forma excéntrica. 

 Hace caminatas, viajes o paseos que no llevan a ninguna parte. 

 Se muestra muy inquieta o agitada sin que haya una causa aparente. 

 Puede mostrar conductas o actitudes infantiles. 

 Pueden adoptar posturas rígidas y se resisten a ser movidos. 

Cuando estos síntomas positivos se acentúan o agravan se dice que la persona está en crisis o sufre un brote y puede precisar entonces de un ingreso hospitalario 

Síntomas negativos 

Se llaman síntomas negativos porque hacen referencia a conductas que están presentes en la población general, pero que faltan o están disminuidas en la persona que tiene esquizofrenia. Por ejemplo, la persona deja de hacer cosas que antes de la enfermedad hacía. A pesar de lo llamativo y extravagante de los síntomas positivos, los negativos pueden llegar a generar una mayor discapacidad, y además son más difíciles de entender como síntomas de la enfermedad. Es normal que esto ocurra, pues a veces puede parecer que la persona no quiere hacer cosas, que simplemente es perezosa o que pueden tener un mal comportamiento. 

Adjunto algunos ejemplos de este tipo de  sintomatología para que puedas reconocerlos  

  Aislamiento social, dificultad para relacionarse y conversar, retraimiento, temor y recelo. La persona busca estar aislada, le resulta difícil relacionarse, conversar con otras personas… 

 Anhedonia, dificultad para sentir placer por las cosas que antes le gustaban, de disfrutar de la vida. La persona no disfruta o no siente placer por las cosas que antes le hacían feliz o practicaba y que le hacían disfrutar de la vida 

  Abulia, incapacidad para iniciar y persistir en actividades específicas. Le cuesta empezar actividades o mantenerse centrado en ellas. 

Apatía, pérdida significativa de la motivación. Se nota cansado, sin capacidad para hacer cosas.Se muestra apática, más cansada y con poca motivación para hacer cosas 

 Aplanamiento afectivo: Dificultad para expresar sus emociones, falta de respuesta en la expresión facial, no aparentando ningún tipo de emoción. 

 Pueden mostrar ansiedad, sentirse muy inseguras o tener miedos excesivos. 

 Pueden abandonar hábitos de higiene y de autocuidado: dejan de asearse, afeitarse, llevar el pelo descuidado o la ropa sucia. 

 Su pensamiento y su lenguaje pueden volverse más pobres. 

 Aparecen problemas de atención, les cuesta concentrarse en el trabajo, en la lectura

Tipos de esquizofrenia

La esquizofrenia puede manifestarse de muchas formas. A pesar de tratarse de la misma enfermedad, se distinguen varios tipos según los síntomas que aparecen con mayor frecuencia o intensidad: 

¿Por qué aparece la esquizofrenia?
A día de hoy, no se sabe cuál es el origen exacto de la esquizofrenia. Lo que sí que se puede asegurar es que es multicausal, es decir, la esquizofrenia no aparece por una única causa, sino que sería el resultado de múltiples factores. Se considera que, por un lado, pueden existir unos factores que pueden predisponernos a desarrollar esquizofrenia. Entre estos “factores predisponentes” se encuentra la genética o factores hereditarios, pero también factores relacionados con la bioquímica y el funcionamiento de nuestro cerebro. Estos factores, por sí solos no tienen por qué hacer que se desarrolle la enfermedad, sólo puede hacer a la persona más vulnerable a desarrollarla. 

Por otro lado, podemos hablar de “factores precipitantes o desencadenantes, es decir, determinados acontecimientos o situaciones vitales estresantes que, en personas vulnerables podrían desencadenar la enfermedad. Por ejemplo, la pérdida de un ser querido, un cambio de domicilio, pérdida de un trabajo o tener hábitos nocivos como consumir alcohol u otros tóxicos. 

Una vez que la enfermedad ha aparecido, podemos hablar de aquellos factores que van a influir en que los síntomas se reduzcan, mantengan o que por el contrario empeoren. 

Entre los factores que van a ayudar a una mayor estabilidad, podría destacar: 
 Tener un buen cumplimiento de la medicación 
 Existencia de apoyos familiares y sociales 
 Mantenimiento de una ocupación 
 Reconocimiento de síntomas 
 Vida saludable (estabilidad de horarios de sueño, no consumo de tóxicos…) 


Por el contrario, hay otros factores que van a influir negativamente en la persona y en su enfermedad: 
 Acontecimientos vitales estresantes 
 Abandonar o no tomar adecuadamente la medicación 
 Carga emocional familiar excesiva: sobreprotección, crítica, desvalorización. 
 Consumo de alcohol y drogas

¿Cómo evoluciona la esquizofrenia?

La evolución de la enfermedad es diversa. Se habla comúnmente de la regla de los tres tercios

 Un tercio de las personas diagnosticadas de esquizofrenia presenta una evolución favorable, hacia la remisión completa de los síntomas. 

 Un tercio presenta una evolución estable, sucediéndose las recaídas con los periodos de estabilidad y control de los síntomas. 

 Un tercio evoluciona desfavorablemente, hacia el deterioro personal y social. Las recaídas no siempre son evitables. A veces se producen de forma espontánea, sin relación con factores externos a la enfermedad. Sin embargo, hay otras ocasiones en las que la persona empieza a manifestar algunas conductas o actitudes diferentes que nos pueden hacer pensar que puede estar empezando una crisis. 

Te explico a continuación cómo suelen ser las fases en la evolución de la esquizofrenia. 

1. Fase prodrómica

A menudo las crisis van precedidas de ciertas señales, los pródromos. Estos, son síntomas (cambios en el comportamiento y en el estado de ánimo, entre otros) que indican la probabilidad de aparición de una crisis. Reconocerlos es importante porque nos va a permitir el tratamiento temprano de nuevos brotes y, en muchos de los casos, la prevención de ingresos hospitalarios. 

Los signos de riesgo de recaída más comunes son: 

 Cambios en el comportamiento 

 Inquietud, tensión o nerviosismo

  Irritabilidad 

 Sentimientos de depresión 

 Pérdida de apetito o desorganización de las comidas 

 Aumento de la dificultad para concentrarse y recordar 

 Alteración del sueño

  Disfruta menos de las cosas 

Es importante reseñar que los pródromos señalados anteriormente son algunos ejemplos de los más comunes, pero al igual que cada persona es única los pródromos también lo son en cada persona aunque tengan la misma enfermedad. 

Ante la aparición de pródromos, hay algunas que nos pueden ayudar: 

 Solicitar consulta con el psiquiatra que lleve el caso. 

 Buscar la conversación a través de algo que le interese. 

 Escuchar lo que quiera comunicar, aunque no se esté de acuerdo. 

 Reforzarle y hablarle positivamente. 

 Tener paciencia y tolerancia.

  Ser dialogante y no autoritario. 

 Ser observador/a, estar atento/a y buscar el momento para estimularle. 

 Reducir en esos momentos el listón de las exigencias o la necesidad de resolver problemas. 

 Hay que saber reconocer los síntomas de la enfermedad y no confundirlos con conducta intencionada. 

 Poner límites claros y mantenerlos. 

 Si la persona no quiere hablar, no ser demasiado insistentes. 

2. Fase activa o de crisis

Es la fase en la que se hace referencia al desencadenamiento de un brote o una crisis. La duración de la fase activa o de crisis varía según la persona, una misma persona suele tener episodios de duraciones parecidas. Lo mismo ocurre con los intervalos entre episodios, según las características de las personas pueden oscilar entre meses y varios años y son generalmente de la misma duración en una misma persona. 

3. Fase de compensación o residual

Es la fase en la que la persona está en un buen grado de contacto con la realidad, posee cierta capacidad para las relaciones interpersonales y para asumir tareas ocupacionales. Por tanto es una buena etapa para aumentar su grado de autonomía. La enfermedad mental, al igual que los brotes o las crisis sucesivas, puede aparecer de manera aguda o progresiva, siendo este el inicio más frecuente donde se observan dificultades en la adaptación, dificultades en las relaciones interpersonales, dificultad en el rendimiento escolar, aislamiento social… 

El curso de la enfermedad dependerá, además de los factores indicados anteriormente como asociados a un mejor pronóstico, del tratamiento y la intervención que la persona reciba. 

La mortalidad entre este grupo de población es elevado, por diversas razones: 

 Mayor riesgo de patologías médicas diversas. 

 Menor cuidado de su salud física en todos sus aspectos. 

 Consumo de tóxicos. 

 Suicidio. 

¿Cómo se trata la esquizofrenia?

……….


Lo recomendable es un tratamiento integral, en consonancia con los modelos multicausales. Sin embargo, en la práctica, el lugar central sigue ocupado por enfoques que, si bien reciben el nombre de biopsicosociales, se caracterizan por la primacía fundamental de la farmacología.

La medicación constituye el tratamiento de base y contribuye a la estabilidad y control de los síntomas y a la reducción de posibles recaídas.

Sus dosis deben ser adaptadas individualmente en cada paciente.

Los fármacos específicos para tratar la esquizofrenia (alucinaciones, delirios, trastornos del pensamiento) son los antipsicóticos o neurolépticos, pero lo más común es que a una persona diagnosticada de esquizofrenia se le prescriban conjuntamente otro tipo de medicamentos para tratar otros síntomas concomitantes, tales como ansiolíticos o tranquilizantes, antidepresivos, estabilizadores del ánimo y somníferos.

Como ocurre con todos los medicamentos, los antipsicóticos presentan efectos secundarios: sequedad de boca, agitación, rigidez o disminución de movimientos, estreñimiento, visión borrosa, temblores, nerviosismo, insomnio, somnolencia, movimientos involuntarios o incluso calambres en la región facial.

  • El Leponex puede bajar las defensas, por lo que es necesario practicar análisis de sangre mensuales mientras se esté tomando.
Estos efectos secundarios no afectan por igual a todas las personas.
  • Algunos desaparecen con el tiempo o pueden ser suprimidos disminuyendo la dosis o eventualmente cambiando de medicación. Otras veces se hace necesario tomar otros medicamentos (Akinetón, Artane) para corregir ciertos efectos indeseables, tales como los temblores y la rigidez.
Es importante que la persona con esquizofrenia y la familia estén informadas de las diferencias que hay entre los efectos secundarios de los medicamentos y los síntomas de la enfermedad. Así, la apatía es un síntoma de la esquizofrenia, pero la somnolencia y la falta de energía pueden ser igualmente provocadas por la medicación antipsicótica.

Los medicamentos antipsicóticos o neurolépticos se pueden clasificar en dos grupos:

1. Antipsicóticos típicos o clásicos.
El Haloperidol, Eskazine, Largactil, Sinogan, Meleril, Etumina serían algunas de las marcas comerciales dentro de este grupo. Muy potentes para controlar los síntomas positivos, pero con muchos efectos secundarios desagradables.

2. Antipsicóticos atípicos o de nueva generación.
 •  Amisulpiride (Solian)    
•  Aripripazol (Abilify)   
 •  Clozapina (Leponex)
 •  Olanzapina (Zyprexa)    
•  Quetiapina (Seroquel)    
•  Risperidona (Risperdal)    
•  Ziprasidona (Zeldox)

Además de mejorar los síntomas positivos, parecen influir positivamente sobre los negativos. Se toleran mejor y presentan menos efectos adversos, aunque no están completamente libres, como por ejemplo, aumento del apetito y del peso o disfunciones sexuales.
  • La Terapia electroconvulsiva o electroshock (aplicación de corriente eléctrica al cerebro humano), se aplica en casos excepcionales, cuando la enfermedad no cede con ningún otro tratamiento empleado y con riesgo de suicidio.
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¿Cómo puedo apoyar a una persona con esquizofrenia? 

La familia, las personas cercanas y los profesionales en muchas ocasiones, no sabemos cómo actuar o tenemos dudas ante ciertos síntomas y comportamientos frecuentes y difíciles de manejar: alucinaciones, ideas delirantes, conducta agresiva asociada…

A continuación adjunto algunas orientaciones que puedan servirte de guía, ayudarte a gestionar algunas situaciones de forma que se puedan evitar, en la medida de lo posible enfrentamientos innecesarios y actitudes críticas que acaben empeorando la relación familiar. Se trata de orientaciones generales, que pueden ser modificadas y adaptadas a cada caso particular: 

Que NO hacer en el acompañamiento a personas con esquizofrenia

 Poner en duda lo que nos comenta nuestro familiar, quitarle importancia, reírse de dicha persona, o descalificarla. Tienes que evitar comentarios despectivos como, “¡cómo puedes pensar esas cosas!”, “eso que dices son tonterías”…  Ignorar o evitar la conversación sobre los síntomas si la persona con enfermedad mental desea hablar de ello y le tranquiliza. 
 Actuar de manera que la persona con enfermedad mental crea que sus alucinaciones o delirios son reales, por ejemplo, no se debe “hablar” con las voces, ni “llevarle la corriente”. 
 Realizar gestos, cuchichear disimuladamente a otra persona, pensando que él/ella no lo nota o no se entera. 
 Intentar engañarle suponiendo que no se da cuenta de lo que pasa, realizando a veces falsas promesas para calmarle. 
 Intentar tocarle para calmarle si no quiere que lo hagamos. 
 Amenazarle con un ingreso psiquiátrico. Éste nunca se debe plantear como un castigo. 
 Ante la conducta agresiva, amenazarle o retarle a que lleve a efecto sus amenazas. Entrar en una lucha de insultos y discusiones. 
 Empeñarnos en sacarle del error, ya que para la persona la situación es real. 
 Culpabilizarle y echarle en cara que no hace las cosas porque no quiere. 

¿QUÉ HACER en el acompañamiento a personas con esquizofrenia?
  Adoptar una actitud segura, tranquila y firme. Hablarle en voz baja, no amenazante. 
 Prestar atención a lo que dicen, conocer cómo y en qué le influyen esos síntomas a la persona: si le asustan, si le dan órdenes y si puede o no reírse de ellas. Para ello puedes preguntarle acerca de lo que siente, oye y/o ve. Hablar sobre ello e intentar comprenderle sin insistir en el tema. 
 Escucharle sin hacer comentarios, haciéndole saber que comprendemos su miedo o enfado.
Evitar los ambientes ruidosos: favorecer un ambiente tranquilo y silencioso. 
 Comunicarle y hacerle ver que sabemos que oye, ve o siente lo que dice, que le creemos e intentar explicarle que lo que le sucede se puede deber a la situación que está atravesando y procurar tranquilizarle. 
 Intentar centrar la atención en una conversación o actividad de interés para él/ella. Preguntarle si está enfadado, cuál es el motivo y hablar de ello. 
 Asegurarle que no somos una amenaza para él/ella. 
 Despejar el mobiliario y/o los objetos con los que puede dañarse la persona enferma o a los demás. 
 Dejarle espacio libre, no acorralándole, a menos que se pretenda sujetarle. 
 Normalmente si hay alguien en la familia del que la persona con enfermedad mental se fía, esta es la persona más adecuada para intentar contenerle. 
 Si la persona se muestra agresiva o desafiante, ponte en contacto con los Servicios de Emergencia. 

CASOS PRÁCTICOS PERSONAS CON ESQUIZOFRENÍA

CONLUSIONES

Descubre cómo 5 personas con enfermedad mental de Avifes se propusieron el gran reto de alcanzar la cima del Naranjo de Bulnes iniciándose en el mundo de la escalada de la mano del creador de «Al filo de lo Imposible», Sebastián Álvaro y de un equipo de alpinistas formado por Juanjo San Sebastián y Juanito Oiarzabal entre otros y con el apoyo de Janssen.

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