5. PREVENCIÓN Y CONTROL DE CONTAMINACIONES EN EL MEDIO HOSPITALARIO:
Los hospitales son lugares destinados a brindarnos asistencia medico-clínica desarrollando funciones preventivas, rehabilitadoras, formativas y de investigación. Pese a todas estas funciones beneficiosas, pueden producir efectos que no desearíamos bajo ningún concepto: la contaminación hospitalaria.
Este tipo de contaminación puede ser tanto la producida a nivel interno (sobre los trabajadores o pacientes) como la que podemos encontrar a nivel externo (sobre el medio ambiente en general). Cada paciente hospitalizado genera unos 7 kg diarios de residuos sólidos de promedio. Lo ideal es que cada hospital disponga de un comité de protección ambiental que se centre en el impacto ambiental que genera el centro sanitario, en la reducción del consumo de agua y energía, en un mejor reciclamiento de los residuos producidos por el hospital, y que evite así otras contaminaciones derivadas, como la del suelo, el agua o la odorífica.
5.1. Eliminaciones del paciente. Sondas, ostomías y enemas.
Las eliminaciones del paciente son los productos de desecho elaborados por el organismo y expulsados al exterior que nos proporcionan datos útiles para conocer el estado de su enfermedad y la efectividad del tratamiento. Se conocen como emuntorios naturales a la orina, las heces y los esputos, y deben ser observados cuidadosamente en busca de signos anormales.
Ver más: Técnicas de recogida de eliminaciones
Diuresis: se comprobará la cantidad de orina que es eliminada por el paciente (Poliuria, Oliguria, Anuria o Polaquiuria), así como el aspecto de la misma (color, olor, turbidez...).
Deposiciones: se comprobará el número de deposiciones diarias y sobre todo su aspecto (la coloración es muy importante y nos informa de posibles alteraciones), descartando entre heces acólicas, rectorragia o melenas.
Esputos: pueden ser claros u opacos, mucosos, purulentos, sanguinolentos, y en ocasiones pueden presentar olor fétido propio de infección pulmonar.
Para la recogida y posterior estudio de los diferentes emuntorios naturales existen diferentes dispositivos, como los sondajes, las ostomías y los enemas. En todos ellos es imprescindible mantener unos cuidados de asepsia que eviten contaminaciones tanto en la manipulación de los mismos como en su eliminación, depositándolos en los contenedores correspondientes destinados para su uso.Encontramos dos tipos de sondajes:
Sondaje vesical: consiste en la introducción de una sonda en la vejiga a través de la uretra. Puede ser temporal o permanente, y está indicada para facilitar la evacuación de la orina, obtener una muestra estéril, controlar el flujo de orina, irrigar la vejiga, administrar medicamentos locales...
Sondaje nasogástrico: consiste en la introducción de una sonda en el estómago a través de las fosas nasales o, en su defecto, de la boca. Suele utilizarse para aspiración gástrica, irrigación o lavado gástrico, o alimentación.
La ostomía es la intervención quirúrgica por la que se abre un orificio artificialmente, de forma que se pone en contacto una víscera u órgano con el exterior. Se llama estoma al orificio resultante de una ostomía.
Las ostomías pueden ser temporales o permanentes, y dependiendo de la zona donde se practiquen se denominarán ostomías gastrointestinales o urológicas (vesicostomía, ureterostomía, ureterosignoidostomía).
Ver más: Aplicación de cuidados de la persona usuaria con incontinencia y colostomía
Como vimos en el capítulo anterior, los enemas son introducción de líquido en el intestino y pueden ser de limpieza o de retención
5.2. Recogida y transporte de muestras biológicas.
Toda la información diagnóstica que el laboratorio de microbiología puede proporcionar depende de la calidad de la muestra recibida. Una buena metodología de trabajo, por parte del personal de enfermería y el resto del equipo sanitario, asegura la fiabilidad de los datos obtenidos, reduciendo al mínimo los errores que conllevan el rechazo de las muestras, la repetición de los análisis con el consiguiente perjuicio para el paciente, el fallo en la recuperación de los agentes patógenos o de la microbiota normal, que puede inducir a errores diagnósticos e incluso a un tratamiento inadecuado del enfermo.
Para evitar todos estos riesgos se deben tener en cuenta los siguientes pasos:
Volante de petición: Cada muestra deberá ir acompañada de un volante de petición, que será diferente para cada laboratorio. En general, cada petición debería suministrar al laboratorio la suficiente información para que la muestra se procese convenientemente y se interpreten los resultados
Obtención de la muestra: La muestra se debe tomar con las máximas condiciones de asepsia que eviten la contaminación de la misma con microbios exógenos, y nunca se pondrá en contacto con antisépticos o desinfectantes. Todas las muestras deben recogerse antes de la instauración del tratamiento antibiótico y en la cantidad adecuada para su posterior estudio microbiológico.
Recogida de la muestra: Cada tipo de muestra requiere un material estéril para recogida e incluso transporte de la misma, pudiendo ser envases, contenedores, hisopos, tubos..., utilizados todos ellos en el laboratorio de microbiologia.
Transporte de la muestra: Todas las muestras deberán ser enviadas lo más rápidamente posible al laboratorio. La mayoría de las bacterias resisten bien las temperaturas bajas, por lo que los productos pueden mantenerse en la nevera unas horas, pero el líquido cefalorraquídeo (LCR), exudados, heces y muestras de anaerobios no deben ser refrigerados (2-8 ºC). En todos los casos, el envío de la muestra debe evitar la salida (y posible contaminación) del contenido, por lo que el recipiente debe cerrarse con seguridad, o utilizar un doble recipiente. Siempre quedarán claras la identidad de la muestra, de la persona a quien pertenece, y los servicios solicitante y receptor.
Las muestras biológicas se consideran Residuos Sanitarios de Grupo III o residuos de riesgo, y se deben adoptar unas medidas de prevención en su manipulación, recogida, almacenamiento, transporte y posterior eliminación.
5.3. Enfermedades infecciosas transmisibles
Según la OMS, las enfermedades infecciosas son causadas por microorganismos patógenos como las bacterias, los virus, los parásitos o los hongos, y pueden transmitirse, directa o indirectamente, de una persona a otra. Por contra, las zoonosis son enfermedades infecciosas en los animales que pueden ser transmitidas al hombre.
La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) clasifica las diferentes enfermedades infecciosas de declaración obligatoria según sus mecanismos de transmisión y de intervención en:
Enfermedades de transmisión alimentaria
Botulismo
Campilobacteriosis
Cólera
Criptosporidiosis
Fiebres tifoidea y paratifoidea
Giardiasis
Hepatitis A
Infección por Escherichia coli productora de toxina Shiga o Vero
Listeriosis
Salmonelosis (excluye fiebre tifoidea y paratifoidea)
Shigelosis
Triquinosis
Yersiniosis
Enfermedades de transmisión parenteral
Hepatitis B
Hepatitis C
Enfermedades de transmisión respiratoria
Gripe
Legionelosis
Lepra
Síndrome respiratorio agudo grave
Tuberculosis
Infecciones de transmisión sexual
Preservativos de diferentes coloresInfección gonocócica
Infección por Chlamydia trachomatis (excluye linfogranuloma venéreo)
Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana
Síndrome de la inmunodeficiencia adquirida
Linfogranuloma venéreo
Sífilis (excluye sífilis congénita)
Sífilis congénita
Enfermedades de transmisión vectorial
Mosquito posado en el brazo de una personaDengue
Encefalitis transmitida por garrapatas
Enfermedad por virus Chikungunya
Fiebre amarilla
Fiebre del Nilo occidental
Fiebre exantemática mediterránea
Fiebres hemorrágicas víricas (excluye fiebre amarilla y dengue grave)
Fiebre recurrente transmitida por garrapatas
Leishmaniasis
Paludismo
Enfermedades de transmisión zoonótica
Ilustración de la zoonosisBrucelosis
Carbunco
Fiebre Q
Hidatidosis
Leptospirosis
Peste
Rabia
Toxoplasmosis congénita
Tularemia
Enfermedades prevenibles por vacunación
Difteria
Enfermedad invasora por Haemophilus influenzae
Enfermedad meningocócica
Enfermedad neumocócica invasora
Herpes zóster
Parotiditis
Poliomielitis
Rubéola (excluye rubéola congénita)
Rubéola congénita
Sarampión
Tétanos
Tosferina
Varicela
Viruela
5.4. Medidas generales de prevención de enfermedades infecciosas
Las infecciones leves pueden curarse simplemente con descanso y remedios caseros, mientras que algunas infecciones más graves requieren hospitalización y tratamiento médico o farmacológico. Para evitar la propagación de estas enfermedades y prevenir su contagio existen una serie de recomendaciones básicas para la población general:
- Lavarse las manos con frecuencia: esto es especialmente importante antes y después de preparar alimentos, antes de comer y después de usar el inodoro.
- Vacunarse: la inmunización mediante vacuna puede reducir drásticamente las posibilidades de contraer muchas enfermedades.
- Utilizar bien los antibióticos: tome antibióticos solo cuando le sean prescritos. A menos que se indique lo contrario o a menos que usted sea alérgico a ellos, tomar todas las dosis de antibiótico prescritas por su médico, incluso cuando empiece a sentirse mejor. Nunca dejar de tomarlos antes de finalizar el tratamiento.
- Quedarse en casa si tiene signos y síntomas de una infección: no vaya al trabajo o al colegio si tiene vómitos, diarrea o fiebre.
- Preparación de alimentos: mantenga limpios los mostradores y otras superficies de la cocina durante la preparación de las comidas. Refrigere de inmediato las sobras y no deje alimentos cocidos a temperatura ambiente durante un periodo prolongado de tiempo.
- Desinfectar las "zonas calientes" en su residencia: estos incluyen la cocina, el cuarto de baño y las habitaciones que puedan tener una alta concentración de bacterias y otros agentes infecciosos.
- Practicar el sexo seguro: use preservativos en sus relaciones sexuales y hágase las prueba de identificación de enfermedades de transmisión sexual (ETS).
- No comparta artículos personales: utilice su propio cepillo de dientes, peine o cuchilla de afeitar. Evitar los recipientes para beber o comer de uso compartido ni compartir utensilios (cubiertos).
- Viajar con prudencia: no viajar cuando se está enfermo. Con tantas personas confinadas en un área tan pequeña (tren, avión, autobus...) puede infectar a otros pasajeros y su viaje no resultará agradable. Dependiendo del lugar donde vaya a viajar, hable con su médico acerca de las vacunas especiales que pueda necesitar.
5.5. Técnica y procedimientos para el control de enfermedades transmisibles
Para que una infección se produzca es necesario que estén presentes los siguientes componentes del proceso de la enfermedad infecciosa, llamados eslabones de la cadena epidemiológica:Eslabones de la cadena epidemiológica
Agente causal: incluye parásitos, hongos, bacterias, virus y priones.
Reservorio: lugar donde los microbios pueden sobrevivir (animado e inanimado).
Puerta de salida: del agente desde el reservorio (líquidos corporales, gotas respiratorias) hacia el exterior por vía aérea, digestiva y piel.
Modos de transmisión del agente: contacto (como las manos sin lavar), aire y digestivo.
Puerta de entrada: del agente al hospedero susceptible, a través del tracto respiratorio, intestino, piel no intacta, mucosas.
Huésped susceptible: puede ser un paciente inmunocomprometidoo cualquier otra persona susceptible (persona mayor, niño/a, bebe...).
Una ruptura en cualquier eslabón de esta cadena epidemiológica evitará que se produzca la infección.
El lavado de manos es la medida más importante para prevenir el contagio de las infecciones por su capacidad de romper la cadena epidemiológica.
Los factores de riesgo de la infección intrahospitalaria (Infección nosocomial) pueden ser propios del paciente, del ambiente o de la atención sanitaria, y los sitios más frecuentes de contaminación son las infecciones urinarias, la zona de intervención quirúrgica, la neumonía nosocomial, la bacteriemia nosocomial, y otras menos comunes como las afecciones de la piel, gastroenteritis, sinusitis...
Los procedimientos encaminados a evitar las enfermedades infecciosas se van a centrar en:
1.Promoción de la salud
Lavado de manos, aunque se vaya a usar guantes. Las manos se deben lavar tras haber tocado sangre, fluidos biológicos, secreciones o excreciones y objetos contaminados, tanto si se llevan guantes como si no. Lavarse las manos inmediatamente después de quitarse los guantes, entre un paciente y otro, cuando esté indicado para evitar la transferencia entre pacientes o al ambiente. También puede resultar necesario lavarse las manos entre tareas en el mismo paciente para evitar infecciones cruzadas.
Uso de guantes, batas y mascarilla. Usar guantes cuando se vaya a tocar sangre, fluidos biológicos, secreciones o excreciones y objetos contaminados (es suficiente el uso de guantes limpios no estériles). Quitarse los guantes rápidamente tras su uso, antes de tocar objetos limpios o superficies y antes de atender a otro paciente. Cambiarse de guantes entre tareas realizadas en el mismo paciente si ha habido contacto con materiales que puedan estar muy contaminados y lavarse las manos trás quitarse los guantes.
Higiene adecuada de la habitación, ropa de cama y ropa del paciente. La manipulación y el transporte de las sábanas y ropa blanca contaminada con sangre, fluidos corporales, secreciones y excreciones se hará de forma que se minimicen las exposiciones de la piel y las mucosas, la contaminación de la ropa y la transferencia de microorganismos a otros pacientes o al ambiente.
Higiene adecuada y manejo del intrumental. Manipular con mucha precaución el equipamiento utilizado en la atención y cura del paciente que pueda estar contaminado con sangre, fluidos biológicos, secreciones y excreciones. Comprobar que el material reutilizable no es usado en otro paciente si no ha sido reprocesado de forma adecuada (limpieza, desinfección y esterilización). Comprobar que el material de un solo uso se elimina siguiendo los métodos apropiados.
2. Prevención de la transmisión
Uso de apósitos, toallas y lencería desechables.
Manejo adecuado de las excretas del paciente (secreciones, líquidos, heces...). Debe tratarse como contaminado cualquier material que haya estado en contacto con fluidos o excretas o que potencialmente pudiera estarlo.
Aislamiento del paciente, que podrá ser estricto, respiratorio, de protección, aséptico...
3. Tratamiento de la enfermedad
Administrar el tratamiento prescrito por el facultativo.
Controlar la evolución del paciente y la existencia de cualquier síntoma o signo que indique un empeoramiento.
Registrar la evolución del proceso infeccioso.
5.6. La importancia del lavado de manos
El lavado de manos es la medida más importante para reducir la transmisión de microorganismos entre una persona y otra y entre dos sitios distintos en un mismo paciente. Debe hacerse tan pronta y meticulosamente como sea posible trás el contacto con los pacientes y después del contacto con sangre, fluidos orgánicos, secreciones, excreciones y equipos contaminados.
Es un componente fundamental en las precauciones de control de infecciones y aislamiento y el principal problema con el lavado de manos no está relacionado con la disponibilidad de materiales (jabón, toallas y agua) o de tiempo, sino con la falta de cumplimiento de la norma.
Podemos distinguir dos tipos de lavados de manos, el lavado de manos social o antiséptico, y el lavado de manos quirúrgico.
En el siguiente vídeo podemos ver gráficamente los pasos a seguir en el lavado de manos aséptico.
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