5. PREVENCIÓN Y CONTROL DE CONTAMINACIONES EN EL MEDIO HOSPITALARIO

 5. PREVENCIÓN Y CONTROL DE CONTAMINACIONES EN EL MEDIO HOSPITALARIO: 

Los hospitales son lugares destinados a brindarnos asistencia medico-clínica desarrollando funciones preventivas, rehabilitadoras, formativas y de investigación. Pese a todas estas funciones beneficiosas, pueden producir efectos que no desearíamos bajo ningún concepto: la contaminación hospitalaria.

Este tipo de contaminación puede ser tanto la producida a nivel interno (sobre los trabajadores o pacientes) como la que podemos encontrar a nivel externo (sobre el medio ambiente en general). Cada paciente hospitalizado genera unos 7 kg diarios de residuos sólidos de promedio. Lo ideal es que cada hospital disponga de un comité de protección ambiental que se centre en el impacto ambiental que genera el centro sanitario, en la reducción del consumo de agua y energía, en un mejor reciclamiento de los residuos producidos por el hospital, y que evite así otras contaminaciones derivadas, como la del suelo, el agua o la odorífica.

5.1. Eliminaciones del paciente. Sondas, ostomías y enemas. 

Las eliminaciones del paciente son los productos de desecho elaborados por el organismo y expulsados al exterior que nos proporcionan datos útiles para conocer el estado de su enfermedad y la efectividad del tratamiento. Se conocen como emuntorios naturales a la orina, las heces y los esputos, y deben ser observados cuidadosamente en busca de signos anormales.

Ver más: Técnicas de recogida de eliminaciones 

Diuresis: se comprobará la cantidad de orina que es eliminada por el paciente (Poliuria, Oliguria, Anuria o Polaquiuria), así como el aspecto de la misma (color, olor, turbidez...).

Deposiciones: se comprobará el número de deposiciones diarias y sobre todo su aspecto (la coloración es muy importante y nos informa de posibles alteraciones), descartando entre heces acólicas, rectorragia o melenas.

Esputos: pueden ser claros u opacos, mucosos, purulentos, sanguinolentos, y en ocasiones pueden presentar olor fétido propio de infección pulmonar.

Para la recogida y posterior estudio de los diferentes emuntorios naturales existen diferentes dispositivos, como los sondajes, las ostomías y los enemas. En todos ellos es imprescindible mantener unos cuidados de asepsia que eviten contaminaciones tanto en la manipulación de los mismos como en su eliminación, depositándolos en los contenedores correspondientes destinados para su uso.

Encontramos dos tipos de sondajes:

Sondaje vesical: consiste en la introducción de una sonda en la vejiga a través de la uretra. Puede ser temporal o permanente, y está indicada para facilitar la evacuación de la orina, obtener una muestra estéril, controlar el flujo de orina, irrigar la vejiga, administrar medicamentos locales... 

Sondaje nasogástrico: consiste en la introducción de una sonda en el estómago a través de las fosas nasales o, en su defecto, de la boca. Suele utilizarse para aspiración gástrica, irrigación o lavado gástrico, o alimentación.

La ostomía es la intervención quirúrgica por la que se abre un orificio artificialmente, de forma que se pone en contacto una víscera u órgano con el exterior. Se llama estoma al orificio resultante de una ostomía.

Las ostomías pueden ser temporales o permanentes, y dependiendo de la zona donde se practiquen se denominarán ostomías gastrointestinales o urológicas (vesicostomía, ureterostomía, ureterosignoidostomía).

Ver más: Aplicación de cuidados de la persona usuaria con incontinencia y colostomía

Como vimos en el capítulo anteriorlos enemas son introducción de líquido en el intestino y pueden ser de limpieza o de retención

5.2. Recogida y transporte de muestras biológicas.

Toda la información diagnóstica que el laboratorio de microbiología puede proporcionar depende de la calidad de la muestra recibida. Una buena metodología de trabajo, por parte del personal de enfermería y el resto del equipo sanitario, asegura la fiabilidad de los datos obtenidos, reduciendo al mínimo los errores que conllevan el rechazo de las muestras, la repetición de los análisis con el consiguiente perjuicio para el paciente, el fallo en la recuperación de los agentes patógenos o de la microbiota normal, que puede inducir a errores diagnósticos e incluso a un tratamiento inadecuado del enfermo.

Para evitar todos estos riesgos se deben tener en cuenta los siguientes pasos:

Volante de petición: Cada muestra deberá ir acompañada de un volante de petición, que será diferente para cada laboratorio. En general, cada petición debería suministrar al laboratorio la suficiente información para que la muestra se procese convenientemente y se interpreten los resultados

Obtención de la muestra: La muestra se debe tomar con las máximas condiciones de asepsia que eviten la contaminación de la misma con microbios exógenos, y nunca se pondrá en contacto con antisépticos o desinfectantes. Todas las muestras deben recogerse antes de la instauración del tratamiento antibiótico y en la cantidad adecuada para su posterior estudio microbiológico.

Recogida de la muestra: Cada tipo de muestra requiere un material estéril para recogida e incluso transporte de la misma, pudiendo ser envases, contenedores, hisopos, tubos..., utilizados todos ellos en el laboratorio de microbiologia.

Transporte de la muestra: Todas las muestras deberán ser enviadas lo más rápidamente posible al laboratorio. La mayoría de las bacterias resisten bien las temperaturas bajas, por lo que los productos pueden mantenerse en la nevera unas horas, pero el líquido cefalorraquídeo (LCR), exudados, heces y muestras de anaerobios no deben ser refrigerados (2-8 ºC). En todos los casos, el envío de la muestra debe evitar la salida (y posible contaminación) del contenido, por lo que el recipiente debe cerrarse con seguridad, o utilizar un doble recipiente. Siempre quedarán claras la identidad de la muestra, de la persona a quien pertenece, y los servicios solicitante y receptor.

Las muestras biológicas se consideran Residuos Sanitarios de Grupo III o residuos de riesgo, y se deben adoptar unas medidas de prevención en su manipulación, recogida, almacenamiento, transporte y posterior eliminación.


 5.3. Enfermedades infecciosas transmisibles 

Según la OMS, las enfermedades infecciosas son causadas por microorganismos patógenos como las bacterias, los virus, los parásitos o los hongos, y pueden transmitirse, directa o indirectamente, de una persona a otra. Por contra, las zoonosis son enfermedades infecciosas en los animales que pueden ser transmitidas al hombre.

Ver más: Prevención y control de infecciones, Procedimientos de aislamiento y prevención de enfermedades transmisibles

La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) clasifica las diferentes enfermedades infecciosas de declaración obligatoria según sus mecanismos de transmisión y de intervención en:

Enfermedades de transmisión alimentaria

Botulismo

Campilobacteriosis

Cólera

Criptosporidiosis

Fiebres tifoidea y paratifoidea

Giardiasis

Hepatitis A

Infección por Escherichia coli productora de toxina Shiga o Vero

Listeriosis

Salmonelosis (excluye fiebre tifoidea y paratifoidea)

Shigelosis

Triquinosis

Yersiniosis

Enfermedades de transmisión parenteral

Hepatitis B

Hepatitis C

Enfermedades de transmisión respiratoria

Gripe

Legionelosis

Lepra

Síndrome respiratorio agudo grave

Tuberculosis

Infecciones de transmisión sexual

Preservativos de diferentes coloresInfección gonocócica

Infección por Chlamydia trachomatis (excluye linfogranuloma venéreo)

Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana

Síndrome de la inmunodeficiencia adquirida

Linfogranuloma venéreo

Sífilis (excluye sífilis congénita)

Sífilis congénita

Enfermedades de transmisión vectorial

Mosquito posado en el brazo de una personaDengue

Encefalitis transmitida por garrapatas

Enfermedad por virus Chikungunya

Fiebre amarilla

Fiebre del Nilo occidental

Fiebre exantemática mediterránea

Fiebres hemorrágicas víricas (excluye fiebre amarilla y dengue grave)

Fiebre recurrente transmitida por garrapatas

Leishmaniasis

Paludismo

Enfermedades de transmisión zoonótica

Ilustración de la zoonosisBrucelosis

Carbunco

Fiebre Q

Hidatidosis

Leptospirosis

Peste

Rabia

Toxoplasmosis congénita

Tularemia

Enfermedades prevenibles por vacunación

Difteria

Enfermedad invasora por Haemophilus influenzae

Enfermedad meningocócica

Enfermedad neumocócica invasora

Herpes zóster

Parotiditis

Poliomielitis

Rubéola (excluye rubéola congénita)

Rubéola congénita

Sarampión

Tétanos

Tosferina

Varicela

Viruela

5.4. Medidas generales de prevención de enfermedades infecciosas 

Las infecciones leves pueden curarse simplemente con descanso y remedios caseros, mientras que algunas infecciones más graves requieren hospitalización y tratamiento médico o farmacológico. Para evitar la propagación de estas enfermedades y prevenir su contagio existen una serie de recomendaciones básicas para la población general:

- Lavarse las manos con frecuencia: esto es especialmente importante antes y después de preparar alimentos, antes de comer y después de usar el inodoro.

- Vacunarse: la inmunización mediante vacuna puede reducir drásticamente las posibilidades de contraer muchas enfermedades.

- Utilizar bien los antibióticos: tome antibióticos solo cuando le sean prescritos. A menos que se indique lo contrario o a menos que usted sea alérgico a ellos, tomar todas las dosis de antibiótico prescritas por su médico, incluso cuando empiece a sentirse mejor. Nunca dejar de tomarlos antes de finalizar el tratamiento.

- Quedarse en casa si tiene signos y síntomas de una infección: no vaya al trabajo o al colegio si tiene vómitos, diarrea o fiebre.

- Preparación de alimentos: mantenga limpios los mostradores y otras superficies de la cocina durante la preparación de las comidas. Refrigere de inmediato las sobras y no deje alimentos cocidos a temperatura ambiente durante un periodo prolongado de tiempo.

- Desinfectar las "zonas calientes" en su residencia: estos incluyen la cocina, el cuarto de baño y las habitaciones que puedan tener una alta concentración de bacterias y otros agentes infecciosos.

- Practicar el sexo seguro: use preservativos en sus relaciones sexuales y hágase las prueba de identificación de enfermedades de transmisión sexual (ETS).

- No comparta artículos personales: utilice su propio cepillo de dientes, peine o cuchilla de afeitar. Evitar los recipientes para beber o comer de uso compartido ni compartir utensilios (cubiertos).

- Viajar con prudencia: no viajar cuando se está enfermo. Con tantas personas confinadas en un área tan pequeña (tren, avión, autobus...) puede infectar a otros pasajeros  y su viaje no resultará agradable. Dependiendo del lugar donde vaya a viajar, hable con su médico acerca de las vacunas especiales que pueda necesitar.

5.5. Técnica y procedimientos para el control de enfermedades transmisibles 

Para que una infección se produzca es necesario que estén presentes los siguientes componentes del proceso de la enfermedad infecciosa, llamados eslabones de la cadena epidemiológica:Eslabones de la cadena epidemiológica

Agente causal: incluye parásitos, hongos, bacterias, virus y priones.

Reservorio: lugar donde los microbios pueden sobrevivir (animado e inanimado).

Puerta de salida: del agente desde el reservorio (líquidos corporales, gotas respiratorias) hacia el exterior por vía aérea, digestiva y piel.

Modos de transmisión del agente: contacto (como las manos sin lavar), aire y digestivo.

Puerta de entrada: del agente al hospedero susceptible, a través del tracto respiratorio, intestino, piel no intacta, mucosas.

Huésped susceptible: puede ser un paciente inmunocomprometidoo cualquier otra persona susceptible (persona mayor, niño/a, bebe...).

Una ruptura en cualquier eslabón de esta cadena epidemiológica evitará que se produzca la infección.

El lavado de manos es la medida más importante para prevenir el contagio de las infecciones por su capacidad de romper la cadena epidemiológica.

Los factores de riesgo de la infección intrahospitalaria (Infección nosocomial) pueden ser propios del paciente, del ambiente o de la atención sanitaria, y los sitios más frecuentes de contaminación son las infecciones urinarias, la zona de intervención quirúrgica, la neumonía nosocomial, la bacteriemia nosocomial, y otras menos comunes como las afecciones de la piel, gastroenteritis, sinusitis...

Los procedimientos encaminados a evitar las enfermedades infecciosas se van a centrar en:

1.Promoción de la salud

Lavado de manos, aunque se vaya a usar guantes. Las manos se deben lavar tras haber tocado sangre, fluidos biológicos, secreciones o excreciones y objetos contaminados, tanto si se llevan guantes como si no. Lavarse las manos inmediatamente después de quitarse los guantes, entre un paciente y otro, cuando esté indicado para evitar la transferencia entre pacientes o al ambiente. También puede resultar necesario lavarse las manos entre tareas en el mismo paciente para evitar infecciones cruzadas.

Uso de guantes, batas y mascarilla. Usar guantes cuando se vaya a tocar sangre, fluidos biológicos, secreciones o excreciones y objetos contaminados (es suficiente el uso de guantes limpios no estériles). Quitarse los guantes rápidamente tras su uso, antes de tocar objetos limpios o superficies y antes de atender a otro paciente. Cambiarse de guantes entre tareas realizadas en el mismo paciente si ha habido contacto con materiales que puedan estar muy contaminados y lavarse las manos trás quitarse los guantes.

Higiene adecuada de la habitación, ropa de cama y ropa del paciente. La manipulación y el transporte de las sábanas y ropa blanca contaminada con sangre, fluidos corporales, secreciones y excreciones se hará de forma que se minimicen las exposiciones de la piel y las mucosas, la contaminación de la ropa y la transferencia de microorganismos a otros pacientes o al ambiente.

Higiene adecuada y manejo del intrumental. Manipular con mucha precaución el equipamiento utilizado en la atención y cura del paciente que pueda estar contaminado con sangre, fluidos biológicos, secreciones y excreciones. Comprobar que el material reutilizable no es usado en otro paciente si no ha sido reprocesado de forma adecuada (limpieza, desinfección y esterilización). Comprobar que el material de un solo uso se elimina siguiendo los métodos apropiados. 

2. Prevención de la transmisión

Uso de apósitos, toallas y lencería desechables.

Manejo adecuado de las excretas del paciente (secreciones, líquidos, heces...). Debe tratarse como contaminado cualquier material que haya estado en contacto con fluidos o excretas o que potencialmente pudiera estarlo.

Aislamiento del paciente, que podrá ser estricto, respiratorio, de protección, aséptico...

3. Tratamiento de la enfermedad

Administrar el tratamiento prescrito por el facultativo.

Controlar la evolución del paciente y la existencia de cualquier síntoma o signo que indique un empeoramiento.

Registrar la evolución del proceso infeccioso.


5.6. La importancia del lavado de manos 

El lavado de manos es la medida más importante para reducir la transmisión de microorganismos entre una persona y otra y entre dos sitios distintos en un mismo paciente. Debe hacerse tan pronta y meticulosamente como sea posible trás el contacto con los pacientes y después del contacto con sangre, fluidos orgánicos, secreciones, excreciones y equipos contaminados.

Es un componente fundamental en las precauciones de control de infecciones y aislamiento y el principal problema con el lavado de manos no está relacionado con la disponibilidad de materiales (jabón, toallas y agua) o de tiempo, sino con la falta de cumplimiento de la norma.

Podemos distinguir dos tipos de lavados de manos, el lavado de manos social o antiséptico, y el lavado de manos quirúrgico.

En el siguiente vídeo podemos ver gráficamente los pasos a seguir en el lavado de manos aséptico.

5.7. Tipos de contaminantes y medidas de prevención
En un hospital se generan todo tipo de residuos y cada uno de ellos necesita un tratamiento diferente: residuos urbanos, biosanitarios, citostáticos, químicos y radiactivos, entre otros. Los residuos se clasifican y eliminan por procedimientos especiales previstos por distintas normativas para garantizar la seguridad en el medio hospitalario y en la población. De todos los residuos generados por esas actividades, aproximadamente un 85 % son desechos comunes no peligrosos, semejantes a la basura doméstica. El 15 % restante se considera material peligroso que puede ser infeccioso, tóxico o radiactivo.

Diferenciamos cuatro grupos de residuos hospitalarios:
Grupo I: Residuos generales o sólidos urbanos
Se generan en servicios de administración y en consultas de los hospitales, las salas de espera, la cocina, la cafetería, el comedor, los almacenes, vestuarios, despachos y puntos de mantenimiento, entre otros. Algunos de estos residuos son reciclables pero el resto se desechan en contenedores o bolsas de color negro.
Grupo II: Residuos biosanitarios asimilables a urbanos
Este tipo de residuos no suponen ningún peligro y reciben el mismo tratamiento que los urbanos. Se generan en salas de curas, de exploración, hemodiálisis, laboratorios, unidades de hospitalización y cuidados intensivos, maternidad y consultas externas. Se desechan en contenedores o bolsas de color verde.
Grupo III: Residuos biosanitarios especiales
Estos residuos son los patológicos, contagiosos o infecciosos, es decir, que una incorrecta manipulación de los mismos puede transmitir una enfermedad. Normalmente proceden de curas que se realizan a enfermos infecciosos, los laboratorios y servicios especiales, anatomía patológica, unidades de cuidados intensivos, quirófanos, urgencias y maternidad. Los encargados de su eliminación son los profesionales sanitarios, que los van separando y guardando en contenedores especiales homologados: negros para residuos biosanitarios, azules para citotóxicos y amarillos para instrumentos punzantes y cortantes. Se desechan en contenedores rígidos de color amarillo.
Grupo IV: Residuos químicos
Los residuos químicos se gestionan como residuos tóxicos o peligrosos. Entre estos figuran los líquidos fijadores y reveladores, el formol y el xilol, los citostáticos, los radiactivos, los vertidos industriales, los medicamentos caducados... Requieren una recogida y tratamiento específico realizado por una empresa autorizada. Se desechan en contenedores o bolsas de color azul.
La falta de conciencia de los peligros que los desechos sanitarios pueden entrañar para la salud, la deficiente capacitación en gestión de desechos, la ausencia de sistemas de gestión y evacuación de residuos, la escasez de recursos humanos y económicos, y la poca prioridad otorgada a esta cuestión, son los problemas más frecuentemente asociados a la contaminación producida por desechos sanitarios. Para lograr una mejora a largo plazo y de carácter universal es indispensable el compromiso de los poderes públicos, aunque también se pueden adoptar medidas inmediatas a escala local:

Clasificación de los residuos. La clasificación tiene como objetivo fundamental la implantación de un sistema organizado de gestión de residuos sólidos dentro de los hospitales, con la finalidad de controlar y reducir los riesgos para la salud.
Tratamiento y eliminación correcta de residuos. Entre las tecnologías disponibles para el tratamiento de residuos infecciosos encontramos la incineración, el autoclave y la trituración/desinfección química.
Minimizacion de residuos. La alternativa más efectiva para enfrentar la problemática de los residuos de los centros de atención de salud es minimizar su generación mediante la reducción de la cantidad de materiales usados, el reuso y reciclaje...
Recomendación para desinfecciones de ropas de hospitales. La ropa sucia debe ser depositada en bolsas o sacos colocados en carros específicos en el sitio donde fue usada y manipularse lo menos posible, no debiendo bajo ningún concepto tirarse al suelo y tampoco ser depositada sobre camas, mesillas, sillas, aparataje, etc. Es necesario que los sacos o bolsas vayan correctamente identificadas con el nombre del Servicio o Unidad de procedencia. La ropa sucia de Unidades de Aislamiento deberá ser depositada en bolsas o sacos impermeables que se cerrarán correctamente dentro de la habitación.
Medidas básicas para evitar contaminaciones. Cubrir heridas y lesiones con apósitos impermeables; no comer, beber, ni guardar alimentos en zonas donde haya exposición a agentes biológicos (laboratorio, sala de cura, sala de esterilización, etc.); es necesario que el profesional se lave las manos tras cada contacto con fluidos, muestras o material contaminado, también, tras haber utilizado guantes; utilizar la ropa adecuada con las medidas de seguridad necesarias (gafas, gorros, delantales, etc.) en cada situación; no tocar con los guantes ya utilizados ojos, nariz, mucosas o piel...
5.7.1. Riesgos derivados de la esterilización.


Autoclave con la puerta abierta mostrando el instrumental esterilLa central de esterilización es la unidad del hospital donde se llevan a cabo los procesos de esterilización. A ella afluyen casi todos los materiales con que se ejecutan maniobras críticas y semicríticas en la atención clínica de los pacientes. Además, se encarga de almacenar y distribuir el material médico quirúrgico necesario y de confeccionar el material destinados a los procesos de curaciones.

Para lograr la esterilidad de los materiales sanitarios se debe pasar por distintas fases, que ponen al personal que trabaja en este servicio en contacto con riesgos físicos, químicos, biológicos y otros derivados de la organización del trabajo. En ocasiones, si no se toman las medidas pertinentes, pueden producirles invalidez e incluso provocarles la muerte.

Se considera riesgo laboral la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del trabajo que desempeña.
Los riesgos derivados del proceso de esterilización los podemos clasificar según su agente causante, según la naturaleza o según la duración. Dentro de los agentes causantes podemos encontrar:

Riesgos físicos 
Quemaduras: por tocar de forma inadecuada o inadvertida el material procesado en el autoclave. Las medidas de prevención irán encaminadas a la información sobre la forma de trabajo al manipular el material, especialmente la utilización de guantes, no abrir la puerta teniendo la cámara algo de presión, no usar los equipos si no funcionan los termómetros y los manómetros, poseer folletos acerca del funcionamiento de los autoclaves y las maniobras que no deben realizarse...
Calor excesivo: altera el bienestar del personal y se debe a una deficiencia en el sistema de ventilación. Las medidas de prevención garantizarán una temperatura entre 18-22 ºC y una humedad entre el 35-70 %. Se debe supervisar el adecuado funcionamiento de los filtros del aire acondicionado.
Cansancio visual: debido a la ubicación de la central de esterilización en plantas bajas o sótanos de los hospitales, se requiere de de una iluminación artificial que deberá ser adecuada.
Descargas eléctricas: se producen al tocar con las manos húmedas aparatos eléctricos, al conectarlos incorrectamente, por defectos técnicos... Será necesario un adecuado mantenimiento de los equipos eléctricos encargándolo a personal competente.
Ruidos: derivados de las operaciones de limpieza y clasificación del material o del desajuste mecánico de los aparatos. El mantenimiento de los diversos aparatos va a disminuir la producción de ruidos y vibraciones, y se recomienda el uso de medios de protección (estos elementos deben ubicarse en áreas adyacentes separadas del lugar de trabajo).
Manipulación de objetos pesados: es necesario una adecuada información sobre cómo utilizar los medios de transporte o cómo manejar los paquetes de gran volumen, que disminuirán estos riesgos.
Incendios: por presencia de sustancias explosivas en lugares inadecuados (no situar sustancias explosivas cerca de fuentes de calor), equipos con problemas mecánicos... El plan de emergencia ante incendios debe estar establecido y conocido por todo el personal sanitario.
Riesgos químicos 
Encontramos diferentes productos químicos utilizados en los procesos de esterilización que pueden resultar tóxicos para el profesional que los manipula: el glutaraldehído, el formaldehído, el peróxido de hidrógeno, el ácido peracético, loa alcoholes, loa amonios cuaternarios, loa clorados, loa fenólicos, loa iodoforos, la clorhexidina, los gases esterilizantes (óxido de etileno), las radiaciones (rayos gamma), etc.

Riesgos biológicos
La exposición puede darse por inhalación, ingestión o por contacto físico, y la prevención estará centrada en mediciones de contaminantes en el ambiente laboral (por tren de muestreo o bomba de aspiración impigner) y protección adecuada (guantes impermeables, gafas protectoras, mascarillas con filtro químico, delantales impermeables...).
Riesgos biológicos
La exposición se realiza por la manipulación del material contaminado con sangre u otros fluidos orgánicos (hepatitis B, hepatitis, VIH, etc.).

Las medidas de prevención serán:

Vacunación (anti hepatitis B y antiinfluenza).
Disposición y almacenamiento correcto de desechos sólidos en recipientes resistentes identificados. Cuidado con los objetos punzocortantes (no se permitirá revestir la aguja con el capuchón, no desenganchar jamás la aguja de la jeringuilla con la mano, separar los objetos punzocortantes para la limpieza y fregado...).
Desinfección de todo el material de acuerdo al grado de contaminación.
Lavados de manos y superficies cutáneas después del contacto con sangre y fluidos corporales, después de quitarse los guantes y en todas aquellas situaciones recomendadas.
Uso de los medios de barrera (delantal, gorro, guantes, mascarillas y calzado impermeable).
Cuando una persona ha sido expuesta a un accidente, deberá suspender las actividades inmediatamente y lavarse la zona con abundante agua (sin restregar), facilitar el sangrado y aplicar una solución tópica antiséptica. Deberá ser atendido por un médico y comunicar el suceso al departamento de epidemiología.

repaso:
En los residuos sanitarios los grupos I y II son residuos: 
a. Peligrosos 
b. Muy peligrosos 
c. No peligrosos 
d. Neutros

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